Cap 28: Perros de presa

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La sala de urgencias estaba abarrotada y Ethan estaba sentado en la sala de espera con las piernas ligeramente entreabiertas y los codos apoyados en ellas. Ni siquiera había ido al instituto pero aún así le había pasado a Amber todas las cosas sobre Boyd, el posible nuevo Beta de Derek.

-Ethan Russel -le llamó una enfermera desde el marco de la puerta-Acompañame por favor

Se levantó de su asiento y los dos recorrieron el pasillo hasta una de las consultas

-Espera aquí un segundo, voy a buscar al médico-dijo sonriente la chica-No te me escapes, ¿eh?

-Por desgracia no creo que pudiera-contestó él cabizbajo intentando devolverle la sonrisa, parecía alguien nueva en el hospital- Gracias

La enfermera se marchó y poco tiempo después Melissa McCall cruzó la puerta con un portafolios en el brazo, un boli y el uniforme verde turquesa del hospital.

-Oh, hola, Ethan-exclamó sorprendida- No me esperaba encontrarte aquí. ¿No te acompañan tus padres?

-He preferido venir solo. No quiero preocupar a nadie

-Bueno, dime que síntomas tienes mientras viene el médico de guardia. Así vamos adelantando algo de trabajo ¿vale?

Asintió.

-Tengo fiebre, me siento cansado y esta mañana no podía mover la mano derecha. Y sigo sin poder hacerlo, la siento como... entumecida.

-A ver, intenta apretar mi mano-dijo colocandose cerca, pero Melissa no notaba nada de presión- Ethan ¿no puedes moverla o no tienes fuerza?

-Creo que las dos cosas-suspiró tomando aire-.

-Y tampoco tienes buena cara-dijo apuntando en los folios y haciendo un gesto con el labio- ¿Hay algo más?

-Anoche... tosí algo de sangre-ella dejó de apuntar repentinamente, intentó ocultarlo pero su expresión se veía mucho más seria y preocupada-No fue demasiada

-¿Era la primera vez?

-Sí-contestó apoyandose sobre la pared- ¿Sabes lo que es?

-Vamos a ver, no soy médico pero, creo que es posible que tengas algún tipo de... infección. La fiebre, el malestar, que hayas tosido sangre alguna vez... encaja bastante con una infección pero, no te preocupes seguro que no es nada importante-sonrío-Voy a por el médico y ahora vuelvo ¿vale?

-Está bien. Melissa, por favor no le digas nada a Scott y Amber.

-Quedate tranquilo.

Melissa salió de la habitación cerrando la puerta ligeramente y caminó hacia recepción con cierta rapidez dejando el portafolios encima de la mesa. Cogió el teléfono y marcó tres números.

-Clara, necesito que alguien libre saque sangre al chico de la consulta ocho-escuchó a la médico-Expectoración con sangre, fiebre alta y falta de fuerza en una mano.

Ya lo sé... date prisa, por favor.

(...)

Amber corrió todo lo rápido que le permitieron sus piernas hasta el comedor, justo donde se encontraba Scott, solo al fondo. Asaltó su mesa dejándo caer sus brazos en el borde bruscamente.

Cuestión de instinto (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora