Capítulo veintiuno

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–¿Piensas decirme ya? –preguntó cansada. Cortó un pedacito de omelette y lo metió a la boca.
–Solo te pido silencio. –le dijo... otra vez, serio y neutro. –No me gusta recordar mi pasado.
–¡Justin! –chilló.
–Está bien. –bufó a regañadientes él. –Cuando nací... me crié en un pequeño pueblo de Canadá, Stanford. –ella se acomodó en la silla cómodamente, y dejó los cubiertos sobre el plato. Mantuvo sus oídos al máximo. –Mamá trabajaba mucho... todo el día, y prácticamente vivía con mis abuelos. No teníamos mucho dinero, solo para comer; entonces, decidí ayudarla... empecé tocando en las calles... –ella asintió con la cabeza, sabiendo esa historia tras su pequeña investigación. –Pero un día... meses, años y tiempo después... apareció un chico de mi edad. Era bastante parecido, pero unos dos años de diferencia. En ese entonces tenía unos diez yo, y él como ocho. –esperó y suspiró. –él era mi hermanastro. El hijo de mi madre, con su novio. Yo me llevaba bien con él; lo cuidaba y me hacía responsable de cada cosa mal que hacía. Pero a él le parecía muy poco. Creía que toda la atención... la tenía yo. –Cerró los ojos, recordando cada momento –él decía que yo era su pequeña joya... que se sentían orgullosos de mí porque tocaba los instrumentos y cantaba, cuando él no hacía nada. Yo no sabía que responder, era solo un niño de diez años, que peleaba con su hermanastro cosas de niños pequeños. Entonces, yo fui famoso. Y eso pareció empeorar todo aún más.
_______ sabía que a él le dolía hablar de esto. Su tono de voz estaba bajoneado y sin humor.
–Mi novia, se llamaba Lucile. Era hermosa... era, como si... un ángel, eso. –Inmediatamente, ____ sintió celos estúpidos, pero los ignoró. –Ella pasaba mucho tiempo conmigo; Jason, mi hermanastro, nunca apareció desde que había logrado llegar a la fama. Hasta un tiempo después... –esperó unos segundos en silencio. –Lucile se había enojado conmigo, y sin imaginarse nada... salió de la casa enojada. Todos pensamos que ella se había ido a algún lado, como hacía cuando se enojaba... pero, no fue así. –ella percató que él tenía un nudo horrible en la garganta. No pudo hacer nada más que buscar su mano, y sostenerla dando apoyo. –Ella estaba secuestrada. –completó. –Nadie tenía idea de nada... no podíamos pedir ayuda en la prensa ni nada por el estilo, y la policía solo nos ignoraba porque supuestamente "había casos más importantes que realizar". Y así... un día, dos días, tres días. Al cuarto, recibo una llamada desconocida. Era ella llorando, pidiendo perdón y diciéndome que me amaba; detrás... estaba Jason. Nunca me lo imaginé. Y cuando quise preguntarle por qué la tenía, él solo contestó: "Porque tú tienes todo lo que yo alguna vez quise" y cortó, sin dejarme dar explicaciones ni una sola puta pregunta más. –tomó aire y siguió. –Usamos un equipo de rastreo, y los encontramos... pero lo suficiente tarde. Él la había dejado ir, y sólo estaba él... solo. Lo tomaron y lo llevaron a un hospital, luego de gritarme cosas horribles; Jason no era normal, pero de verdad estaba loco. Tenía un problema en la mente, que lo traumatizó por completo. Entonces, fue mandado un manicomio. Pero... Lucile no aparecía... un día de buscarla por completo, pero no estaba por ningún lugar de la ciudad. Hasta que una llamada anónima pasó al celular. Su cuerpo fue hallado en un campo, donde ella y yo solíamos ir, colgada en un árbol y... muerta. –los ojos de ______, se llenaron de lágrimas. Él se mostró duro. –Se había suicidado, sin poder aguantar nada. Había sido violada por mi propio hermano. Sólo porque él me tenía rencor.
Ella se sintió estúpida una vez más. Pero no dijo nada. Solo tenía deseos de abrazarlo, pero tampoco era el momento. Debía continuar.
–Cuando quise hablar con él, él me dijo que si yo decía algo... mataría a todos. Que mintiera; que inventara alguna historia que nos salve. Y así fue. No tenía opción... la vida de mi madre, mi padre, mis hermanos pequeños de parte de mi papá y todos mis amigos, estaban en peligro...
–Y la tuya... –interrumpió ella, con la voz rota. Justin no abrió los ojos.
–La mía no importaba... había muerto la mitad de la mía, solo quedaba el resto... sin color. –dijo. ____ escuchó su corazón partirse; las palabras de Justin, le clavaban un agujero en el pecho. –Dije que yo había sido el culpable de su muerte. Que habíamos peleado fuertemente y que ella... no recuerdo qué había dicho. A consecuencia... fui preso por unos meses y salí por dinero.
Quedó callado unos minutos.
–Mi carrera estaba arruinada; mi familia no tenía sentido; yo estaba sufriendo como nunca. Y todo cambió; yo cambié; todo el mundo cambió. <<Ya no tenía vida... ya no sonreía>>. Hasta hace poco. –dijo y calló, sin saber qué más decir.
–¿Una red de mentiras? –preguntó ella. Él asintió con la cabeza al mismo momento, que apretó la mano de ella con fuerza.
–Una muy grande.
Y luego... todo quedó en silencio por un momento. Justin no aguanto, y la empujó para estrecharla entre sus brazos; sólo quería apoyo. Nada más.


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Ella abrió la puerta de su casa, con cuidado. Adentró en su hogar, y empezó a caminar de puntitas, intentando hacer el menor ruido posible. Hasta que...
–¡Mierda! –susurró ella bufando. –¿A quién se le ocurre poner un mueble en medio del living? Puto mueble. –Bufó ella, mientras se sobaba la frente. Seguro mañana tendría otro moretón.
–______, ¿se puede saber dónde estuviste? –preguntó la femenina voz de Angelina a sus espaldas. ______ palideció por un segundo, insultándose en su mente. Enderezó su columna vertebral, y volteó para dónde provenía su voz, con una sonrisa.
–¡Holaaaaaaa! –exclamó en un cantito. Angelina casi se ríe, pero mantuvo su firmeza.
Tenía su camiseta al revés, pantalones mal puestos, pelo despeinado, sin maquillaje, ropa sin combinar, absolutamente... un desastre. Además que se notaba que había llorado.
–¿Dónde estuviste? –preguntó fríamente, aguantando su risa.
______ sonrió con nerviosismo.
–Con una amiga. –Mintió.
–Ajá... ¿amiga le dicen ahora? –preguntó divertida. ____ sonrió tontamente.
–La abuela me dejó. –Atacó _____.
–No te he dicho nada sobre eso. –Contraatacó su tía. –Pero cállate, y me contarás todo luego... –dio saltitos como una niña, y tomó a ____ por los hombros. –Ahora ven... tenemos que decirte algo.
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Ojos Ciegos ( Justin Bieber & Tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora