Epílogo. {Ojos ciegos}

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  ¡Caso cerrado! –exclamó la prepotente voz del juez, sonando el martillo de madera sobre su escritorio.
Lo miré desde donde estaba y le agradecí con la mirada. Luego suspiré sintiéndome un poco más aliviada.
–Te dije, ibas a salir de esta. –Dijo Spencer Brown, mi abogado, regalándome una cálida sonrisa. Yo repetí la mirada que le había hecho al juez y también sonreí.
–Sinceramente, creo que matar a una persona es un delito y eso nunca lo olvidaré –Respondí.
Hizo una mueca.
–Sigues pensando en eso, sin contar que te violaron, maltrataron y casi mataron. Era tu defensa y la de tu novio, _______.

Tenía razón, mucha. Yo... maté a Cindy (quien era la hermana de Lucile, por cierto) porque ella iba a matar a mi Justin, y a fin de cuentas, terminó disparándole en el hombro a su aliado, Jason McCann. Por un momento, y si mal no recuerdo, juraba de que Justin había recibido el balazo que Cindy soltó, cuando sintió el impacto del balde de acero. Era un milagro de que esa bala no atravesara la mejilla de mi novio, que se había corrido actuando precipitadamente; y por ello, tenía un corte en su brazo derecho ocasionado por su hermano, al sentir el dolor punzante en su hombro, también derecho.
Lo importante ahora, es que Jason está en prisión y de vuelta en un manicomio (donde no podrá escapar), y Justin y yo estábamos bien, dentro de todo lo que podía rescatar de la palabra.

–Esa es mi nena –dijo Justin, sonriendo como si era el gato de Alicia en el país de las maravillas –, tenemos que darnos prisa... hoy tenemos nuestra primer cita.
Yo lo miré curiosa, aguantando la risa mordiendo fuertemente mi labio inferior. Él se acercó y me besó dulcemente, luego de entrelazar nuestros dedos.
–¿De qué hablas, Drew? –pregunté divertida. Justin se alejó en seco, haciendo desaparecer su sonrisa de repente. Yo reí.
El hecho, es que odiaba que lo llame por su segundo nombre, mientras yo lo amaba.
–Oh, cariño –carcajee mientras pasaba mis brazos llenos de moretones, por su cuello, uniendo nuestras miradas y narices. –¿Me dirás por qué tenemos nuestra primer cita oficial? –ladeó la cabeza, y su sonrisa volvió a destacarse por sobre todas las cosas.
–Hace exactamente tres meses te pedí una cita. 4 de diciembre; habías dicho que estabas ocupada durante estos tres meses, y quedamos en 4 de abril.
Levanté una ceja, aun sonriendo.
–¿Quedamos? Quedaste, mejor dicho... –murmuré. Sin embargo, fue un detalle hermoso el saber que se acordaba de tales cosas.
–Pero ahora ya no tienes problemas para aceptar –él sonrió con orgullo –, me amas, princesa.
–Eso está por verse –Reí desafiante.
No resistí la tentación, y besé sus labios en uno de esos besos que me enloquecía levemente.

Esta tarde, conocí el lugar en donde Justin una vez intentó hacerme ver con mis ojos ciegos. Esa misma tarde, yo había asumido que nunca volvería a ver por la operación millonaria. Y ahora mírenme. Estoy viendo, oyendo, sintiendo y siendo feliz, como nunca antes lo fui.
Justin Bieber me amaba, y yo, ________ Denninson lo amaba. Y éramos felices, sin importarnos nada.

«Esta es la historia en donde ella era una chica normal, y él una famosa superestrella. Ella una ciega, y él un engreído personaje. Ambos, siendo completamente distintos, se juntaron en culpa del destino, y por más de sus intentos de no enamorarse, se enamoraron por el hecho de reaccionar a ojos ciegos sobre ellos. Se enamoraron por los defectos y virtudes de cada uno, y no por su apariencia. Porque, después de todo, de eso se trata el amor: de amar y ser amado, por más de ser ciegos y diferentes. Por más de tener ojos ciegos que de un momento al otro, la perspectiva de su vida, era distinta».
Cerré mi libro, luego de releerlo por tercera vez.
Diablos, parecía como si fue ayer cuando nos conocimos por un estúpido error, y ahora... estábamos a punto de caminar al altar, 5 años después. Habíamos logrado cambiar; yo pude demostrar que me había enamorado por su corazón egocéntrico y dañado... y él, porque cambió sin darse cuenta, y lo dio todo por mí.

Todos tenemos derecho a ser amados, y derecho a ser felices. Una vez que el amor verdadero llega, te darás cuenta que tus ojos serán tan ciegos, que amarás a pesar de todo.

{FIN}.   

Ojos Ciegos ( Justin Bieber & Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora