Una pelea

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José

Después de haber pasado todo el día con Yanish volví como a media noche a la casa y caí dormido del cansancio en el sofá, ya que como saben nosotros no nos podemos emborrachar. De pronto escuche que alguien toco a la puerta y me pregunte quien vendría a estas horas de la noche pero cuando abrí los ojos vi al sol bien alto y brillante.

-¡Sebastian, Jose!

Grito Isabella desde la puerta principal así que me pare para dirigirme a la puerta. Cuando llegue a la puerta me encontré con Edward, Jessica, Diego y a Ingrid.

-Hola, perdón por haber escapado – dijo Jessica.

-Un gusto – Dijo Sebastian el cual no sabía que había llegado – Pasen al patio trasero por favor.

-¿Otra vez? – pregunto al tal Ingrid.

-No molestes Ingrid.

Contesto Diego y se dirigieron al patio trasero mientras que nosotros llevábamos a Isabella a las malas a través de la casa. Cuando llegamos los cuatro lobos ya estaban esperándonos.

-Perdón la demora – dijo Sebastian llegando al lado de los lobos – Pero como ven tuvimos cierto inconveniente.

Dijo Sebastian señalándome cuando estaba llegando al lado de todos cargado a Isabella en el hombro mientras ella patalea.

Sebastian

Pasamos algunas horas hablando con los lobos los cuales nos contaron que nuestro linaje solo éramos nosotros siete aunque Isabella no lo acepte, ya que su manada fue atacada y solo sobrevivieron ellos cuatro así que les toco huir terminando aquí en Londres donde encontraron una manada y apenas entraron fueron elegidos lideres ya que al parecer al pasar los años nuestro linaje se convirtió de la realeza o algo así dejándolos a ellos cuatro como líderes de la manada de los pantanos.

-Bueno creo que debemos irnos, ya es tarde y la manada se preguntara en donde estoma – dijo Edward poniéndose de pie mientras los otros lobos lo imitaban.

-Esperen tiene algún número donde podamos llamarlos – pregunto José poniéndose de pie.

-Claro no somos cavernícolas – dijo Diego mientras sacaba un celular para pasarnos los números

-Adiós – dijeron Jessica e Ingrid al unísono para luego empezar a correr con dirección al bosque detrás de Edward y Diego.

Entramos a la casa y cada uno cogió su camino pero después de unos minutos yo fui a la habitación de Isabella para preguntarle cómo le ibas a decir a José lo que nos contó Raúl sin que él se enojara.

Isabella

Ya es de noche y todos nos encontramos en el comedor cenando, como siempre José trajo algunas personas para llenar unas copas de sangre y aunque me duela admitirlo Sebastian y yo cogimos una copa cada uno.

-José, tenemos algo que decirte – dije mientras José bajaba su copa de sangre para mirarme.

-Nos encontramos con Raúl – dijo Sebastian cortando el misterio y vi como José se tensaba – Él nos dijo que Camilo se piensa vengar y que va a empezar con usted.

-¿Y acaso que creen que no me puedo cuidar o qué? – dijo José poniéndose de pie.

-Solo te avisámos, ok nos importas – dije poniéndome yo también de pie al igual que Sebastian.

-¿Qué te pico José? – pregunto Sebastian.

-¿Qué, que me pico? Dicen que les importo y confían en lo que dice el enemigo es que son estúpidos o que.

De pronto a José se le" vampirizaron" los ojos a los cuales le pasa lo mismo que a los demás, se nos remarcan las venas y los ojos cogen un color negro menos el iris además la pupila se agranda, la única diferencia es que a José le cambio el iris a color amarillo por ser hibrido, de pronto a Sebastian también se le "vampirizaron" los ojos y al igual que a José se le puso el iris amarillo y por ultimo a mí se me "vampirizaron" de la rabia pero como yo no tengo esa parte lobo mi iris si queda azul, de pronto José le pega un golpe a la mesa para luego salir de la casa, yo mire a Sebastian el cual ya no tenía "vampirizados" los ojos, al igual que yo, hice un movimiento con la cabeza para luego comenzar a caminar a mi cuarto dejando a Sebastian solo.

Los BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora