Capitulo ~2

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Abro los ojos, escucho ruidos pero muy lejanos, me siento y cierro los ojos con fuerza por un repentino dolor de cabeza. Al sentir que a reducido un poco abro nuevamente los ojos pero deseo volver a tenerlos cerrados.

Una 'mujer' toda arrugada, con alas de murciélago y dientes tan afiladas como los de un tiburón se encuentra atacando a mi madre y hermana menor. Se gira y deja de hacer lo que hacía para mirarme con una siniestra sonrisa, que me cala hasta los huesos.

-Hija del Dios del rayo. Al fin despiertas. - su burlona y rasposa voz me deja estática en mi lugar... y ... ¿me dijo hija del Dios del rayo? ¿Pero qué...?

Antes de que pudiera hacer algo, ella ya estaba encima mío burlándose de mi patética situación. Salgo de mi trance y le propino un cabezazo, ella se retuerce tomándose la cabeza con sus garras, soltando gruñidos e insultos que no lograba entender.

-¡Danielle! -miro hacia dónde proviene el grito, fue mi madre quién se encuentra con múltiples heridas, y en sus brazos se encuentra Amanda inconsciente.

Comienzo a desesperarme y me levanto de golpe haciendo caso omiso a las peticiones de mi cuerpo por un poco de descanso, pero me veo interrumpida por unas garras que se clavan en mis hombros.

-¡Aaa! -grito soltando lágrimas del puro dolor.

-No te escaparas de mí. Diosecilla. -la última palabra la dice con desdén enterrando sus garras con más fuerza, y yo grito nuevamente derramando aun más lágrimas.

Me suelta repentinamente y caigo al suelo, sintiendo arder la zona dañada, no podía mover ningún músculo, el dolor era horrible, la sangre fluía con velocidad, estaba comenzando a marearme, unas manos se posan en mis antebrazos, me agitan y levanto la mirada.
Me topo con los castaños ojos de mi hermana mayor, me dice cosas que no logro entender del todo, y parece notarlo pues me deja y corre a auxiliar a mi madre, quién le dice un par de cosas, Nicole toma a Amanda y sale corriendo escaleras abajo.

Los sonidos comienzan a aclararse y el dolor parece descender, me arrastro hasta mi madre y veo que su pierna tiene un torniquete, ¿cuándo se lo habrá hecho? Llego a su lado y ella acaricia mi rostro.

-Pequeña... -su voz sonaba débil, apagada.

-Mamá, ¿qué está pasando? -me costó mucho hablar por el cansancio que tenía.

-Ahora no es el momento. -hace una pausa para tomar aire y reincorporarse. - Ve con ellas, yo estaré bien.

-No te dejaré sola. -digo decidida.

-Tienes que...

-¡No! - la interrumpo. - Eres mi madre y...

-¡No soy tu madre! - me interrumpe gritando mientras cierra los ojos.

La miro en busca de algún indicio que me diga que fue una broma, pero no parece cambiar lo que acababa de decir.

-Ahora ve y cuida de mis hijas. - me dice fría y cortante.

Me sentía devastada, ahora todo comenzaba a calzar. Ella jamás me dijo hija, en todo el transcurso de mi corta vida jamás me trató como a mis hermanas, nunca le gustó que la llamase madre, y me insistía porque la llamara por su nombre; Jane.

Me separo, me levanto sin dirigirle la mirada, camino con dificultad hasta las escaleras, y antes de llegar el ruido de la ventana romperse hace que me gire.

Una de esas cosas había entrado y volaba a toda velocidad en mi dirección. No me movía, todo esto era demasiado, no lo soportaba más, todo esto es mentira, pero se siente tan real. Cuando cierre los ojos y vuelva a abrirlos despertare en mi cama indicándome que todo esto es solo un mal sueño.

Cierro los ojos, y cuando los vuelvo a abrir todo sigue igual, a excepción de una sola cosa. Jane estaba en medio de la bestia y yo.

Intenté moverla y hacerla a un lado, pero mis esfuerzos fueron en vano. Todo pasó en cámara lenta, mientras le gritaba para que se apartara la mujer murciélago se veía decidida a no parar, entierra sus garras en el abdomen de ella y la sangre salpica impactando contra mi rostro, ropa y algunas otras partes del lugar, su cuerpo se relaja y cede ante la presión de la bestia, esta la arroja con notable repugnancia en el rostro, se gira para verme y sonríe de forma socarrona.

-Ups. - finge arrepentimiento mientras sus ojos adoptan un brillo maligno.

Camina como un felino acechando a su presa, sin dejar de mirarme con burla y malicia, mi sangre comienza a hervir y la ira crece dentro de mí.

Habrá sido cortante y fría conmigo, no seré una hija para ella pero... para mí siempre será mi mamá, me dio un hogar, un lugar en dónde conocí a personas importantes que para mí son como mis hermanas. Pudo haberme abandonado pero no lo hizo, me dejó vivir como una más de la familia, no como su hija sino que como a alguien que estimas y quieres mucho.

El corazón me late con fuerza y una corriente eléctrica pasa por todo mi cuerpo haciéndome sentir poderosa, extiendo mi mano en dirección a la mujer murciélago y un rayo sale de ella transformando a esa cosa amorfa en polvo, para luego desvanecerse con el viento.
No me detengo a analizar la situación, ni menos a preguntarme que había pasado, corro hacia mi madre y apoyo su cuerpo en mi pecho mientras sollozo.

-No llores... -dice débil. - Perdón... no quería tratarte así... sólo quería que estuvieras a salvo...

-Shh, no gastes fuerzas. - le susurro con la voz quebradiza. - No importa...

-Si importa... te quiero... y... no quiero que pienses
... que no es así...

-No pienso en eso. -le contesto más calmada. -Para mí siempre serás mi mamá.

-Y tú siempre serás... mi hija... -cierra los ojos y deja de respirar.

Las lágrimas se asoman pero no les permito salir. Con su ultimo aliento me dijo hija, después de tanto tiempo lo hizo. No sabía si llorar por felicidad porque al fin me llamó hija, algo que había esperado durante mucho tiempo, o por pena porque por mi culpa había muerto.

Su cuerpo se siente más liviano, su mano se afloja dejando a la vista un papel todo arrugado, lo tomo y este dice en la esquina superior izquierda Para Danielle, frunzo el ceño y me pregunto ¿por qué es para mí? Y ¿por qué lo tenía en su puño?
Estaba a punto de leerlo pero me veo obligada a esconderlo en la manga del suéter por la llegada inesperada de Nicole.

Mira en mi dirección, específicamente el cuerpo inerte de su madre en mi regazo.

-¿Qué pasó? - pregunta como en un estado de shock, lágrimas parecen querer salir pero ella las retiene impidiéndoles el paso. -Ella... está...

-Muerta. -completo su frase de una forma fría y cortante. - Vamos.

Dejo el cuerpo de la que alguna vez fue mi madre a un lado, me levanto y camino hasta Nicole quién parece no poder procesar aún todo lo que acababa de ocurrir. La tomo del brazo y arrastro de ella hasta afuera apartándola del cadáver de su madre.

Al llegar sube en la parte del piloto y yo voy como copiloto, ya que los asientos traseros fueron ocupados por una inconsciente Amanda.

Prende el auto y lo pone en marcha.

Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora