Capítulo cuatro.

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  ¿Entonces qué sucedió? –pregunté preocupada. Los sollozos de mi abuela no paraban. Mi tía estaba consolándola por algo que no sé, aunque la abue, con la edad de sesenta y cinco años, llora por casi todo. Aún recuerdo, cuando lloró mi primer día de clases en la segundaria; cuando bailé por primera vez ballet, y aunque me salió jodidamente horrible, ella lloraba mientras aplaudía como una foca emocionada. Ni recordar, la vez que le conté sobre el idiota que jugó conmigo cuando tenía mis días de adolescencia apenas acostumbrada.
–El primo de tu abuela, murió hoy a la noche. Era un primo lejano –casi pude imaginarme que ella rodaba los ojos. Mi tía era tan dulce, pero no soportaba y era la peor consolando gente.
–¿Quién? –pregunté interesada... bueno, en realidad no. Intenté conseguir sentarme en el sofá individual con la ayuda de Kelsey. Sonreí agradecida.
–John Simpson –respondió, de nuevo mi tía. Asentí con la cabeza, pero estaba segura que jamás lo había escuchado... ni siquiera de la boca de la abuela, que era la típica señora mayor que nos contaba todas las travesuras de cuando era pequeña, junto con sus once hermanos, cinco ya difuntos.
–Está bien –les dije – Lamento la pérdida, abue –quise levantarme y abrazarla, pero no sabía donde exactamente estaba sentada. Un resoplido de nariz provino de su parte, seguramente, sonándose los mocos con el papel.
–Debemos viajar, ______ –por primera vez, habló ella. Fruncí el ceño confundida. ¿Por qué viajarían a la casa de un primo lejano por su muerte? Ah sí... la abuela es la criatura más sensible y tierna del mundo. –Tu tía y yo... ¿podrás cuidar de Kelsey dos o tres días? –preguntó soportando un sollozo. Aflojé la frente y pestañé varias veces, pensando que decir; claro que podía... pero daba miedo.
–Sí, pero... –me interrumpió Angelina, mi tía.
–Solo son tres días, ______ –casi me rogó. Obviamente, su tono era de algo cansador, porque sabía que ella debía acompañarla y lo que, mi abuela, lo tiene de adorable y tierna lo tiene de terca y testaruda; lo cual, hacia todo más difícil al discutir porque nunca cambiaba de opinión.
Un suspiro involuntario se escapó de mis labios. Está bien... puedo hacerlo, no es la primera vez que me quedo a cargo de mi hermana, solas.
–Está bien –contesté rodando los ojos.


{••••}


–Eres un caso perdido Justin –me dijo mi mamá enfurecida. Desde que me llamó para avisarme que tenía unos premios en dos semanas, no dejó de regañarme por echar a Scooter.
–¡Deja de molestarme! ¡Soy mayor de edad, Pattie! –grité en respuesta. Me tenía cansado. Todos me tenían cansado. Todos querían que haga lo que yo no quería hacer, y nadie puede mandarme.
Un silencio intervino en el teléfono, y luego, el famoso 'pip' anunciando que cortó, me hizo alejar el teléfono de la oreja. Con brusquedad, estiré mis cabellos. Ya no quiero esta vida... no debía haber aceptado ser Justin Bieber, en ningún momento... todo hubiera sido mejor si nada de esto ocurría. Ya nadie me importa, y hace un año todo cambió.

Saqué el jugo de la heladera para ponerlo en un vaso; estaba más tranquilo, pero nada servía. Me molestaba todo esta mierda... nadie podría vivir como lo hago yo. De repente, cerré los ojos sintiendo la oscuridad, recordándome a ______.



{••••}



–¡Llamen si algo está mal! –gritó mi abuela, saliendo por la puerta. Estuvo super apurada. En creo, que diez minutos, armó su pequeña maleta de ropa y urgentemente tuvieron que llamar y rogar al aeropuerto un viaje a Florida para dos personas, explicándole toda la situación, lo que significa: que volvió a llorar.
Ahora, se marchaban al aeropuerto, y ni yo ni mi hermana podíamos ir por cuidar la casa. No me da miedo estar sola, porque siempre solíamos estarlo.
–¡Adiós! ¡Las amo! –respondí en un grito levantando la mano y saludando a la puerta. Los pasos de mi abuela se acercaron y sus labios dejaron un sonoro beso en mi mejilla y otro, en lo que parecía, el cabello de la cabeza de mi hermana que se encontraba a un lado mío.
Y luego de unas cuantas palabras de mi tía, y de la abuela, se fueron, dejando un enorme silencio en la casa.
–________ –me llamó mi hermana. Bajé la mirada y pestañé varias veces.
–¿Qué sucede? –pregunté al sentir que se acurrucaba a mi lado, abrazando mi torso. Yo acaricié su pelo dulcemente, mientras ella respiraba tranquila sobre mi sueter de lana tejido.
–Tengo miedo –respondió dudosa.
Fruncí el ceño. Y de inmediato recordé. Ambas teníamos una conexión rara, sobre todo... cuando el accidente nos dejó marcadas. A ambas. Las dos tenemos un "trauma" psicológico, según la psicóloga. Ese supuesto trauma, nos había hecho pensar que estábamos prácticamente locas por sentir cosas fenomenales, o sea... almas. Los primeros meses, fueron los más duros... porque ninguna estaba acostumbrada y al sentir como si alguien estaba a tus espaldas, los poros de los brazos se elevaban diciendo que claramente, teníamos miedo. Al paso del tiempo... todo fue más tranquilo y natural. Aunque para mí sí, para ella no; y claro... solo tiene 7 años.
–No lo tengas. No pueden hacerte nada –le dije. Yo también sentía algo; pero era mejor evitarlo porque no podía verlo.
Dicen que es la cabeza la que nos tortura. Pero yo no lo creo. Sé que son nuestros padres, nuestros ángeles que quieren comunicarse con nosotras, avisándonos que estaríamos bien y a salvo.
Decidí que lo mejor era distraerla. Eso haría que se olvide y deje el temor por un rato.
–¿Quieres salir? –pregunté con una sonrisa sin mostrar los dientes, esperando que funcionara. Murmuró un 'ajam' en lo profundo de su garganta y tomé su mano.


{••••}



–¿Qué harías si te digo que Justin Bieber viene hacia aquí? –preguntó mi hermana. Un poco de emoción en su voz, que notablemente, intentaba evitarla, o aparentarla. En vano.
Tomé una bocanada de aire maldiciendo en mis adentros. ¿Acaso es un rastreador? ¿Tiene un video en mi habitación? ¿Quiere secuestrarme? ¿Qué maldita cosa quiere de mí?
Suspiré mientras apretaba la mandíbula y cerraba los ojos. Era jodidamente molesto verlo, ¿no se conformó con la escenita de la mañana? Además de que tengo cierta vergüenza. Después de todo, él se comió a millones de putas, y yo no sé besar. Es patético. Seguro vendrá a recordármelo, y peor... frente a mi hermana.
–Alejal... –bufé callándome. Los pasos de sus pisadas, estaban cerca.
–¡______! ¡Kelsey! –exclamó con falsedad en su voz. Movía mi pie de manera que hacía un extraño ruido con la madera del "restaurante" de comida rápida que se encuentra alado del cine, en el mismo shopping.
–Hola Justin –contestó mi hermanita. Sabía que las cosas no funcionaron bien hoy, y... es una niña inteligente. Sabe que su hermana está primero que un idiota con dinero y poseedor de cualquier cosa que desee.
–Hola –seca. En estos momentos, amaba ser dura, fría, cínica.
–¿Cómo están? –preguntó "interesado". Me guardé una falsa carcajada que intentaba salir por la estupidez que preguntaba. <<Mal, ahora que apareciste>>.
–Estamos bien. Y si nos disculpas, debemos entrar a ver la película. Lo siento –me di la vuelta, y empecé a caminar para quién sabe dónde.
–Linda... ¿puedes ir al allí y comprar tres chocolates, del que quieras y de paso agua? –le preguntó a mi hermana. Ella contestó con un 'sí' que me enfureció. ¡No debía hacer eso! ¡Y lo sabía! Además, de que tiene siete años. No puede andar sola. El mundo es muy peligroso para ella, todavía.
Me di la vuelta, enojada.
–¡Tiene siete años! –le dije en una exclamación sorprendida y enfurecida. –¡No puede estar sola, solo porque se te ocurre tres chocolates para ti! –volví a hablar con la misma voz anterior.
–Tranquila. Está a menos de diez metros y la estoy viendo –¿me tomaba del pelo? ¿Me vio cara de idiota?
–¿Qué quieres? –pregunté irritada. El solo saber que está a mi lado me enojaba.
–Que aceptes una cita –hizo una voz "angelical". Sin aguantarlo, exploté en risas. –Es en serio.
–Uh... estoy ocupada todo este mes, el mes que viene y el otro. –sonreí falsamente. Podía imaginarme la suya también.
–Entonces nos vemos el 4 de Abril, princesa –respondió, tomando en cuenta que hoy era 4 de Diciembre. Rodé los ojos sin tomarle importancia.
–Dale –acepté sin ser consciente que se acordaría. Se olvidará y me dejará de molestar.
Como todos lo hicieron.  

Ojos Ciegos ( Justin Bieber & Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora