Capítulo 9

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Estábamos cursando el último año de la carrera. Tanto Vicky como yo no podíamos más de la emoción. Había conseguido entrar al Estudio de Abogados Vulturi y Vicky decidió irse con Dimitri después de terminar el año. No quería estar relaciona con ellos, menos después de que nos enteráramos de que James es un Vulturi.

Los golpes volvieron y fueron más violentos, estuve internada debido a un par de costillas rotas y me había roto la rodilla. Y mi cuerpo solía estar con hematomas grandes, Vicky no soportaba verme así y cada vez más bronca le tomaba a James. En una quiso defenderme, pero Dimitri la frenó. Las salidas eran en grupo y las cenas comenzaron hacer espaciosa hasta que se terminaron, era imposible que estemos los cuatro juntos en un mismo cuarto. No me enoje con ella, sabía que tenía razón cuando me decía que tenía que dejarlo. Pero no podía, era más fuerte que yo. Discutíamos mucho Vicky y yo por ese tema; ella no lo entendía. Solo me ayudaba cuando llegaba en mal estado sin decir palabra, estaba cansada de decirme lo mismo una y otra vez, y ver que yo no hacia nada.

Mis padres jamás supieron todo lo que me estaba pasando, no quería preocuparlos. Cuando estuve internada varios días y con perdida temporal de la memoria, debido al golpe que sufrí en la cabeza, solo Vicky estuvo conmigo. Entendió que era mejor no avisar a nadie y no alarmarlos. Fueron años difíciles, pero logré llegar al último.

Ambas teníamos veinticuatro años, Vicky y Dimitri habían conseguido un departamento en Londres, y ambos trabajarían ahí. Su relación era fuerte, sólida, eran muy compañeros y por sobre todo estaban muy felices. Eso me alegro mucho por ella, se lo merecía. Hacia mucho tiempo que no hablaba con su familia, jamás le pregunte porque había dejado de llamarlos. Por otro lado, yo trataba de llamarlos una vez cada tanto y les contaba lo necesario. Las malas cosas no eran necesarias. Eso creía yo.

Una noche me desperté sobre saltada, el corazón pedía a gritos salir, los ojos me picaban y mi cuerpo sudaba como si tuviera fiebre. Solo recordaba dos esmeraldas verdes que me observaban con dolor, había visto una boca moverse, pero no podía escuchar que decía. ¿Quién era? Fue la pregunta que me atormento por semanas. A partir de esa noche todas las noches tuve el mismo sueño, unos ojos verdes llenos de dolor y una boca que se movía y que me era imposible entender que decía. Me despertaba sobresaltada, sudando y con el corazón latiendo a toda marcha. ¿Yo conocía a esa persona? Su rostro no me parecía familiar, pero mi corazón por alguna extraña razón respondía ante esos ojos.

Nos queda solo una materia para recibirnos, solo un final. Tanto Vicky como yo teníamos la ropa preparada para ese día, pero de lo que no conté fue de los celos de James. Cuando lo vio se desato el grito y los golpes dentro de mi cuarto, Vicky gritando del otro lado para que saliera y abriera la puerta. Cuando James se canso de golpearme y patearme, salió de la habitación y la empujo a Vicky contra la pared.

-James déjala. Fue mi decisión- le grite como pude cuando vi que le iba a pegar a Vicky.- Él me miro y se fue del departamento. Como pude me acerque a Vicky.

-Vicky ¿Estás bien?

-Si, ¿Cómo puedes aguantarlo? ¿Cómo puedes soportar que te trate así? ¿Qué pasa contigo Bella, no eras así?- y cuando termino me abrazo y nos pusimos a llorar. –Ven, vamos que te ayudo a limpiarte- me dijo levantándome.

Cuando me vi los hematomas supimos que sería difícil taparlos con las prendas que había escogido para el examen final. Por lo que los cambie por un traje y me dije a mi misma que no podía tirar todo mi esfuerzo por alguien como él. Iba a lograr lo que me había propuesto, recibirme y ser una de las mejores. Había conseguido el puesto en el mejor estudio de abogados y no había sido por ser la novia del hijo de uno de los dueños, sino que lo había conseguido gracias a mi esfuerzo y a mis notas. Eso importaba, por eso luchaba y soportaba cada golpe, no me iba a rendir, no iba a renunciar a mi meta.

El sábado por la tarde, estábamos en el living del departamento repasando unos apuntes para el último final cuando de pronto Vicky hablo...

-Bella estoy muy orgullosa de vos. La verdad que jamás pensé que podías soportar tanto. Pasaste por muchas todos estos años y sin embargo te levantabas con el rostro en alto, sabiendo que la vida te daría otro golpe, pero no te importó, seguiste luchando, te levantaste una y otra vez. Te deseo toda la suerte y la felicidad del mundo, te la mereces. Jamás te olvides que estas a punto de cumplir lo que tanto deseabas. Eres fuerte y eres una gran amiga. Te quiero Bella. Espero que algún día, puedas escuchar a tu corazón.

-Gracias Vicky. La verdad fueron años difíciles, pero me ayudaste mucho. Me cuidaste más de una vez y me has entendido siempre. Sabes que siempre tendrás en mí una amiga. La felicidad que te deseo es de las mejores, se que te voy a extrañar, pero sería egoísta de mi parte pedirte que renuncies a tu sueño con el simple hecho de que te quedes a cuidarme, por eso quiero que cumplas todos tus proyectos y que disfrutes de tu vida nueva junto a ese amor que tienes con Dimitri.

Después de semejante declaración, nos abrazamos y lloramos. Los nervios, la ansiedad y la emoción nos estaban jugando en contra. Cuando nos separamos nos reímos por como nos veíamos.

-iré a preparar café, ¿quieres?- me pregunto Vicky

-si, claro- le dije con una sonrisa. Y se fue a la cocina.

-aquí lo tienes- lo tome con las dos manos y se lo agradecí. Y volvimos a estudiar.

El gran día había llegado, Vicky fue la primera en entrar de las dos. Pasaron como dos horas antes de que saliera con los ojos llorosos y con una sonrisa que no entraba en su rostro, se abrazo a Dimitri quien la espera nervioso por el pasillo. Se había recibido.

Luego me tocó a mí, cuando entré pude ver que este final era muy distinto a la de los años anteriores. Había una mesa rectangular larga y en ella se encontraba el profesor, tres personas más y el padre de James, como representante del Estudio de Abogados Vulturi. Sentí como se me retorcía el estómago, respire profundo y me senté en la silla que había frente a la gran mesa. Las preguntas comenzaron y yo las respondía automáticamente y sin dudar. No sé cuantas horas estuve dentro, ni cuantas preguntas fueron. Quería dar la impresión de una abogada distante y fría, capaz de separar lo familiarmente conocido de lo laboral. Cuando se terminó, le di mis manos a cada uno de los presentes y al final el profesor me dijo que había aprobado. Mi cuerpo explotaba de felicidad, pero controle esa emocione, agradecí y me salí del aula lo mas calmada posible. Una vez fuera corrí hasta donde estaba Vicky y la abrase con fuerza –lo logramos- le dije en el oído y ella me devolvió el abrazo.

Llame a mis padres para contarles que su hija de veinticuatro años era ahora una feliz abogada. Mi madre no paro de llorar hasta que me pasó con mi padre y él no paro de gritar y repetir una y otra vez lo feliz y orgulloso que estaba de mí. Después me pasó con mi hermana Rose, ella se había recibido de enfermera hacia unos años atrás y estaba trabajando en el Hospital de Forks. Todos no podíamos de la emoción. Ellos estaban felices por mi logro, y yo feliz de que a pesar de toda la pesadilla que había pasado, lo había logrado.


La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora