Capítulo 23

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Los meses pasaron como si siempre, pero Paul estaba raro. Desde mi cumpleaños número 31 no paraba de decirme que me amaba y algo así como que me iba a perder. Lo quería mucho, pero amarlo... no me encontraba segura para decírselo, no quería decirle algo que no estaba segura si sentía o no; él me entendía y no me pedía nada a cambio cuando me lo decía.

Más de una vez quise entenderlo, pero me era complicado, no me dejaba llegar o terminar las preguntas... solo me decía que espere que el tiempo me iba a responder.

Por lo que no insistí más y seguimos con nuestras vidas, nuestras cosas, nuestras rutinas. Éramos felices. Él me solía contar cosas de su familia y en cambio yo... no podía hacerlo, por una extraña razón no hablaba de ellos, según Paul dice que mis recuerdos los guarde muy profundo en mi mente y que jamás he hablado de ellos, pero... el tiempo me dirá porque... tiempo, una palabra simple pero que era demasiado largo para entender los cambios que ocurrían a mi alrededor, mas con respecto a él.

-Isa sé que he estado raro estos meses, lo lamento, te amo y la idea de perderte me esta matando, pero no quiero perderte ahora por mi conducta extraña. Por eso te propongo que nos vayamos un mes de vacaciones.

-Paul, no se porque piensas que me vas a per...-y me coloco su dedo sobre mis labios- de acuerdo, como quieras. Pero quiero que dejes de actuar así, quiero que seas el de siempre. –le sonreí y me colgué sobre su cuello y lo besé. Este hombre me amaba y su vez tenía mucho miedo. Un miedo que no entendía...

Fuimos al mismo lugar del año pasado. Me encantaba esa playa. Los días soleados, el agua clara, la casa con una hermosa vista al mar... era hermoso. Lo malo fue darnos cuenta que el mes voló frente a nosotros, cuanto mejor la pasábamos más rápido pasaban los días, pero eso no nos entristeció sino que las cosas habían vuelto.

A los pocos días de que llegamos Paul empezó a trabajar y yo tenía unas dos semanas aún.

Una mañana mientras Paul estaba en el taller me fui a ver al doctor, no me sentía nada bien y no quería sospechar nada.

-Swan Isabella –llamo el médico

Me levante de la silla y entre al consultorio.

-Hola doctor –y le tendí la mano y me senté.

-Bueno cuéntame, que te trae por acá.

-Tengo un atraso y quiero saber si es posible que este embarazada, el año pasado sufrí un aborto espontáneo.

-de acuerdo, ve al baño ponte la bata que esta colgada y cuando estés lista acuéstate en esa camilla –asentí y entre al baño. Estaba nerviosa pero si en verdad lo estaba debía saberlo. Me coloque la bata y salí. Me acosté en la camilla y espere.

El medico me coloco un gel frío sobre el abdomen y me realizo una ecografía.

-Bueno Isabella... estas embarazada de un mes, ese puntito blanco es el corazón. –me dijo señalándolo. Las lágrimas salían sin control. –es demasiado pronto, pero por lo que puedo ver, esta bien. Toma límpiate la panza y ve a cambiarte –me dio unas toallas de papel cuando termine las tire y me fui al baño. Me cambie y salí.

-Quiero q me vengas a ver dentro de 15 días, vamos a tener mucho cuidado mas por el antecedente del aborto que has sufrido ¿te parece bien?

-Si, lo usted diga. Quiero tenerlo y voy hacer todo lo que me diga –le dije con mis manos en mi panza.

-de acuerdo, cuando salgas saca un turno con mi secretaria para dentro de 15 días.

-muchas gracia doctor, nos vemos en 15 días –le di la mano y me fui.

Con el turno en el bolso me fui a casa, Paul llegaría en unas horas y quería darle una sorpresa. Tome la pequeña foto de nuestro bebé y me senté en el sillón del living a esperarlo.

Cuando Paul entro y me encontró ahí se acerco despacio, como con miedo...

-Isa ¿ocurre algo? ¿Qué pasa? No me asuste.

-Paul... ten, ábrelo. –y le di la pequeña foto

-¿Qué es? –lo abrí y vi como su cara se transformaba en un gran interrogante

-No es qué, sino quién... es nuestro bebé Paul, vamos a tener un bebé –le dije con mis ojos llenos de lágrimas. –Este es su corazón –y le señale ese botón blanco que me había dicho el medico.

-No entiendo, fuiste al médico y no me dijiste...

-Hace unos días me sentía mal y no quise hacerme el test, hoy fui al médico y me dijo que estoy de un mes y que en 15 días tengo que ir a verlo. Estas enojado conmigo porque no te dije nada... estabas tan raro que no sabia como lo tomarías... lo siento...

-Isa es una hermosa noticia. No sabes lo feliz que me haces, cuando vayas al medico quiero ir contigo siempre –se acerco a mi panza y me dio un dulce beso –mi solcito no sabes como te amo –dijo contra mi abdomen.

Como había dicho el medico fuimos cada 15 días los primeros 3 meses, luego una vez al mes. Paul no me dejaba sola ni un minuto, me llamaba a cada momento, estaba tan feliz. La panza comenzó a crecer y se fue notando a partir de los 4 meses, el médico nos dijo que nuestro bebé estaba bien y estaba sano. Y nosotros desbordábamos de felicidad.


La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora