Capítulo 26

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Los recuerdos de Isabella llegaron después del cumple número 3 de nuestra Rachel.

Después de la pequeña celebración la acostamos en su cama, le dimos un beso en la frente y dejamos entre abierta la puerta de su cuarto.

Isabella estaba en el baño cuando ocurrió, y de pronto la escuche gritar...

-Isabella... te... encuentras bien... -dije con temor.

-¿quién eres? ¿Qué hago aquí? ¿Dónde estoy? –comenzó a gritar.

Mi corazón dejo de latir, sus recuerdos la golpearon, ahora solo tenia que tratar calmarla, explicarle y ayudarla... la iba a perder, la perdí... pero iba hacer las cosas bien por mi niña.

-Porque no sales que te explico... por favor –dije tímidamente.

La puerta se abrió y la vi, era mi Isabella... pero estaba asustada y yo tenía que demostrarle que como fui con ella así era.

-Mi nombre es Paul. Has sufrido una maldición, la has tenido desde el día que naciste hasta hoy... Yo hice un trato con la persona que me dio la cura para la enfermedad de mi madre, quien también es quien te maldijo... pero desde el primer día que te vi en la cama del Hospital llena de tubos no pude hacer nada de lo que ella me había pedido.

-Pero si no hiciste nada de lo que te había pedido qué hago acá, porque no estoy con mi familia...

-Estas acá porque de otra manera te hubiera matado. Y no podía permitirlo, se que hice mal al traerte, pero era la única manera de que puedas seguir viva. Lo siento, en verdad.

-Hace cuánto tiempo que estoy acá –pregunto más tranquila

-Hace 5 años, hace tres días atrás cumpliste 35 años. Puedo hacerte una pregunta...

-5 años lejos de mi familia... -y escondió su rostro entre sus manos. Me dolía tanto verla así, pero no quería tocarla o hacer algo que la incomode, suficiente con sus recuerdos. Respiro hondo y se seco las lágrimas con el pañuelo que le tendí –gracias, que me quieres preguntar.

-Que te acuerdas de tu anterior vida... y de la nueva... -dije con vergüenza.

-Me acuerdo que soy de Forks, que tenga una hermana que se llama Rose, mi madre Renée y mi padre Charlie. Que soy abogada. Sabía algo de la maldición porque la luchaba para estar junto a Edward... -cuando dijo su nombre me miro con dolor, tristeza, bronca todas sensaciones lógicas –una amiga que se llama Alice y su esposo Jasper y tienen una nena Maria y mi hermana esta casada con Emmett que es el hermano de Alice...-suspiro y fue hasta la ventana del cuarto, la noche regalaba un manto azul oscuro lleno de estrellas y una luna llena hermosa. Yo me quede sentado en la cama, mirándola como lo hacía a veces cuando dormía –de la vida de ahora recuerdo que trabajo de maestra jardinera y que tenemos una hija, Rachel –dijo bajando la cabeza con dolor en su voz

-Yo no se mucho mas de lo que has dicho. Nuestra hija cumplió 3 años ayer. Se que tal vez no me perdones jamás y me odies para siempre, pero quiero que sepas que te ayudare a re encontrarte con tu familia. Como jamás hice algo que no querías ahora tampoco lo haré. Mis sentimientos por ti son y fueron verdaderos, aunque siempre supe que este día llegaría y te perdería...- me levante de la cama, abrí el ropero saque una almohada y una frazada –dormiré en el sillón del living, cualquier cosa que necesites me llamas. Isabella –ella se giro para verme –lo siento. Espero me puedas perdonar. No era mi intención causarte dolor, pero trate que estos 5 años seas feliz y darte la posibilidad de unirte a tu propia familia y no que aquella mujer te quite de este mundo... que descanses, buenas noches...-me fui, mi alma necesitaba un consuelo, me picaban los ojos pero no quería llorar delante de ella; me había portado mal, ahora tenía que hacer las cosas mejor o por lo menos tratar.

Me desperté poco después de que salió el sol, prepare el desayuno, acomode el sillón y fui a ver a Rachel. Dormía con tanta paz en su camita, abrazada a ese peluche que le había regalado cuando dio sus primeros pasos.

-Rachel, mi pequeña princesa... papi te ama con el alma. Y te prometo que jamás voy a dejarte, voy ayudar a mamá en todo lo que necesite. En mi corazón estarán siempre mi reina y mi princesa, no importa si estamos lejos o cerca siempre las voy amar –le dije en un susurro con lágrimas en mi ojos. Cuando me levante la vi parada en el marco de la puerta tan hermosa como siempre

-Buen día, ¿me escuchaste, verdad?...-ella asintió- quieres desayunar...

-Buen día... Paul, gracias por darme esta vida y no haberla dejado matarme, no entiendo que hice para que esa mujer me odie tanto y que encima me robo tantos años de mi vida... pero ya no importa, me dijiste que la maldición termino así que podré ser feliz...

-Con él... con Edward –dije con la voz ronca debido a las lágrimas que no solté antes.

-Si... lamento que todo este cause dolor, en verdad gracias por respetarme tanto... ahora tengo que ir a Forks y verlos...

-No sería mejor que te reúnas con tu hermana primera a solas, y ver como reacciona y que noticias tiene de tu familia... tal vez tus padres... -dije con tartamudeo

-Tienes razón... Es una buena idea, juntarme con ella y que me cuente...

-Mami –grito nuestra pequeña

Isabella y yo fuimos hasta su cuarto y la vimos sentada en su camita

-Hola pequeña –dijo con esa dulce voz. Ella se acerco y se sentó en su camita y yo me quede en la puerta

-Mami, hola papi –me miro con esa sonrisa que me enamoraba cada día más, mis amores juntas...

-Hola princesita –le dije con una sonrisa.

Isabella llamo al jardín y explico que no podría ir por tener unos problemas familiares y que no sabía si volvería... y yo llame al taller y explique lo mismo.

Su reacción me sorprendió, éramos como amigos con una hija en común. Los cambios fueron mínimos antes los ojos de nuestra pequeña. Nos llevábamos bien.

A los pocos días conseguimos el número de teléfono de la hermana, Isabella estaba muy nerviosa para llamarla por lo que después de acostar a Rachel, la llame yo...

-Hola –dijo con voz suave

-Buenas noches, quisiera hablar con Rosalie Swan, por favor.

-Ella habla, ¿quién habla? –me pregunto con un tono mas serio

-No me conoce... pero tengo información de su hermana Isabella Swan –escuche un suspiro ahogado... silencio- ¿Hola?

-Es una broma... mi hermana...-la escuche llorar y eso me causo dolor en el pecho...

-Puedo pedirle que tome un café conmigo... le contare todo lo que se sobre ella. –La escuchaba dudar- le juro que no es una broma...

-De acuerdo, ¿cuándo y dónde? –dijo mas calmada

-En dos días a las 15hs en el bar que esta en la esquina del Hospital donde trabajas- dije leyendo el papel que me mostraba Isabella.

-Esta bien, lo esperaré a las 15hs en ese bar... cómo lo reconoceré- pregunto dudosa.

-No se preocupe, yo la reconoceré a usted... buenas noches

-Buenas noches- y colgué. La mire estaba a punto de llorar. Sin saber que hacer me abrazo y me agradeció en el oído, yo le devolví el abrazo.

-Haría cualquier cosa para que seas feliz Isa...bella

-Lo se, gracias.


La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora