Capítulo once.

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Mi día, fue lo más cercano a una guerra totalmente cansadora. Lo único que llegaba a sentir, eran las pesadas respiraciones de una ayudante de vestimenta, al vestirme el elegante y sofisticado, pero incómodo, vestido para los premios de Justin. Todavía me preguntaba como fui capaz de acceder a ir a unos insípidos premios... o peor, dejarme vestir por una amante de la moda, estrictamente correcta y digna de la perfección.
Estaba cansada de sus: –Parate derecha; –Esos zapatos no te quedan bien; –¿Este es tu guardarropas? Dios mío; y el peor: –¿Cómo puedes ser la novia de Justin Bieber?
Toda mi respuesta, era sonreír falsamente. Pero en la última, solo hacía una mueca con el costado de mi boca. De verdad, era irritante.
También... había creído haberle dicho a Jus, que no quería una asistente. Mi tía era lo suficientemente buena como para ayudarme, en vez de esta... glamourosa, –por no decir otra cosa–, mujer. Pero al parecer, como tantas cosas que dije, se lo pasó entre oreja y oreja sin importarle mi opinión.
Y gracias a eso, estaba aquí, sentada en lo que tengo entendido que es una peluquería, quejandome por los tironeos de cabello por el peluquero, que sin duda... es gay. Su voz y algunas actitudes que siendo ciega me pude dar cuenta, lo delatan en todos los sentidos.
–Ay, querida... me fas-ci-na tu cabello. –Dijo el tipo separando en definidas silabas. Con una sonrisa, respondí:
–Muchas gracias. –Y luego de eso, el ruido de secadores, peines, planchas para el pelo, ruleros con el acero chocando mi cabello, fue oído.




{••••}




–¿Estas lista? –me preguntó el chofer, quien yo desconocía.
–Noo. –Alargué la 'o' en un leve murmullo nervioso. Él rió en una casi–silenciosa carcajada; yo pretendía hacer lo mismo, pero me resultaba imposible. Los nervios me comían las entrañas porque esto era totalmente nuevo para mí... ¿quién se imaginaría? Nadie. Jamás yo lo pensé, y ahora estaba adentrada en un largo vestido, creo que violeta, con caida en campaña, un par de piedras en el torso que favorecía a mis pechos, –aunque no tengo practicamente... nada–, pero la tasa hacía parecer que sí y la tela tan suave como el terciopelo. Era una seda con bordados, según mi tacto y las simples palabras de Angelina cuando me acompañó a elegirlo.
–No es tan complicado. Justin te está esperando afuera.
<<¿Pretendes ayudarme?>> Justamente, quería gritarle esa pregunta hipotética. Estaba nerviosa, por el hecho que millones de personas me verían ahora, incluyendo a Justin. ¿Y si me veía fea? ¿Y si mis kilos de más se notaban? ¿Y la falta de ejercicio? ¿Y el maquillaje y el pelo? O peor... ¿y si no le gustaba y me botaba en medio de la noche?
Mierda.
–¿Me ayudas? No tengo idea donde estoy y no me dejaron traer el bastón y menos a mi perro.
–Claro.
El señor chofer, era demasiado simpático; estaba segura que no lo conocí nunca, ni que jamas había escuchado una voz similar... pero era tan amigable, que me recordaba a mi papá. La misma actitud para todos, por lo tanto... me lo imaginaba como él, alto y robusto de espalda, con algo de barriga de embarazado, lentes de nerd, pelo castaño oscuro como el mío y los típicos ojos grandes de color verde esmeralda.
Enredó su brazo izquierdo, con el mío derecho, así ayudandome a caminar para donde Justin estaría. Por un momento, agradecía que estacionó en un lugar privado solo para "estrellas", por lo que aguantaría un poco de flashes y molestosas miradas que me transpasaban como un cristal claro. Pero sí, solo por unos insignificantes minutos.
Solo esperaba imaginar la reacción de él. Inclusive, pensaba verla.
–Cuidado el escalón. –Dijo justo a tiempo, dejando aparecer mi sonrisa empaquetada en el atuendo de hoy, obedecí. –Señorita... –se acercó para hablar en mi oído, parando en seco. –El señor Bieber está a metros de usted. Aún no la ve. ¿Está dispuesta a que le narre cuando la vea asi lo imagina usteded? –por unos segundos, contuve el oxígeno.
Estaba. Frente. A. Mi. A. Solo. Metros.
Nuevamente, la sensación nerviosa se presentó.
–Sí... ¿pero me veo bien? ¿se ven cámaras? –el tono fue algo desesperante en preguntas, sin darme cuenta.
–Se ve hermosa, si me lo permite, y él está dando una entrevista para una alta rubia vestida de rojo, con un micrófono de E! News. –Respondió ayudandome a imaginar el gran escenario en mi mente.
Por unos segundos más, quedamos en silencio. Solo eran presentes los murmullos de la gente, los flashes finos que lograba captar, y uno que otro grito de fanáticas... pero muy lejano. Estaba segura, de que todavía no había sido vista por ninguna cámara, y esta era solamente la parte de prensa, nada de locas fans aún.
–El señor, persivió nuestra mirada. –Susurró como un cómplice en medio de un asesinato. Sonreí con más firmeza, intentando ocultar los nervios.– Y... nos vió. –Pestañé varias veces, con la nariz tapada en mis orificios. Me lo imaginaba volteando sensualmente hacía nosotros, con una simple sonrisa de compromiso de "Sí, es mi novia y no... no se ve tan bien como lo esperaba". De un momento a otro, lanzó una carcajada sobre el aire. –Está hinoptizado... tiene la boca abierta, y los ojos muy grandes, además que dejó de hablar con la reportera dejandola varada y viendote igual.
–¿Tan mal me veo? –hice una mueca de disgusto, desapareciendo la sonrisa en el intento de seguir sonriendo. ¿Tan malo había resultado ser? ¿De verdad? ¿A pesar que me ayudaron más personas que desde... nunca?
Nuevamente, una carcajada de su parte fue suelta por el aire.
–¿De verdad cree eso? Está bellísima, y creo que su novio opina lo mismo. O todos los que están cerca. –Nuevamente, sonreí... pero inconscientemente. 'Su novio' 'su novio' 'su novio'
Oh... mi novio.
–¿Sigue ahí?
–Es como si se congeló el mundo. –Se burló en voz baja aún. las imaginaciones, corrieron en mi mente, dejandome sonreír tontamente.
Justin, parado, en medio de una gran variedad de cámaras con millones de luces blancas remarcandolo. Sus ojos brillantes mieles, pelo castaño claro casi rubio, sonrisa gigantezca con dientes completamente parejos y blancos, nariz puntiaguda, largas pestañas negras que acompañaban sus párpados y cejas oscuras, pero hermosas... creo que me fui de tema. Hablando con una cámara, y justo cuando aparezco, casi como camara lenta, voltea pestañando perplejo preguntandose si soy yo.
Casi me quedo sin aliento al imaginarme tal momento.
–Se acerca... tiene una gran sonrisa. Buen trabajo, ______ –no me di cuenta, que pestañaba rapidamente, y tampoco... que estaba aguantando la respiración.
–¿Me permite tomar a mi novia?
Oh... voy a fallecer aquí mismo.
¡Me llamó 'mi novia'! Maldito y sensual Bieber, que pone mis pelos de punta con una simple palabra.
–Por supuesto, señor. –Apuesto que el chofer tenía una brillante sonrisa orgullosa, y quizás Justin también.
–Gracias, señor. –Añadí yo con una voz profesional, mirando en dirección de la voz de Justin.
Sentía la cercanía del calor corporal de "mi novio", y luego, su brazo rodeó mi cintura. Un extraño escalofrío cruzó mi columna vertebral.
Cuando pensé que hablaría... no lo hizo. Empezó a caminar, y yo lo seguí, por supuesto. Pero ninguno hablaba, lo que fue una golpe de desilución para mi autoestima. ¿Ni un hola? ¿Ni un 'gracias por venir'? ¿Nada? ¿Acaso no se daba cuenta que me molesté... por él? No solo sentía nervios, más sentimientos entrelazados lo acompañaban. Desilusión por algo desconocido, escalofríos por su cercanía al sostenerme, confianza sorprendente... sin saber por qué, solo confiaba en él... pero también tenía algo de furia dentro de mi. Cuando me molesto para algo, parece no importarle a nadie. ¿Acaso me creen invisible? ¿Soy solo un objeto para él? Al parecer. Lo peor, es que una vocesilla se reía de mi a carcajadas en mi cabeza, recordando lo tonta que fui al pensar por unos segundos... que le gustaría.
Después de todo... no sabía a qué venían todos estos sentimientos. No entendía a mi cabeza, estaba tan desordenada que confundía todo.
Y parecía empeorar todo, cuando el silencio incómodo nos rodeaba y solo se escuchaban murmullos y varios gritos que no me interesaban.
No sabía donde estábamos yendo. Me sentía lo demasiado desinteresada, también.
–¿______? –preguntó en una voz suave, nunca escuchada de su boca para mí.
–¿Justin? –intenté bromear, con su mismo tono de voz, pero no me salió en absoluto.
–¿Estás bien? –Ah, por lo menos habla.
–Perfecta. –Respondí mintiendo.
–Me alegro. –Seguro tenía una sonrisa, no entendiendo mi confuso interior. –¿Recuerdas tu rostro? –preguntó en un susurro, como si estaba interesado.
–Algo. –Le dije con una mueca, persiviendo su mirada.
–¿Algo? – asentí con la cabeza. –Dejame decirte... que es lo más hermoso que alguna vez vi. –Y las mariposas se escaparon, las luciernagas encendieron mi estómago y los elefantes volaban en el mismo lugar. Un zoológico... eso era. ¡Tenía un zoologico en mi panza por Justin y sus jodidas palabras!
–Justin... deja de fingir. –Sin querer, tartamudeé encantada. Pero claro, mi garganta se movía como si era gelatina.
–No hay cámaras aquí, aún. –dijo.
Una pizca... pero pizquita pequeña, se encendió de esperanza.
<<¿Esperanza de qué?>> Me pregunté tontamente en el disturbio de mi mente.
Pero sin embargo, sea lo que sea, no podía dejar de sonreír.  

Ojos Ciegos ( Justin Bieber & Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora