Capítulo 2

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Empezamos hablar sobre algún que otro punto de la clase y nada más. Con los días los temas comenzaron a salir solos, no era de hablar demasiado, pero tampoco era muy silenciosa, se podría decir que hablaba lo justo.

Habíamos armado un dúo para dar una clase oral por lo que nos juntaríamos a estudiar después de la escuela. Cuando las clases terminaron tomamos nuestras cosas y nos fuimos hacia la salida.

-aquél es mi auto- le dije señalando mi pequeño auto.

-espera que le aviso a mi hermana que me iré contigo- me dijo. Se giro y le grito –Rose, ahora vengo- me dijo viéndome y yo asentí.

-te espero en el auto- le dije y se fue hasta donde estaba su hermana.

-¿Bella? ¿Qué sucede?

-Rose me voy a la casa de Victoria, tenemos que preparar una muestra oral, avísale a mamá... chau chicos- y los saludos con un beso en la mejilla a cada uno y vino corriendo hacia el auto. Vi como la cara de cada uno de ellos se transformaba y me miraban serio. Yo sonreí y cuando ella llegó le abrí la puerta.

-¿Listo? –le pregunte. Y ella asintió.

Arranque el auto, puse música y entre charlas triviales y canciones conocidas el viaje se hizo llevadero. Cuando llegamos, estacione y apague el motor –llegamos- le dije y bajamos del auto.

-Esta es mi casa –le dije señalando la puerta de madera marrón oscura. Abrí y entramos. –bienvenida. Tal vez no sea algo muy grande, pero ponte cómoda- le dije señalando el sillón que había en el living - ¿quieres algo de tomar?

-un café estaría bien, gracias- me dijo mientras observaba el lugar.

Fui a la cocina y preparé café. Hablamos de las cosas sin mucha importancia y cuando nos quisimos acordar se nos había pasado la hora.

-quieres llamar a tu casa y avisar que te quedas aquí, por mi no hay problema, hay lugar para una más.- le dije con una cara de suplica y una sonrisa.

- de acuerdo- me dijo y llamo a su casa y les dijo que se quedaría a dormir.

Preparamos la clase sin problema alguno, el tema era sencillo y armamos un par de gráficas. Pedimos una pizza y tomamos unas gaseosas.

A la mañana siguiente, desayunamos y tomamos el material que habíamos preparado y nos dirigimos al Instituto.

La clase había salido de diez, el profesor nos felicito por el excelente trabajo. Por lo que le propuse que almorcemos juntas para celebrar. Ella no se negó, ya que estábamos muy emocionadas por lo bien que nos había ido.

Cuando llegamos al comedor felices y hablando de lo nerviosas que estábamos, sentí como un grupo de ojos nos miraban.

En el centro del comedor había una mesa libre por lo que decidimos ir allí. Acomodamos las bandejas en la mesa y colocamos las mochilas en el piso.

-Victoria- me dijo y yo la mire con cara de enojada- disculpa, Vicky, iré a saludar a los chicos y les voy avisar lo bien que nos fue y vengo, ¿te importa?- yo negué con la cabeza. Y ella se fue a la mesa de sus amigos.

-hola chicos. Adivinen como nos fue a Vicky y a mí en nuestra clase- cuando pronuncio mi apodo, la miraron raro y luego me miraron a mí, a lo que yo los salude con una sonrisa y con la mano.

-Bella, ¿Qué haces con ella? ¿Por qué almuerzas con ella hoy y no con nosotros como siempre? ¿Y por que la llamas así?- le dijo la coqueta y creída de Alice, ella no me soportaba porque yo ahora era la compañera de banco de Bella. Sonreí para mis adentros. No me molestaba que me odiaran, ellos no eran mi objetivo...

-Almuerzo con ella porque estamos celebrando que nos fue bien en la clase que preparamos juntas, pero que les pasa, creí que se alegrarían por mi y sin embargo me cuestionan porque tengo una amiga nueva- vi sus caras de horror y odio.

-Bella no es así- le dijo su hermana Rose –es solo que, no se, es rara... presiento algo malo... como que esconde algo- Bella me miro luego de que su hermana le hablara y yo simplemente le sonreí. No iba a permitir que un grupito de criaturas indiferentes intervengan en mi plan.

Bella los volvió a mirar. –Rose ella no es rara ni nada de lo que dices es cierto, ella está sola. Y no puedo dejar de hablarle por que a ustedes no les gusta.-

Sus amigos solo miraban y no opinaban, Alice me miraba y la miraba a Bella, - Bella, Rose tiene razón, algo se trae entre manos. No se que, pero no creo que vaya por buen camino- dijo Alice.

Después de un breve silencio, -bueno... solo quería contarles que me había ido bien, nada mas. Me voy a comer- y cuando pego la vuelta para venir, el tal Edward la tomo de la mano.

-Bella, te felicito por tu clase. Y no te enojes con nuestras opiniones, solo queremos que estés bien- ella le sonrío y cuando la soltó sin decir palabra se vino a la mesa conmigo.

Comimos en silencio, no quería decirle algo que detonara su ya instalado mal humor.

La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora