Capítulo 30

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Ante último capítulo... la próxima semana conoceremos el final de esta historia!

Recuerden que en septiembre vienen más historias!!!!

Saludos!!!!

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Luego de ese eterno y esperado beso, nos miramos como solíamos hacer, de esa manera en la que nos hablábamos y decíamos todo aquello que la boca no decía.

Luego de unos mimos, de promesas y planes vagos me despedí, me levanté y me fui. Cuando llegue al cuarto de hotel ninguno se dio cuenta de mi presencia por unos largos minutos, estaban muy entretenidos jugando, y yo no pude evitar sonreír mientras los miraba. Eran hermosos. Suspiré.

-Mami, mami –dijo mi pequeña que vino corriendo a penas me vio. La abracé y la gire.

-Hola princesita, cómo te portaste con papi... -luego lo mire- Hola –solo asintió con una leve sonrisa.

-Bien mami –dijo mi pequeña. La baje y después de dejar la cartera y el abrigo nos pusimos a jugar un rato...

Después de la cena, nos acostamos a mirar dibujitos con nuestro solcito personal. Cuando se quedo dormida, la lleve a su cama. La separación iba a hacer difícil y la sola idea me provocaba un fuerte dolor en el pecho.

-Gracias –le dije luego de sentarme en la cama –le conté sobre nosotros y te agradece todo lo que hiciste por mi, le conté sobre Rachel... no quiero pasar por arriba tuyo, por eso quiero que lo hagamos a tu manera... sabes que me iré con él. –y el nudo en el estomago se hizo mas fuerte

-Lo sé, siempre supe esa verdad, fue mi mayor miedo. Pero no eres mía. No me amas y no puedo retenerte. Iremos los 3 la próxima vez que te veas y se la presentaremos... trate de buscar una casa algo cerca de donde vivarás con él, espero no te moleste, lo hice más por Rachel para que la separación no sea tan dura...

-No me molesta, sabes que podrás verla cuando quieras, no te pondré ningún tipo de régimen u horarios, es tu hija y confió que tampoco me la quitaras como sabes que jamás te la quitare...

-Lo sé Isa. Ambos queremos lo mejor para ella a pesar de no seguir juntos. –me tendió la mano y yo la tome sin duda- Gracias por confiar en mi. Como amigo estaré siempre.

-Lo se. Eres una excelente persona.-me dio un tierno beso en los nudillos y nos propusimos dormir.

Pasaron dos semanas para que Edward conociera a Rachel y a Paul. Dos semanas en las que no había día en el que no hablábamos. Y las veces que me encontraba con Edward íbamos a la casa para preparar el cuarto de mi pequeña. Edward estaba muy entusiasmado en conocerla, y por más que no era su propia hija sabía que la amaría como si lo fuera, y que jamás intentaría ocupar el lugar de Paul.

Nos juntamos todos en el mismo bar de siempre, en una mesa estábamos los tres esperándolo a él. Cuando entró mi corazón se acelero, camino hacia nosotros...

-Paul, soy Edward –le dijo tendiendo su mano.

-Un gusto –dijo Paul respondiendo al saludo.

-Gracias por todo lo que has hecho por ella, siempre te estaré agradecido por haberle dado una oportunidad –Paul solo asintió. Luego Edward miro a Rachel, con una sonrisa.

-Y tu debes de ser Rachel... tu mami me hablo mucho de vos y veo que no me ha mentido, eres muy hermosa –dijo respetando su distancia. Rachel lo miro, le sonrió y luego se oculto en el cuello de Paul, así de tímida era mi niña.

Edward se sentó y tratamos de hablar lo menos posible del pasado y el futuro... era conocido por todos. Nos quedamos unas horas y luego nos fuimos. En unas semanas empezaría la mudanza.

Luego de unos días le dijimos a Rachel que nos mudaríamos de ahí. Que la nueva casa tiene un cuarto para ella sola y que tenía muchos juguetes.

Un día antes de la mudanza Paul volvió a nuestro viejo hogar para poder vender y traer todo lo que nos había quedado.

Los siguientes días no fueron como me lo esperaba, Rachel extrañaba mucho a Paul. Por las noches lloraba o se despertaba a los gritos en las madrugadas. Cuando Paul volvió y Rachel visito su nueva casa se quedo mas tranquila.

La relación con Edward no fue fácil al principio, cuando Paul no estaba con ella, se apegaba mucho a mí y no quería que Edward estuviera cerca de ella.

Con el pasar de los meses Rachel fue entendiendo que Edward era su amigo y no una persona que quería ser su papá. Rachel era chica, pero era una niña muy inteligente.

Una tarde estábamos en la plaza, Edward y yo sentados en una lona mientras mirábamos a Rachel jugar en las hamacas. Se la veía plenamente feliz.

Yo ahora tenía todo lo que quería mi hija feliz y a mi lado se encontraba la persona que mas amaba en el mundo.

La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora