Amor en el aire

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Isabella

Acabo de despertar en un cuarto que nunca había visto, me intento levantar pero mi cabeza me comienza a doler trayendo los recuerdos de ayer cuando de pronto la puerta del cuarto se abre dejando ver a la persona que menos esperaba ver.

-¿Cómo estás? – pregunto Camilo acercándose.

-¿Qué paso? – pregunte sentándome en la cama alejándome un poco de Camilo.

-Ayer hubo una especie de ataque y té desmayaste, té traje a este cuarto estuviste inconsciente toda la mañana hasta pues, ahora – dijo haciéndome comprender todo así que me paro de la cama para luego comenzar a caminar con dirección a la puerta para salir – Guau, te cuido toda la noche y toda la mañana lo cual no te importo, por eso te vas con tu amiguito.

-Celos.

Dije con un tono pícaro para luego salir del cuarto. Después de una hora o más llegue a la casa pero antes de abrir la puerta escuchó un grito de dolor de parte de José, abrí la puerta para luego comenzar a caminar con dirección a la sala pero siento que alguien está detrás mío así que me doy la vuelta para encontrarme con Katherine la cual tiene un cuchillo en la mano así que antes de que me ataque alzo mi brazo para luego con magia mandarla a volar hacia atrás, luego me volví a dar la vuelta encontrándome con Luisa y Juliana dispuestas a atacarme pero solo hago un hechizo que hace que a ellas les comience a doler la cabeza, cuando terminaron de rodillas deje de hacer el hechizo para ir a la sala, pero cuando entre me encuentro con mis hermanos y a Marcos encadenados a unas sillas además que con algunos golpes, cortadas en todos lados y la ropa completamente rota.

-Enserio – dije a punto de estallar en risas – Se dejaron hacer eso de dos bebes de 100 años y una de... ¿Disculpa cuántos años tienes? – le pregunte a Katherine la cual estaba entrado a la sala seguida por Luisa y Juliana.

-20 años – dijo ella.

-Guau eso es patético chicos – dije sin poder evitar reírme – No creo que seamos hermanos, ¿Dónde está mi medallón?

-En el lavaplatos, hicimos lo que nos pediste – dijo Sebastian.

-Mientras nos quemábamos y casi se nos explota la cabeza – dijo irónico José – Además de que cuando todo acabo ellas nos cogieron de sorpresa y por eso estamos así pero no se preocupen la venganza es algo que va bien conmigo.

Dijo José refiriéndose a las chicas, les pedí que desencadenaran a mis hermanos y a Marcos mientras que yo me dirigí a la cocina para coger mi medallón el cual ya está normal, decidí volver a la sala pero ya no se encuentra nadie así que comienzo a subir por las escaleras pero antes de poder coger con dirección a mi habitación siento una brisa para luego sentir como me empujaban hacia algún lado.

-Gracias – me dijo Marcos el cual fue el que me empujo además de que me tiene acorralada contra la pared.

Me quede callada unos segundos pero antes de que le pudiera contestar, Marcos ¡me beso! No sé qué hacer si seguir el beso o apartarlo pero luego él se aparta pero antes de que se valla lo agarró del brazo para luego jalarlo haciendo que nos volviéramos a besar.

Sebastian

Estoy en la sala leyendo un libro cuando de pronto Juliana entra a la sala la cual me miro unos segundos para luego irse.

-Espera – le digo haciendo que ella se diera la vuelta para verme – ¿Sabes que me voy a vengar?

-¿Por qué? – Dijo ella haciendo que me levantara del sillón – Ahora estamos a mano, tú me diste un beso que no me querías dar y yo casi te "mató" – dijo haciendo comillas en mató, así que corro rápido acorralándola contra una pared.

-¿Quién dice que no te lo quería dar?

Dije para luego besarla, al principio ella se negó pero luego me siguió el beso así que volví el beso más intenso y apasionado.

Luisa

Estoy en el cuarto sola ya que Juliana esta quien sabe dónde, cuando de pronto una piedra toca la ventana así que me acerco a ella para abrirla encontrándome con John parado en el techo en frete de la ventana.

-¿Qué quieres? – Le pregunte para luego ver como él intentaba entrar a la casa por la ventana lo cual no es posible por el hechizo – No puedes entrar, hay un hechizo en toda la casa.

-Entonces ven con migo quiero conocer Londres con alguien de Londres.

Dijo mientras estiraba su mano, sin pensarlo dos veces cogí su mano para luego salir por la ventana con él.

José

Estoy en el cuarto de Katherine para asustarla como venganza por lo que hizo. De pronto Katherine entra por la puerta para luego pegar un pequeño salto de impresión por verme.

-¿Qué hace aquí? – preguntó un poco enojada.

-Solo quiero una pequeña venganza – dije acercándome hacia ella.

-De que hablas se supone que estamos a mano – dijo ella.

-No lo creo.

Dije con cara maliciosa pero cuando llegue cerca de ella no sé qué me paso me quede helado pero luego comencé a brozarla por la cintura para acercarla a mí y sin dar tanto rodeo la comencé a besar lo cual ella siguió como si nada, como si quisiera besarme así que de un movimiento rápido la alce haciendo que ella enrollará sus piernas alrededor de mi cadera mientras nos seguíamos besando, como pude me senté en la cama aun con Katherine en mis brazos, comencé a desabotonarle la camisa pero no sé qué me dio y le arranque la camisa y el brasier luego me di la vuelta haciendo que ella quedara acostada en la cama, me quite la camisa dejando mi torso desnudo para luego ponerme encima de ella para luego volver a unir sus labios con los míos, luego comencé a meter mis manos por su pantalón para poder bajárselo pero se me escapo una risa al sentir como se estremecía por mi tacto.

-Si no quieres...

Dije pero ella me callo con un beso dándome a entender que siguiera así que de una manera rápida y delicada le baje los pantalones y la ropa interior dejándola desnuda, luego nos dimos la vuelta haciendo que ella quedara encima mío, con delicadeza ella recorrió mi cuerpo con sus manos hasta que llego a mis pantalones los cueles desgarro literalmente, volví a darnos la vuelta haciendo que yo quede encima de ella, me separe un momento para admirar su cuerpo para luego comenzar a besar su cuello me volví a separar un momento para luego entrar en ella mientras se le escavan unos gemidos, continúe unos minutos así para luego separarme y acostarme junto a ella para abrazarla mientras sentía todo su cuerpo desnudo.


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