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Capítulo 6

- Familiares de Candela Perez...- dijo una doctora que vestía de blanco, que estaba muy impecable su uniforme.

Me levante al igual que sus padres y se acercaron incluyéndome.

- Perdió mucha sangre... - Prosiguió la doctora.

Baje la cabeza y sentía mi vista nublarse al poco rato sentí una lágrima pasar sobre mi mejilla.

- Pero ella esta bien - siguió la doctora, con una sonrisa - Es una chica muy fuerte - Suspire de alivio.

Esta chica...

- ¿Ya la podemos ver? - preguntó su madre limpiándose las lágrimas.

- Si, pero tranquilos. Pase uno por uno recién esta despertando. Así que es todo y con su permiso - Y se retira aquella doctora.

Entro su madre...

CANDELA.

Una luz se iba apareciendo de apoco, yo solo la seguía.

"No es tu tiempo querida, demuestra le a Abraham que lo amas, él te salvo" - Algo me decía en el fondo.

¿Qué rayos no morí?
¿Porqué no me dejaron hacerlo? ¿Abraham me salvó?

Estaba en un cuarto blanco, cortinas blancas y cables conectados a mi brazo lleno de cicatrices. Era un hospital. Definitivamente no morí.

Entra una señora secándose las lágrimas. Era mi Madre.

- Hija ¿Porqué lo hicisteis? Si no fuera por ese chico que esta afuera que justo pasaba por la casa y me escucho gritar. Quizás ya estabas muerta, nunca más me hagas esto mi niña - dijo mi mamá abrazandome - No sabes cuanto me duele.

- Ma, ya esta no me paso nada ¿sí? - le dije apartándole.

- Pero no lo hagas, por favor. ¿Que tal si Morías? - pregunta con algunas lágrimas en sus ojos.

- Era lo que quería - Musito, tratando de que no escuche.

- ¿Que dijiste? - pregunta.

- Nada mamá... - respondo - quiero descansar.

- Bueno, Me voy tu padre quiere pasar, adiós mi pequeña - me dijo dándome un beso en la frente.

Aunque quería a mi mamá no quería ver a nadie por ahora, pero tengo que hacerlo.

Mi madre se fue y entro papá.

- ¿Hija que locura hiciste? ¿Estas loca? - Dijo alterado hasta enojado creo y mirando mis brazos.

Sí mi padre era así conmigo.

- Si ¿y qué? Ahora vete no te quiero ver, no estoy bien - dije señalando la puerta.

Se fue.

¿Vieron? No le interesó ¡Já! ¿Porqué no me dejaron morir? Si era lo que mas quiero.

Entro un chico moreno, con ojos cafés, con sus ojos lagrimosos.
Esperen. ¿Era Abraham? ¿Estaba Llorando?

- ¿Porqué no ignoraste a mi madre y no me dejaste morir de una maldita vez? Era un problemas menos para ti ¿no? - le dije con lágrimas en mis ojos, el solo agachaba la cabeza.

- Cande escucharme - dijo cabizbajo - Se que fui un completo idiota por como te trate, no eres un problema para mi, yo lo siento - dijo mirándome a los ojos, se veía tristeza en ellos y cansancio.

- ¿Qué sientes? ¿Si yo moría lo sentirías? No me vengas con estupideces. Por favor - digo enojada - Si casi muero fue por tu culpa. Yo sólo soy un problema para ti, soy una basura.

- ¡Entiende que no! - grita y empieza a caminar de un lado para el otro mientras peina su cabello.

- ¿Entonces? ¿Porque no me dejas? Se que no te importó, mejor vete quiero descansar.

- Me importas y mucho... - musitó.