Capítulo 29

109 7 0
                                    

Buenos días. ¡¡¡¡ Feliz día del lector !!!

Disculpas por la ausencia en actualizar. Hoy les dejo el capítulo del miércoles pasado y de este miércoles!

Espero les guste y dejen comentario!!!

Saludos y tengan un hermoso miércoles!!!

********************************************************

Faltaba un mes para terminar otro año más. Un año lleno de emociones y re encuentros.

Hacía unas semanas le había contado todo a Alice, y por su reacción Paul había tenido razón, hicimos bien en esperar, ya que cuando me vio no pudo dejar de gritar, reír y llorar, solo se calmo cuando le dije que si no se controlaba me iría otra vez y no regresaría. Su silencio fue tan de repente que no pude evitar reír y Paul que estaba con Rachel en la otra mesa tampoco.

Alice adoro a Rachel desde el primer momento, aunque mi pequeña no soltó ni por un segundo el cuello de su papá.

Como sospechamos a los pocos días nos vimos reunidos con Jasper, Maria y Peter. Tenían unos hijos hermosos. Maria era coqueta como ella, pero tranquila como Jas y Peter era como Jasper, pero inquieto como Alice, a pesar de tener tan solo 1 año y medio. Eran unos niños adorables; eran una familia feliz. Me alegre mucho por ella.

Rachel los miraba a veces y muy poco, escondida en el cuello de Paul casi siempre, no quería venir a mis brazos cuando de conocer gente se trataba. Entre mis nervios y mis ansias de ver a mi familia, la ponían muy mal, lloraba sin consuelo. Por eso Paul estaba conmigo, era el único que la podía calmar cuando mis nervios y mis ansiedades me jugaban una mala pasada.

Con Alice nos juntamos un par de veces mas, compartimos cenas todos juntos y le suplique que no le dijera nada a Edward... quería evitarlo hasta que este lista para estar enfrente de él.

-Isa, creo que sería bueno que cuando te encuentres con él... solo vayas vos. No quiero que mi presencia y la de Rachel te priven de algo... ya sabes, debes averiguar como te sientes con él, que sientes por él ahora que la maldición se fue –me dijo Paul luego de que había acostado a nuestra hija en el cuarto de hotel.

-Paul... yo...-me senté en la cama con mi rostro entre mis manos sin saber que decir. Este hombre me entendía y me quería tanto que me dolía hacerlo pasar por todo esto.

Hacia unos meses aquel rayo de sol que entraba por la ventana del altillo e iluminaba las cosas de Bella se había comenzado a pagar... su luz era débil y cuando todo fue oscuro en aquel rincón, tuve la sensación que la puerta sonaría y la vería ahí parada, como si el tiempo no hubiera pasado... los días pasaron y la puerta jamás sonó.

Me enojé conmigo mismo por haber creído en las palabras de aquella mujer. Pero otra no pude ni tampoco quise hacer.

El ruido mi teléfono me sacó de mis pensamientos de amor y desamor...

-Hola...-dije con la voz pastosa debido al cansancio y el sueño.- Hola

-Si quieres saber de Bella te espero mañana a las 14hs en el bar que esta en la esquina del Hospital.- dijo una voz masculina

-¿Quién habla? ¿Qué sabes de Bella? ¿Cómo te reconoceré? –pregunte rápido y con el corazón que me latía a mil

-Yo te reconoceré, mañana a las 14hs no faltes.-y colgó. No me dejo decir nada más.

Será que la anciana tenía razón me pregunté. Bella volvería a mí, por fin...

Las horas fueron más lentas que de costumbre... los nervios y la ansiedad me estaban comiendo por dentro. La cabeza no paraba de girar y girar, quien será esa persona que me dará noticias o información de Bella, estará viva... no podía parar esos pensamientos, llegaban al borde de mi cabeza y se amontonaban todos ahí. El tic tac del reloj se hacía más fuerte y más lento, eran como agujas en mi pecho.

Poco antes de las 14hs me fui al bar, no podía estar más en el consultorio. Mire para todos lados cuando entré, cuando me senté y miré a cada persona que entró. Nadie conocido. Nadie que me llamara la atención. La espera comenzó a desesperarme, el corazón me latía cada vez con más fuerza.

De pronto unas suaves manos cubrieron mis ojos, mi corazón explotó, ese perfume lo conocía, no lo había olvidado y no lo hubiera podido olvidar... con calma subí mis manos y las coloque sobre las de ellas, las acaricie y muy despacio comencé a bajarlas para confirmar lo que mi piel y mi corazón recordaban. Era Bella, mi Bella.

Me paré y la abracé como mi cuerpo lo recordaba. Noté la ausencia de rechazo hacia mí. Lo que me dio mas ganas de abrasarla. Después de un rato nos sentamos.

-Hola –dijo con su tímida voz y con sus mejillas en rosa pálido.

-Hola –dije lo mas calmado posible, si era que lo podía estar.

No podíamos dejar de mirarnos, mi corazón latía con fuerza, como latía su corazón.

-¿Dónde estuviste todos estos años? ¿Qué fue lo que pasó? Sabía que volverías. Bella te he extrañado tanto... no puedo creer que estés aquí conmigo. –me dijo con sus ojos brillosos. ¿Podía ser posible que aún me amara, después de todos estos años?

-Sé que tienes muchas preguntas por hacerme y te contaré todo lo que puedo. –le dije

-De acuerdo. –me dijo con una leve sonrisa.

Después de que la moza nos dejara su café y mi capuchino le conté todo lo que recordaba, el antes de irme a Harvard y los años que estuve ahí entre el estudio y mis primeros años como abogada, le conté sobre mi relación con James...algo que él ya sabía, le conté sobre mi regreso a Forks mi accidente y lo que recordaba mientras estaba en aquella cama hasta el último día.

-Edward, lo que te contaré ahora tal vez no te guste o tal vez cambie lo que pienses de mi o sientas –dije mirando a la mesa y jugando con mis dedos.

-Bella, amor, sea lo que sea siempre te amé y te voy amar sin importar lo que me digas ahora –me dijo levantando suavemente mi rostro... como extrañaba esas esmeraldas que tanto amor me dan... sonreí.

Le conté sobre el día que me desperté en aquella casa junto a Paul. Le conté de cómo me cuidó, de que había perdido un bebé... mis ojos se llenaron de lágrimas ante ese recuerdo...

-Amor, todo esta bien. Tuviste una vida, desconociendo que ya la tenías... -dijo acariciando mis mejillas húmedas por mis lágrimas.

-Gracias por entenderme. –Le sonríe y me miro para que continuará – en todos estos años estuve trabajando como maestra jardinera, con Paul tenemos un hija, Rachel. Ella tiene 3 años y en estos meses esta muy unida a él... -le dije con mi mirada baja y mis ojos llenos de lágrimas. Levanto mi rostro y me miro con ese mar esmeralda...

-Bella, no tienes porque preocuparte. Le agradezco a Paul por haberte dado la oportunidad de tener unos años de felicidad ante tanta maldad. Te amo –y me besó.

Mi corazón sufrió un paro y de pronto exploto. Mi cuerpo se volvió gelatina, mis labios respondieron a su beso como si tuvieran vida propia. Me amaba y yo lo amaba a él. 

La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora