Cap 36: Fuegos que se prenden

426 52 8
                                    

Cap 3/3 de la maratón (es triste pero se acabó😥 la maratón) Espero que os guste.

Dos días despues de aquella ultima reunión con todos ellos, Amber había pasado los días y las noches en el hospital. En cierto modo se sentía culpable por no haber estado ahí cuanto más la necesitaba, culpable por no haberlo sabido antes y no haber podido ayudarle, no haberle protegido... como tantas veces él había hecho con ella anteriormente.

Amaneció, después de unas horas descansando los párpados en la cama del chico ella despertó, observó su rostro, relajado, inmovil...

-Vas a estar bien, Ethan-susurró-Te prometo que vas a volver a estar como antes...-cogió su mano y la acarició-vamos a arreglarlo tal y como tú me dijiste. No vas a morir...

De repente, notó como dos figuras se colocaban detrás de ella. Eran Erica y Boyd

-¿Qué haceis vosotros dos aquí?-replicó levantándose repentinamente-.

-Tranquila, fiera, venimos en son de paz-contestó la rubia con tipico tono de prepotencia-.

-Él puede, tú no estoy tan segura.

-Erica...-suspiró Boyd rodando los ojos-¿Te importaría esperar fuera un segundo?

Ella bufó, pero se dio la vuelta y volvió a salir. El chico tomó aire en señal de exasperación, miró atrás y luego a Amber.

-¿Podemos hablar?-preguntó el chico con expresion serena-.

Tomó aire y entornó la puerta de la habitación.

-Tú dirás...

-Puedo explicarlo-dijo él juntando las manos- Escucha, Charlotte ya ha intentado matar a tú amigo hace algunas noches, y es probable que vuelva a hacerlo.

Derek nos ha pedido que vigilemos la habitación, por dentro y por fuera.

-¿Os ha pedido que hagais de guardaespaldas?¿por qué?

-Puede que no lo hayas notado, pero llevas tres días sin separarte de esa cama desde que sufrió la segunda crisis, Amber-le miraron con pena-.

-¿Cómo está él?-inquirió la chica y Boyd enseguida entendió de quien estaba hablando-.

-Puedes imaginartelo. A nadie le sienta bien que su ex sea una serpiente gigante que haya intentado matar a sus amigos y haya vuelto a jugarsela...

-No quiere que nadie vea sus debilidades-negó con la cabeza- lo sé bien, he tenido que tratar con eso más de una vez.

-Desde que te conoció he oído que su lista de debilidades se ha reducido a un único nombre.

Hubo un segundo de silencio.

-Puedes quedarte dentro-suspiró recogiendo sus cosas- pero no quiero que ella pase si no es completamente necesario.

-Vale... ¿A dónde vas ahora?

-Acabo de acordarme de que tengo algo que hacer-se dirigió a la puerta-Eh, Boyd...

El chico se giró hacia ella.

-Cuida de él por mí, por favor. No puedo perder a nadie más...

(...)

Gerald se encontraba en el sótano de su casa, mirando con atención el reloj de la pared y de su muñeca.

Darrel pasó dentro en silencio.

-¿Nada?-preguntó-.

-Se ha cumplido el plazo, tal y como te dije- se levantó de su asiento-Preparalo todo.

Cuestión de instinto (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora