Capítulo 16

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Cuando salimos de su habitación, le pregunté otra vez... la misma pregunta que le había hecho hacía años y días atrás –Estas segura que no recordará nada de su pasado ¿no?

-Segura, trátala como si fuera tu novia o tu esposa, me da igual y no me interesa, te dije por 5 años es tuya, después sus recuerdos empezarán a regresarán a tu mente.

-¿Y 5 años a partir de mañana?

-Si. En cuanto lleguemos a destino empezará a correr el tiempo. Cuando cumpla sus 35 años sus recuerdos volverán, pues abandónala aquí.

-De acuerdo. Con esto hemos terminado el trato. Adiós.

-Adiós y suerte.

Cuando entré a verla estaba un poco más pálida que hacía unas horas atrás. Noté que sus signos vitales eran demasiados bajos y eso no era bueno. Busque a mi amigo Mike para que me dijera eso no quería aceptar.

Mike la revisó y con su mano sobre mi hombro me sentenció justo aquello que mi corazón rechazaba con todas sus fuerzas. Caí a su lado y le rogué que no me dejara, que se quedara conmigo...

Llame a nuestras familias y a nuestros amigos para que vinieran al Hospital. De a poco fueron llegando y cuando estuvieron todos juntos en la sala les conté la situación.

-Familia... Bella... sus signos vitales son muy débiles, ya no lucha...

-No, Edward me estás mintiendo. Mi hija no se puede... No, Bella no...-dijo Renée entre sollozos

-Lo siento, en verdad, pero son horas ahora...-y me desplome como niño recién nacido.

Saque mi dolor y la pena que me consumía el pecho entre los sollozos de mi madre y su abrazo maternal.

Rose se encontraba en un mar de lágrimas abrazada a su niña y a Emmett. Ambos con el dolor reflejado en cada gota que sus ojos dejaban salir.

Alice se aferro en un abrazo eterno con su pequeña y con Jas. Él que era la persona quien más controlaba sus emociones, ahora el dolor brotaba por cada cm de su cuerpo.

Renée y Charlie eran dos océanos, dos personas a las que les estaban robando una de sus razones de felicidad, su hija.

Y Esme y Carlie, me hundían en un abrazo tan fuerte, pero que no alcanzaba a calmar mi dolor; ese dolor que mi corazón gritaba. Me sentía como el cristal, rompiéndome en miles de pedazos...

Después de llevar a un grado aceptable el dolor, entramos a la habitación... Rodeamos su cama y en un profundo silencio comenzamos a decirle adiós...

En la habitación el débil sonido mecánico de su corazón era lo único que se escuchaba y de pronto se sostuvo en el sonido de la vocal más dolorosa... Bella se había ido.

Alice y Jasper se quedaron en la casa un tiempo. Rose y Emmett se quedaron en casa de Renée y Charlie. Ninguno podía salir del asombro, del dolor y de la pena.

Habíamos pasados años sin verla, pero sabíamos que estábamos a un llamado de distancia, ahora eso ya no estaba... ella ya no estaba.

Con los meses volvimos a retomas nuestras vidas, Jas y Alice volvieron a su casa en Port Angeles, Rose y Emmett también volvieron a su hogar y a sus trabajos.

Yo volví al departamento en donde vivía con ella. Todo estaba tal cual lo había dejado ella y a pesar de mis pequeñas visitas para cambio de ropa y volver a su lado, todo estaba igual. Su perfume, sus prendas. Cada rincón era de ella. Como haría ahora, como

seguiría viviendo sabiendo que ya no la escucharía, ya no la vería.

La vida había sido muy injusta con nosotros, la maldición, su debilidad por no haber podido luchar contra ella y las ganas que tenía de ganarle para poder estar juntos. Dios cuanto había hecho y sin embargo se fue. Quedo vencida ante esa fuerza extraña...

Me rendí a los brazos de Morfeo agotado por el dolor, seco por las lágrimas que mis ojos se empeñaban en sacar... no había gota de vida.

Cada vez que podía iba a ver a Charlie y a Renée, estaban como podían y seguían adelante o tratando de hacerlo como todos los demás. Había retomado las consultas en el Hospital. Con ayuda de Rose limpiamos el departamento, guardamos todas sus cosas en el altillo, ninguno estaba preparado para tirar sus cosas y por consejo de Rose optamos por no llevarlas a lo de Renée... mi amor ahora entraba en un rincón iluminado por un mínimo y tímido rayo de sol que se filtraba por la ventaba del altillo.

La vida sigue a pesar del dolor...


La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora