Capítulo 18

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La fiesta de fin de año del jardín fue muy emotiva, todos terminamos llorando y sonriendo. Me gustaba trabajar ahí y me gustaban mucho los niños, eran como mis hijos postizos.

A veces, cuando Paul me iba a buscar algunos nenes se ponían celosos y él les seguía el juego, le gustaban los chicos tanto como a mí.

Después de saludar a todos los nenes y sus papás, a mis colegas y directivos les desearnos buenas fiestas y nos despedirnos hasta el próximo año. Paul me llevo a comer a un restó y luego a pasear por nuestra plaza preferida. Era tan hermosa, llena de chicos, árboles y juegos, no quedaba lejos de casa por lo que a veces íbamos caminando tomados de las manos o abrazados.

El último día del año lo pasamos en casa. Ninguno tenía familia y por más que nuestros amigos nos habían invitado a pasarlo con ellos, habíamos optado por pasarla juntos en casa. Recibir el año nuevo a solas era un hermoso comienzo.

Preparé la cena, la mesa mientras él se vestía, luego me fui a cambiar mientras él ponía un poco de música y abría el vino.

Éramos una pareja que estábamos tan coordinados que no había necesidad de palabras a veces, cada uno sabía lo que quería el otro.

-Isabella, eres la mujer más hermosa que he conocido. Gracias por estos 3 meses llenos de luz y cariño –y me dio un beso dulce- ten, ábrelo, espero te guste –me dijo tendiéndome una pequeña cajita con un lazo azul.

-Oh Paul, eres tan dulce, gracias a vos por dejarme ser parte de tu vida –y le di un pequeño beso- ¿qué es? –dije mirando la cajita con curiosidad, deshice el moño y la abrí- ¿fotos?

-Si, son todas las fotos que te he sacado en estos meses. A mi gusta esta –era la que me había sacado antes de la fiesta de fin de año del jardín en la puerta de nuestra casa- estas tan natural y hermosa con esa sonrisa.

-tú me haces sentir así. No sabía que tenías tantas fotos mías, aunque deberíamos tener alguna de los dos ¿no? –y le rodee el cuello con mis brazos y lo besé.

Nos separamos por falta de aire. Suspiramos y nos dirigimos a la mesa, me sirvió una copa de vino y brindamos por un año de lleno de buenas noticias.

Cuando terminamos de cenar y comer el postre aún faltaban minutos para las doce, por lo que entre risas y una charla de cosas por hacer, nos pusimos acomodar la cocina, no era algo nos molestara sino que lo disfrutábamos. Cuando terminamos saco el Champagne de la heladera y yo tome dos copas y nos fuimos a sentar bajo el techo del jardín trasero para ver los fuegos artificiales y recibir de la manera más romántica el nuevo año.

Los fuegos artificiales fueron hermosos y muy coloridos, nos fuimos a la cama a penas entrada la madrugada. Caricias, mimos, besos eran una caja de bombones, jamás sabías con cuanta dulzura me tomaría.

Habíamos planeado unas hermosas vacaciones en la playa, yo tenía un mes de vacaciones ya que luego tenía que organizar horarios y armar las planillas para el jardín.

Había conseguido una pequeña casa a solo unas cuadras de la playa y unas tantas del centro de la ciudad. Era una playa muy tranquila, poca gente y mucha paz; cada pareja, cada familia estaba en su mundo. Después de que el sol se ponía volvíamos a la casa a ducharnos, a veces comíamos en la casa otras en algún que otro restó.

Los días volaron, pero no por eso no lo disfrutamos. Nos queríamos y eso era importante.

Cuando volvimos a nuestro hogar Paul tuvo que volver al trabajo enseguida debido a que estaban con mucho trabajo y poco personal. No le gustaba la idea ya que a mi me quedaban unos días mas de vacaciones.

-Paul, estaré bien. Mientras vos estas trabajando yo comenzaré con las cosas del jardín y haré las cosas de la casa. No te preocupes, en serio. Cualquier cosa te llamo.

-Isabella, nena, eres tan comprensiva. Que afortunado soy de tenerte. Iré, pero si ocurre algo o necesitas algo me llamas y vendré ¿De acuerdo?

Asentí con la cabeza, lo abrasé y lo besé. Terminamos el día en el cuarto, casi sin salir de la cama.

A la mañana siguiente me levante a preparar su desayuno mientras él se duchaba.

Algo no andaba bien, no me sentía nada bien, pero no quería preocuparlo...

Después de que se fue al trabajo me acosté otra vez, me dolía el estomago, los pechos y tenía mucho sueño.

Será que estoy...

La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora