Capítulo 11

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A la mañana siguiente, me levante, me duche y me fui a preparar el desayuno. Desayuno que ya lo había preparado mi madre. Mi padre y Rose se habían ido a trabajar por lo que en la casa quedamos mi madre y yo.

-Bella me alegra tanto que estés acá. Te extrañé tanto. ¿Cómo van las cosas en el Estudio? ¿Y Vicky? ¿Qué es de su vida?

-Las cosas en el Estudio bien, me tomé unas vacaciones sin tiempo, necesitaba descansar un poco, y Vicky se casó y está viviendo en Londres, está feliz y a ella y a su marido le van muy bien.

-Cuanto me alegro por ella. Bueno te dejo desayunar, voy hacer las compras para esta noche tu hermana me acaba de llamar diciéndome que vendrá Emmett a comer y sus amigos.

¿Emmett? ¿Qué amigos?

-Emmett es el novio de Rose desde la secundaria y tus viejos amigos... Alice la hermana de Emmett con su novio Jasper, hermano de Edward... Bella ¿no los recuerdas?

-La verdad no- dije negando con la cabeza y levantando los hombros. Mi madre me miraba extrañaba.

-De seguro cuando los veas las cosas cambiarán, no te preocupes. Bueno me voy a comprar.- Me dio un beso en la frente y salio de la cocina.

Quienes eran Alice, Emmett y Jasper y Edward. Yo los conocía desde la secundaria como había dicho mi madre. Por que no me acordaba de ellos, que me pasaba.

Cuando termine mi desayuno me fui al living a tratar de buscar algo que me hiciera recordar algo, pero no había nada.

La tarde pasó rápido, ayude a mi madre con la cena, llego mi padre de trabajar y se sentó en la cocina y así poder participar de la charla. Antes de que Rose llegara con la multitud, como les decía mi padre, me fui al cuarto.

Se escuchaban muchas voces en el living, mi padre tenía razón parecían una multitud. Respiré profundo si era capaz de estar en un Tribunal lleno de personas que no conocía esto me debería resultar fácil. Volví a respirar más profundo, y salí. Las voces se escuchaban más fuerte cada vez que me acercaba. Cuando llegue al borde del living se hizo un silencio.

-Bella- dijo una voz muy fina y vi que venía hacia mí con los brazos abiertos, los ojos llorosos y una sonrisa en el rostro. Me abrazó. –Te he extrañado tanto amiga-

-Hola- fue lo único que pude decir. Cuando el resto quiso hacer lo mismo inconscientemente di un paso hacia atrás. Todos me miraron extrañados.

-Bella, ¿Qué sucede? Son Emmett- señalando a un hombre grande de cabello corto color negro –y su hermana Alice- dijo señalando a la chica que me había saludado primero- y el es Jasper, el esposo de Alice- dijo señalando a un hombre un poco más alto que Alice de cabellos dorados- y el es Edward- dijo señalando a un hombre alto de cabello cobrizo y ojos esmeraldas- ¿no los recuerdas?

Cuando vi esas esmeraldas, esos ojos eran los de mi sueño, había encontrado a su dueño; pero quien había sido Edward en mi vida. Solo podía mover mi cabeza en forma negativa.

-Disculpen, pero no puedo hacer esto. Rose en verdad lo siento.- pegué media vuelta y salí de la casa, necesitaba tomar aire, necesitaba pensar.

-No se enojen chicos, cuando le dije que venían ella me dijo que no los recordaba. Mi corazón de madre me dice que algo le pasó a mi pequeña- dijo mi madre con voz quebrada mientras cerraba la puerta de la casa. Me fui al patio de atrás de la casa, tratando de entender todo lo que pasaba... pero nada sucedía. No se cuantas horas estuve ahí. Tal vez pocos minutos o tal vez horas...

-Bella, lo siento. No sabía que no te acordabas de ellos, de haberlo sabido no los hubiera invitado. En verdad, discúlpame.- me dijo Rose sentada a mi lado.

-No te preocupes Rose. No lo sabías. Y estoy tan desconcertada como vos, el saber que no recuerdo cosas de mi pasado.- Rose me abrazó y nos quedamos unos minutos mas, cuando comenzó a refrescar entramos a la casa y me fui directo a mi cuarto.

Ya no veía esa mirada que tanto me atormentaba o me alentaba en mis sueños, ahora lo veía a él. Quien quiera que fuera o haya sido en mi vida, ahora soñaba con él.

Hacia ya un mes que estaba en Forks, mi padre me había llevado hasta Port Angeles a comprarme un pequeño auto y me habían entrevistado en un Estudio de Abogados del pueblo. No tenían muchos casos, pero necesitaba un poco de tranquilidad en mi carrera también.

El día estaba agradable por lo que me fui a dar un paseo por el bosque. No lo conocía mucho, por lo que deje que mis pies me llevaran. Salí a una playa, con grandes rocas dispersas por la arena. Había un grupo de persona, pero como de costumbre ya, yo no recordaba a nadie.

-Pero mira quien ha vuelto. La famosa abogada Swan- dijo una voz ronca. Gire mi rostro y vi a un hombre morocho, de pelo corto y estaba con dos personas más. Una mujer de pelo corto y otro hombre flaco también de pelo corto.

-Hola. Disculpen, los conozco- pregunte con un tono frío y distante. Se miraron y sonrieron.

-No te acuerdas de nosotros. Mi nombre es Jacob, ella es Leah y él es Seth- dijo señalando a cada uno en cada presentación.

-Lo siento, pero no.

-Te acuerdas de Victoria

¿Vicky? La conocen- pregunté. Como sabían ellos de ella, y yo no me acordaba de ellos.

-Si Vicky. A ella y a ti las conocimos en esta playa hace años, ustedes iban a la secundaria del pueblo. Solíamos juntarnos en donde Vicky vivía mientras estudiaban acá, después se fueron a la Universidad y no volvimos a tener noticias de ustedes.

-OH! Vicky esta viviendo en Londres con su esposo, hace unos años se caso. Y yo he venido de vacaciones, aunque por lo visto tengo mucho que recordar aquí- dije con una pequeña mueca.

-Así que se casó y se fue a Londres. Pues me alegro por ella. Y con tu falta de memoria no me sorprende. Bueno debemos irnos. Adiós.- pegaron media vuelta y se fueron.

Que me quisieron decir, que sabían. Pero temía preguntarles. Lo que no podía entender era a que se debía mi miedo, que era lo que me impedía recordar. Esta situación me estaba volviendo loca.

La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora