Capítulo 10

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Disculpas por las demoras. Acá les dejo el capítulo del miércoles pasado. Espero les guste.

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En dos años logré lo que a muchos les costaba más años, según me decía el Dr. Vulturi Marcus. Por más que aún seguía saliendo con James, la familiaridad la dejaba de la vereda de enfrente y jamás entraba al edificio.

Eso me llevo a ser una reconocida y deseada abogada para más de un Estudio de Abogados. Pero a pesar de eso, a pesar de cómo me veían los demás, como si fuera un trofeo, yo seguía siendo la misma Isabella Swan que había llegado hacia siete año desde Forks con la meta de ser abogada y trabajar en uno de los mejores Estudios. Y lo había logrado. Había realizado mi sueño.

Mi relación con James había cambiado en todo lo que se trababa a golpes y abusos, pero sin embargo había algo roto entre nosotros. Ambos éramos conscientes de que la relación no iba para mucho más. Al año de estar trabajando en el Estudio el Dr Vulturi Caius me llamo a su despacho. Golpee la puerta y escuche que me invitaba a pasar.

-Buenos días Dr. me ha dicho mi secretaria que me ha llamado.

-Buenos días Dra. si es verdad, por favor, tome asiento.- asentí y me senté.

-A que debo el llamado

-Isabella, disculpa que te trate así, es que mi llamado es por asunto personal. Estoy al corriente que la relación entre James y tú no está en su mejor momento. Por eso me tomo el atrevimiento de decirte que pase lo que pase entre ustedes, no se te quitará el empleo. Bien sabes que te has esforzado por ganarte el lugar y que no fue por haber salido con mi hijo.

-Escuchando y viendo que el asunto es personal, quiero decirle que está en lo cierto. Mi relación con James no está en su mejor momento. También es cierto que no entré aquí por ser su novia, sino por el esfuerzo en mis estudios. Agradezco que se me reconozca ese acto y que se tenga en consideración mi trabajo como abogada a la hora de analizar mi futuro y no en si mi relación con él tiene o no futuro.

-Eres una excelente abogada. Sería una pérdida muy grande para este Estudio si te fueras a causa de una ruptura con mi hijo. Y obviamente una muy buena ganancia para aquellos Estudios que están vigilando tu salida.

-Me halagan sus palabras. Y agradezco tener un futuro aquí a pesar de no tenerlo con James

-No tienes nada que agradecer. Son tus mérito y tu esfuerzo.- suena el teléfono del escritorio, atiende –dime... de acuerdo... avísale que ahora va.- y colgó. –Dra. su nuevo cliente acaba de llegar, puede retirarse.

-Muchas gracias- me levante y me fui del despacho.

Después de esa charla estuve mas tranquila, ahora sabía que el no estar con él no significaba perder mi trabajo. Por lo visto, también era valiosa para ellos.

Antes de que Vicky se fuera a Londres con Dimitri habíamos vendido el departamento y yo me había comprado uno más cerca del centro, estaba en el piso quince. El living tenía una gran pared de vidrio en donde podía ver toda la ciudad, tenia sillones blancos y una pequeña mesa marrón en el medio; la cocina tenía una isla con un par de sillas altas del otro lado de la cocina. Y mi cuarto cálido, tenía la paz que mi mente necesitaba después de horas de trabajo. James había ido solo un par de veces. Cuando la relación no pudo estirarse más, decidimos terminar y quedar como amigos y colegas.

Vicky estaba feliz, hacia un año se habían casado y les iba muy bien, ella tenia un pequeño Estudio y Dimitri trabaja en una empresa. Les iba de maravilla.

Estaba sentada en el sillón, me había servido una copa de vino y estaba escuchando Chopin, quería relajar mi cabeza se venían semanas complicadas en Tribunales. Estaba mirando la ciudad con sus hermosas luces, formaban una paleta de colores inexplicable, la noche era hermosa el cielo estaba con un manto azul marino y lleno de estrellas de todos los tamaños y algunas brillaban más que otras y de pronto vi el reflejo sobre la ventana de unas esmeraldas verdes, esa mirada que hacía años solo tenía dolor y ahora tenía como vida, como esperanza y una sonrisa. Esos ojos siempre estaban en mis sueños, siempre me despertaba de la misma manera auque aún no sabía quien era.

Los meses pasaron, el trabajo iba en crecimiento, pero sentía que algo me faltaba. Algo que no sabía que era pero lo necesitaba, me sentía apagada, como si parte de mi quisiera estar en otro lugar.

Había decidido pasar las fiestas en la casa de mis padres y tomarme unas vacaciones, algo que no me tomaba desde que había empezado a trabajar en el Estudio. Se lo comunique al Dr. Vulturi Caius y me dijo que no había problema alguno.

Ese día no había muchas citas con mis clientes por lo que me comunique con el agente de la inmobiliaria que me había vendido el departamento, para que lo ponga en venta con todo lo que tenía dentro. Le pase los horarios en los que no me encontraba ahí y así podía mostrarlo al mejor postor.

Un mes antes de las fiestas había conseguido venderlo. Fue algo inesperado, sorpresivo; pero a la vez alentador. No se porque motivo, pero volver a Forks me tenía emocionada.

Mis casos estaban cerrados, había hablado en el Estudio por lo que deje todo listo y ordenado. De mi despacho me lleve lo único que había mío, una foto de mis padres con mi hermana. Salí y cerré con llave, me acerque a mi secretaria.

-Carmen, acá están las llaves del despacho. Que tengas buen año. Un placer haber trabajo contigo.- y antes de que pudiera hablar me fui.

Trabajar en ese Estudio había perdido la magia de años atrás. Lo sentía vacío. Y no quería dar cátedra de despedida a todos los colegas que trabajaban ahí. Cuando salí fui directo al departamento para recoger las maletas, los nuevos inquilinos se mudarían ese día y mi vuelo salía por la noche. Todo lo había planeado exacto, sin dejar pie a la duda o al arrepentimiento.

Cuando el avión despego, me coloque los auriculares, gire mi cara para ver la ciudad que me había adoptado por tantos años y en las alturas vi mis esmeraldas brillantes, la boca se movía, pero seguía sin entender palabra alguna. Sonreí y cerré mis ojos. No sé cuanto dormí pero me desperté sobresaltada, en mi mente sonaba una frase...

"-Te esperaré no importa el tiempo. Si te pierdes mi amor te encontrará. Te amo". Trate de mirar a mí alrededor a ver si alguien me había hablado, pero todos dormían. Volví a cerrar los ojos y ese rostro que me perseguía hacia tanto tiempo volvió, la frase y la boca eran una. Abrí los ojos de golpe, quién era él, qué era mío para que me dijera algo así... mis ojos se llenaron de lágrimas por no poder recordarlo, la impotencia de no saber quien era me estaba matando. Tomé aire y trate de calmarme, el viaje estaba próximo a terminar.

Cuando llegue a Port Angeles opte por tomar un taxi hasta Forks. No me importaba si el viaje era corto o no, quería viajar sola. Cuando vi el cartel de bienvenida a Forks el corazón comenzó a latirme con fuerza. Estaba emocionada por ver a mi familia. Cuando llegue a la casa de mis padres, mi madre me recibió con lágrimas, abrazos y besos, al igual que mi padre. Rose llegó de trabajar cerca de la cena. Se puso a llorar cuando me vio. Estaban felices de verme como yo de verlos a ellos. Solo les había pedido que no cambiaran sus rutinas por mí o me iría. Por lo que aceptaron y no protestaron.

No quería ser el centro de la atención, suficientes fotógrafos y periodistas había tenido en mi vida ahora quería disfrutar de mi vida, quería vivir.


La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora