Justin me cargaba mientras reía a carcajadas. Yo no podía sentir otro sentimiento además de miedo, por lo que no paraba de gritar en ningún momento; pero jamás era por él... una sensación rara se iniciaba en mi pecho. Y él nunca se inmutaba a dejarme ir, sino que corría mucho más rápido, volando mi cabello e ignorando mis patadas en su espalda, o mis puños que chocaban su pecho. Era divertido... debía admitirlo; pero el ser ciega, –prácticamente, un ser casi desconfiado de todo–, no encontraba sentido a la diversión y menos con ese presentimiento. Y aquí estaba yo.
No le importaba mis gritos, ni mis golpes, ni el molestoso traje de payaso y el suyo de guardaespaldas, y menos el sonido de la gente al, supongo, vernos correr como locos.
Tenía miedo a la altura y la adrenalina... aunque confiaba lo suficiente en él.
–Basta Justin, por favor. –Mi voz salió como si lo rogaba con todas mis ganas.
Entonces... en segundos, el fuerte sonido de las sirenas de los autos de policías, me hicieron pestañar sobre el molestoso viento. Y cada vez se acercaban más. El presentimiento de vértigo disminuyó de mi ritmo cardíaco; pero aumentó el mismo que me recordaba al que tuve, cuando íbamos a estrellar en el peor accidente de mi vida.
Me asusté... mi cuerpo duro como una roca y ojos extremadamente abiertos.
¿Qué pasaba? ¿Un ladrón andaba cerca de nosotros? ¿Por qué se escuchaban tan cerca? ¿Qué mierda sucedía?
Esto no era bueno.
Justin paró en seco por un momento, y de un movimiento rápido me bajó; justo al mismo momento, en el que el sonido de las sirenas cesaba. Pero el murmullo de la gente seguía, mientras él me sostenía por la cadera firmemente con mi cabeza apoyada en su pecho, sin tener idea por qué. Pero él me protegía. A pesar de que había vuelto el sentimiento horrible de ese presentimiento, –que seguía–, él me cuidaba y lo que hizo... lo hizo porque sabía que me divertiría con él, pero al parecer... no todo fue así.
Tenía intriga... curiosidad.
No tenía idea si era por las cámaras; por la gente que observaba o porque alguna escena se desataba en total silencio fuera del murmullo de la gente a nuestro alrededor.
Cuando de repente... la voz de un fuerte tipo, completamente masculina y ruda, habló y Justin me abrazó con más fuerza.
–Nos volvemos a ver, Bieber. –dijo con algo de resentimiento que pude descubrir en su voz. Yo, confundida, fruncí el ceño, pero sabía que el señor no me podía ver, ya que estaba detrás de mi espalda.
–Tryler. –respondió Justin en tono profesional. ¿Qué mierda pasaba? No entendía nada.
–¿Otra presa? –rió sin humor la misteriosa voz; y sabía que se trataba de mí.
Sin esperar la respuesta de Justin, di la vuelta para intentar encararlo, con el rostro firme e intentando no demostrar temor. Pero al instante, la mano de Justin apretó mi brazo izquierdo, implorando silencio de mi parte. Y obedecí.
–No... jamás, nunca. –dijo mi novio en respuesta.
Podía imaginarme... su rostro duro, mandíbula masculina apretada y ojos mieles extremadamente abiertos en rencor; con una mirada expectante en odio y frialdad.
–Al auto, Bieber... y la chica irá en el otro. –hablaba de mí... ¿qué puta tenía que ver yo?
–¿Qué? –dije en una pregunta retórica. Pareció no importarle a nadie, ya que solo me tomaron del brazo bruscamente, sin darme opción a alejarme. –¡Justin! –grité intentando llamarlo. Pero ya me estaban metiendo al auto, con nada de tranquilidad. Absolutamente nula. ¿Acaso no tenían sentido común para tratar a las personas correctamente?
¡Pum!
El sonido del motor del auto alado mío resonó en mis oídos. Solo quería saber a dónde iba. Donde mierda estaba Justin, porque sentía que iba a desvanecer en cualquier momento.
¿Y si me secuestraban? ¿Por qué tenían sirenas en sus autos? ¿Por qué nos llevan? ¿Qué sucedía con Justin?
Pero ninguna pregunta contestada. Durante lo que fueron como horas para mí, ninguna pregunta era respondida. Y me iba desesperando, al tanto que las lágrimas comenzaban a caer de mis mejillas. Solo quería saber qué sucedía... a donde iba; si Justin estaba bien y reitero... a donde iba. Mis nervios no daban para más; mi corazón latía desenfrenado a mil por segundo y la cabeza me daba vueltas, como si me latía al compás de los distintos órganos de mi cuerpo y sistema.
<<Tengo miedo>>.
{••••}
–¿Qué hacía con el señor Bieber a esas horas? –fruncí el ceño ante la tercera pregunta. Me estaban enojando. ¿Por qué policías invadían mi privacidad?
–Fuimos al parque...
–Vestidos disfrazados. –completó el oficial en tonto regañador; ni una pisca de humor en su voz.
–Les parecía divertido...
–¿A quiénes? –volvió a interrumpirme.
Bufé pesadamente, casi inaudible.
–A mi abuela, mi tía, mi hermana y mi novio. –respondí sin importancia. –¿Podrían ya decirme qué sucede y qué hago aquí? ¿Dónde está Justin?
–¿Justin es su novio? –preguntó.
–¿Dónde está él? –repetí.
–Por favor... responda. –concluyó con la voz jodidamente aterradora. Sabía que no quería pedirme perdón. Y yo no quería contestar eso.
–Sí, lo es. –dije, simplemente. –¿Por qué estoy en una comisaría? ¿Y él que está haciendo?
–Ese tema es confidencial por ahora, señorita. –dijo. <<¿Qué mierda me importaba si era confidencial? Yo quería saber>>.
–Es mi novio... necesito saberlo. –dije casi implorando.
La idea de estar rodeada de hombres que grababan mi conversación y preguntaban cosas personales, no era bonita; tampoco el pensar que quizás estaba secuestrada por un grupo de ladrones y yo no tenía idea.
¿Y si Justin se fue y me dejó sola en medio de estos? Aunque sabía que estaba en una comisaría... el temor no pasaba desapercibido. Y la intriga aumentaba a través que pasaban los segundos.
El suspiro del hombre, me llamó la atención.
–¿Nunca te has enterado? –preguntó con una voz suave y susurrante.
–No. –contesté al mismo momento que negaba con la cabeza.
–Estuvo preso por meses, acusado de violación.
Mi mente se cerró en un negro. Mi respiración se hizo irregular. Todo mi cuerpo se tensó y estaba segura de la cara de horror de mi rostro.
Justin. ¿Justin violador? ¿Un famoso cantante que violó a una mujer?
No. Mi Justin... mi Justin no. Él nunca pudo hacer eso... no.
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Oh. JUSTIN PUTO. Ah.
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Ojos Ciegos ( Justin Bieber & Tu )
Random"Caminar sin ver el camino; sonreír sin recordar tu sonrisa; reír con alguien, sin reconocer su rostro; mirar a pesar de no poder observar; escribir sin ver tu letra e imaginar el mundo que te rodea."...