Por unos segundos permanecimos todos juntos preparándonos para atacar, y como si todos estuviésemos conectados nos movilizamos listos para la batalla.
Comencé a disparar dos flechas hacia los ojos de uno de los escorpiones enfureciendolo y haciendo que baje la guardia, Nico se acercó y lo atacó por detrás contándole la cola y transformándolo en polvo dorado. Le sonreí. Cayó uno faltan cuatro.
A unos metros de mi posición un escorpión se veía luchando solo, lanzando embestidas al aire, y en un descuido de su parte Percy apareció por su espalda y le cortó su cola matandolo en el acto. Dos faltan tres.
Vuelvo a disparar y esquivo el aguijón de uno de los escorpiones justo a tiempo, me doy media vuelta y lo ataco enfureciendolo aún más. Corro esquivando a esa cosa cuando otro aparece por mi espalda y comienza a atacarme. No tenía tiempo de atacar a uno, correr y evitar que el otro me matase. Comencé a correr seguida de ambos escorpiones gigantes, y a pesar de ser enormes se movían rápido, pero por suerte yo lo era aún más. Gracias a los dioses que me inscribí por un tiempo en atletismo, ahora me doy cuenta de que me sirvió para la vida. Para salvarla de una muerte segura que sería auspiciada por dos enormes escorpiones sedientos de mi sangre de semidiosa. Si, algo de lo que quería hacer cuando era una nena.
Me giro y sólo veo a uno de los dos de esas cosas siguiendome, recupero el aliento y le disparo en ambos ojos dejándole sin campo de visión, cuelgo a asertiva en mi espalda y saco mi pulsera para luego transformarla en mi espada destructor.
Comienzo a correr todo lo que mis piernas me permiten y corto su cola justo a tiempo, justo antes de que notara mi presencia. Este inmediatamente se transformó en polvo.
Me tiré al suelo cansada y exhausta, cuando denuevo ese olor se hizo presente, y venía en mi dirección.
-¡O vamos! - Grité frustrada.- ¿Ésto es enserio?
Comienzo a levantarme a duras penas, cuando recibo un golpe que me mandó a volar, choqué contra el tronco de un árbol, me reincorporé con un dolor punsante en mi espalda, me quito mi ballesta asertiva y empuño mi espada destructor decidida a atacar. El escorpión mutante se acercó decidido en mi dirección.
En un patético intento de atacar, esa cosa me arrebató la espada con un golpe de su cola, para después atacar con la misma. Logro esquivar su ataque por los pelos, pero aún así era demasiado lenta, me mandó a volar con una de sus pinzas, caí de espalda y el escorpión mutante me acorraló y comenzó a atacarme. Parecía un gusano retorciendome por mi vida -y así era-. Sentía mi corazón latir con fuerza, podía oír perfectamente mis latidos de lo fuerte que latía, y al parecer hasta esa bestia parecía oírlos pues parecía jugar conmigo.
En un intento desesperado por querer librarme de esta apestosa situación tomé entre mis manos su aguijón, sentí como algo se movía dentro de mí empezaba de mi estómago y se expandia por todo mi cuerpo centrándose en mis manos, el escorpión mutante se apartó de mi y comenzó a retorcerse mientras se apartaba de mi. ¡Éso es!
Me levanté, miré atenta como se retorcia del dolor por la descarga que le había mandado, preparé mis manos a los lados levemente extendidas y me concentré. Vamos, vamos sólo aparece, vamos, vamos...
El escorpión comenzó a reincorporarse y se acercaba furioso hacia mi posición.
Vamos...
Comienzo a sentir un cosquilleo en la palma de mis manos, para después sentir como se movía y jugaba entre mis dedos, extiendo ambas manos enfrente mío apuntando a esa cosa y una esfera eléctrica comienza a aparecer, por cada segundo que pasaba aumentaba el doble, y cuando siento que es el tamaño adecuado disparo.
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Confesiones de una mestiza [Percy Jackson]
Novela Juvenil'El dolor que siento ahora no lo puedo explicar. Lo amo, y por eso he decidido dejarlo ir. Los amo, y por eso he decidido que me odien, así les dolerá menos mi partida.' 'Te amo Perseus Jackson'