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Eres mía.. Esas dos simples palabras se repetían constantemente en mi cabeza una y otra vez. Su mirada, su postura, su voz, su tacto, cada imagen de ese preciso momento se presentaba nítidamente en mi mente y no podía dejar de sonreír al recordar también, todo lo que sucedió después.

Lleve ambas rodillas al pecho y las envolví con mis brazos, levante la mirada y la enfoque en la profesora White quien daba pasos de un lado al otro mientras movía sus manos y hablaba sin parar. Necesitaba, con urgencia, regresar a la realidad y concentrarme en esta clase o me dejarían afuera de lo que sea que esté sucediendo, pero cuando estaba empezando a captar de qué trataba la conversación, mi teléfono comenzó a sonar. Rápidamente, rebusque entre mis pertenencias hasta encontrarlo y me sentía avergonzada por tener la mirada de cada uno de los presentes sobre mí.

-Lo siento.- me encogí de hombros.- Olvide quitarle el sonido, no volverá a suceder.- dije con la mirada fija en la profesora.

-No te preocupes _____.- contesto con amabilidad.- Solo recuerda hacerlo la próxima vez.

Le dedique una media sonrisa a la Sra. White y asentí un tanto aliviada de no recibir algún tipo de sermón. Cuando la mujer delante de la clase continúo con su charla, mire la pantalla del teléfono y rápidamente la desbloquee para leer el mensaje.

| Tienes el día libre.

Jake |

¿Día libre? Eso era extraño. Mire la pantalla de mi teléfono unos segundos y luego de asegurarme que la profesora White no estuviera pendiente de mi falta de atención, comencé a teclear una respuesta.

| ¿Día libre? Qué extraño. ¿Ocurrió algo?

___ |

No es que me molestase tener un día libre, es solo que me parece bastante extraño que me informaran sobre ellos una hora antes de que me presente en el bar.

| David hará unas reparaciones en el bar.

Lo mantendrá cerrado el día de hoy.

Jake. |

Le envié una corta respuesta a Jake agradeciéndole por el aviso y luego de desactivarle el sonido, guarde el teléfono en mi bolso. ¿Día libre? Hace meses que no tengo una tarde libre entre semana y me emocionaba pensar en cómo podría aprovecharla. Quizás pueda ir al centro comercial, salir a correr, tal vez pueda utilizar el tiempo libre para limpiar el departamento o solo me dedique a descansar.

Cuando la clase finalmente termino, guarde mis pertenencias dentro del bolso y mire a Amy, junto a mi. Le susurre llena de felicidad que no debía trabajar el día de hoy y que podríamos hacer algo juntas pero ella solo se encogió de hombros, cerró los ojos y soltó una maldición lo suficientemente fuerte para que solamente yo pudiera oírla.

-Tengo que cuidar de Tod y Toby esta tarde.- bufo.-

-¿Necesitas ayuda?.- pregunte sonriente.- O tu tía Karen insiste en que solo tu debes hacerlo.- Amy hizo una mueca de fastidio y asintió.- No puedo creer que luego de seis años siga asustada.- dije disgustada.

-Lo sé.- suspiro.- Aunque no la culpo, ella estaba embarazada de los gemelos y recibió algunos golpes durante el robo.

Ambas nos quedamos en silencio como si los recuerdos de ese día nos invadieran. Karen, la hermana de Alfred, vivía sola en una casa ubicada en las afueras de Leeds y a pocos kilómetros de la entrada a Bradford. La pareja de ella, en ese entonces la había abandonado y lamentablemente llevaba adelante un embarazo de 6 meses cuando un grupo de jóvenes ingresaron a la fuerza a su hogar. Karen, siempre había sido una persona de carácter bastante fuerte y ese día no fue la excepción, intento defenderse y lastimar a los invasores, pero eso solo provoco que se ganara un par de golpes que la dejaron completamente inconsciente. Al despertar, lo único que pudo ver fue vacio, todas y cada una de sus pertenencias, habían desaparecido al igual que todo el dinero que había estado guardando para cuando los gemelos nacieran. Desde ese entonces, Karen nunca pudo ser la misma persona.

Bad Boy. [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora