Cuestión de instinto (Libro 2)

Cap 39: Asfixia

AVISO: PREPARAOS PARA SUFRIR UN ATAQUE AL CORAZÓN. NO ME HAGO RESPONSABLE DE LOS POSIBLES TRAUMAS QUE PUEDA CAUSAR

La pelea había empezado, Scott, Boyd y Erica cubrían la entrada mientras Derek, Peter, Isaac y Amber se ocupaban de los que estaban dentro del edificio.

Derek miró a Charlotte, protegiendo a Gerald como si fuera su guardián, tenía parte de la cara cubierta con escamas, los ojos amarillos y las garras fuera listas para ser usadas.

-Haz lo tuyo, querida- le murmuró Gerald-.

Al instante ella se deslizó como una sombra por la pared, subiendo por los andamios sin dificultad, como lo que realmente era, un monstruo, una serpiente, una traidora...

Para cuando Derek se había dado cuenta, se había colocado justo encima de donde Isaac se encontraba y sabía exactamente lo que iba a hacer. Lo que mejor se le daba, atacar por la espalda.

-¡MUÉVETE!-gritó Peter empujándolo hacia atrás, justo debajo de un pasillo de piedra-.

El Beta cayó de un golpe seco al suelo, observando como Charlotte aterrizaba de forma perfecta y de nuevo se erguía con expresión amenazante.

-¡Encargate de Gerald ahora que está distraído!- le exclamó contraatacando con todo lo que tenía y él asintió limitandose a obedecer-.

Ni aun así Peter conseguía seguir el ritmo de Charlotte y Derek tuvo que intervenir cuando una vez más intentaba ahogar a Peter.

Su tío terminó en el suelo, y Derek luchando contra ella, la que había sido su amiga mucho tiempo atrás, y allí se encontraban una vez más, intentando matarse, esquivando movimientos rápidos y atacando cada vez que alguno de los dos tenía ocasión.

Terminaron a varios metros de donde la chica se encontraba.

Derek miró a Amber por un segundo, la vio allí, luchando con todas sus fuerzas, rugiendo de rabia, conteniendo a todos los cazadores con los que podía lidiar, mostrando sus irradiantes ojos, feroces y dispuestos a todo.

Se defendía con uñas y dientes, golpeando a los cazadores, moviendose rápido, deslizándose antes de que tuvieran ángulo de disparar, rompiendo sus armas y contraatacando.

Y en ese instante lo supo, jamás querría conocer a nadie más... jamás encontraría a nadie mejor que ella, que le complementase de aquella manera. Que fuera su escudo y al mismo tiempo la razón de su vulnerabilidad.

Volvió a la realidad de inmediato, Charlotte había lanzado un último ataque, haciendo que la arrojara por encima de él para esquivarlo.

Sintió terror al imaginarse lo que iba a pasar si no reaccionaba rapido.

Amber estaba de espaldas y el kanima se le estaba acercando sigilosamente mientras estaba ocupándose de uno de los cazadores de Gerald.

El chico se levantó como alma que llevaba el diablo y detuvo sus garras en el último segundo, colocándose enfrente de ella y agarrándola de las muñecas mientras bufaba de rabia y él emitía un profundo rugido.

Poco después, un movimiento rápido, un dolor insoportable y punzante se alojó en su pecho, fue... como una cuchillada.

Se había quedado congelado, sus ojos estaban muy abiertos y no era capaz de articular palabra.