Ojos Ciegos ( Justin Bieber & Tu )

Capítulo dieciocho.

  Mis ojos se centraban en la venta del departamento; la vista fija en los edificios a mi alrededor, y mis manos en un puño alrededor del papel que había recibido minutos antes, sorpresivamente apenas al llegar.
"Volví... pero no por ti" –decía la nota, repitiendo la imagen visual en mi mente. Y mi furia volvió a salir; con odio... lo odiaba como nadie. Era tan desagradable poder no decir la verdad, por miedo... era desagradable su persona, y el pensar en mi relación familiar con él, no me agradaba, más bien... daba vergüenza.
Por su culpa... mi familia ya no es como antes.
Por su culpa... yo no soy como antes.
Por su culpa... ella no está protegida.
Por su culpa... estoy metido en toda esta mierda llena de mentiras.
Odiaba este círculo... esta red de mentiras que se había convertido en algo más grande que lo que alguna vez imaginé que estaría. Odiaba no poder salir ganando aquí.

{••••}

Mis piernas sentían el suave edredón debajo de mí, el que cubría mi cama; el pelaje sedoso de la cima de la cabeza de Beethoven estaba en mis manos, y los auriculares relatando "Bajo la misma estrella" un lindo libro sobre mis oídos. Pero seguía sin sacar de la cabeza los sucesos recientes; casi parecía imposible pensar.
¿Qué haría ahora? Digo... ya me había acostumbrado lo suficiente a Justin; la forma en que venía casi siempre a hablar o pasarla conmigo; los momentos también. Todo comenzaba a verse más raro, cuando intentaba imaginarme qué haría. Porque no tenía nadie, y antes no me importaba, pero últimamente... el único que lograba escucharme, era... Justin. Quizás era un amigo; o un conocido; o algo más, que logró ser alguien importante en poco tiempo. Pero dudaba de eso. Estaba lo suficientemente cegada en mente, y físicamente, para creer que alguien como él logró tal cosa. Y lo quería... aunque no lo quiera admitir, adoraba su forma egoísta de ver las cosas; sus actitudes cambiantes y casi bipolares que solía obtener; su voz masculina que siempre rellenaba mis oídos con dulzura, o frialdad. No sé. Simplemente lo quería. Y hace poco que no lo veía, horas en realidad, pero ya sentía como extrañaba su presencia.
¿Por qué siento un vacío en el pecho, corazón? ¿Por qué no me siento contenta de terminar con todas las mentiras y la fama de pocos días que tuve? ¿Por qué... sentía esto, tristeza y decepción junto con dolor?
Suspiré luego de rellenar mis pulmones con aire, y volví a concentrarme con las letras que fluían de mis oídos.

Un golpe de un puño suave sobre la puerta de mi habitación me hizo sacar los auriculares y gritar un leve "Pase", sabiendo que era Angelina.
–Permiso, _______. –llamó ella con dulzura, y supe que estaba adentrándose en la habitación. –¿Cómo te sientes? ¿Necesitas algo? –preguntó. Me hizo sentir como si tenía alguna enfermedad por el momento.
–Sí, estoy bien. –mentí sonriendo. –Claro que no... no te preocupes.
Ella se acercó y acomodó un mechón de mi pelo, detrás de la oreja. Supe que me miraba con compasión y lástima, lo presentía.
–Sé lo que se siente que te rompan el corazón. –comentó como si nada. Fruncí el ceño sin entender, bueno... sabía que ella había tenido la peor de la suerte en el amor, Cupido y ella no se llevaban bien, pero no vendría al caso ahora.
–No sé a qué te refieres.
–Puedes engañarte a ti misma... pero a mí no me lo harás, _____.
–Pero no sé lo que dices. –dije siendo sincera.
–No podrás verte, pero yo lo hago. Tus ojos no están como siempre, nena; se nota que estás triste. –y quizás era real... ¿quién sabe? Nunca he logrado verme más que interiormente y lo recuerde.
–Me siento normal, de verdad. –mentí de nuevo, agregándole una sonrisa falsa mientras aflojaba la frente.
–¿Cómo no puedes darte cuenta? –preguntó tomando mis manos. –Lo quieres, ________. No te engañes y acéptalo por más que duela.
"Lo quieres, _______. No te engañes y acéptalo por más que duela" –instantáneamente, el estúpido de Justin llegó a mi mente. Lo había aceptado.
–Quizás te resulte imposible entender, pero te enamoraste... rápidamente. –lento y suave, como si su voz fuera de terciopelo. Abrí la boca para protestar y negarlo... pero no podía. No tenía firmamentos ni pruebas de que era mentira. Y al contrario... parecía totalmente cierto.
Los sentimientos... el escalofrío, los latidos constantes en taquicardia de mi corazón, mi débil fuerza femenina dominada... por él.
Mierda. Era real. Estaba enamorada, no sé si tan así... pero lo estaba. Lo quería, si... pero, ¿por eso todo resultaba complicado y difícil imaginarlo?
–Era hora que lo sepas. Eres la última en enterarse. –dijo con algo de picardía; pero no tenía gracia en absoluto. –¡Ah! Llego algo para ti, hace minutos. –volvió a hablar con la voz emocionada. Asentí con la cabeza sin tener nada más que decir.
Estaba mareada.

Y luego de ello... se alejó de una vez, y en minutos, tenía una áspera superficie de papel que recorría con la palma de mis manos, y la yema de mis dedos. Sin esperar, lo rompí sin sentimiento alguno, neutro y con un enorme remolino en mi mente a la vez. El áspero papel había desaparecido de mi alcance por el momento, y el pesado material conocido por un libro junto con el ambicioso olor de nuevas hojas, me hizo aspirar y cerrar los ojos por un momento, rellenando mis pulmones con ese aire tan familiar y hermoso. Un libro. ¿De quién? Nuevamente, Justin en mi mente. Abrí el libro y toqué la parte trasera de él, donde un especial cd estaba... el especial para ciegos y reemplacé "Bajo la misma estrella" para este.
"No quieres hablar conmigo... pero entonces, sé que con un libro te sentirás mejor y creo que lo estoy logrando. Te conozco lo suficiente para saber que sigues ahí escuchándome ahora. Y como estaba algo confundido hace unas horas, quise darte este regalo. Porque quiero que confíes en mí... y que sepas que jamás te haría daño. Jamás te mentiría, y si alguna vez lo hice... perdón. Te quiero lo suficiente para verte o imaginarte mal; pero... prometo que te contaré todo. Te lo juro."
Paré la reproducción por un segundo.
No sentía mi respiración regularmente normal; y mi corazón se había acelerado de la misma forma.
Con ganas de más, presioné 'play' de nuevo, segura que la grabación seguía.
"Espero que disfrutes de uno de tus anticuados libros, Romeo y Julieta. Te quiero, ______... te quiero mucho".
Esta... y mil formas más de morir.