Capítulo 10: Primer día de entrenamiento.

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ADRIEN
Me desperté con un gran pesar en los párpados, a mi lado se encontraba mi dulce Marinette durmiendo. Su pantalón comenzaba a arrugarse y su blusa estaba ligeramente levantada. Teníamos la misma  ropa de ayer.

La noche anterior había sido un completo sufrimiento. Era como dormir teniendo la conciencia despierta; sin descansar. Me levante lentamente para no despertar a mi bella durmiente pero fue inevitable, poco a poco abrió los ojos.

Nuestras miradas se encontraron, en ellas había tristeza y confusión. No había pasado ni un día desde que Plagg se sello en el anillo para dormir y yo ya le extrañaba.

-Y ahora a quién le voy a comprar quesos?- dije inconscientemente. Marinette se levantó y se sentó al lado mio.

-Y yo galletas. En verdad le extraño- dijo ella refiriéndose a Tikki -Considero a Tikki como mi hermana- se escuchó su profunda tristeza en cada palabra. Estábamos destrozados.

-Pero solo serán tres meses no?- intente no sentirme tan mal.

Asintió.

-Si, aunque...- una ligera sonrisa escapó de sus labios. -No se cómo soportaras mis ataques de identidad. Tikki era la única que lo hacía-
Problemas de identidad, qué si no sabía yo sobre eso? Los tenía a diario. Sabia que tanto Adrien como Chat Noir son diferentes y eso complicaba la situación. A veces Chat Noir se presentaba siendo Adrien o al contrario.

-Lo mismo digo- Murmuré -No te sorprendas si de repente me pongo coqueto o digo chistes de gatos.-  me acerque -también tendrás que mimarme-

Quedó quieta por unos segundos, la sangre subió a su rostro pero eso se esfumó cuando comenzó a seguir el juego.

-Eres peor que yo- tomó mi barbilla -Me agrada este Adrien pero enserio; no más chistes de gatos- una sonrisa coqueta y de lado mostró -Es raro- decidió cambiar de tema pues volteó a ver hacia la puerta -No ha amanecido?-

-No- dije mientras tomaba mi teléfono de un Buró -Todavía falta una hora para que amanezca- sentí una punzada en el pecho -A esta hora estaría tomando una ducha para ir a la escuela-

Subió sus piernas a la cama y con ellas se cubrió el rostro.

-Alya- comenzó a jalar sus cabellos -A estas alturas mis padres y ella ya saben que yo soy Ladybug-

Nino.

-También Nino- complemente -Deben estar destrozados. Ni siquiera pudimos despedirnos-

Al parecer tuvo una idea pues se paró de la cama de improviso y chasqueo los dedos.

-Ya se!- una enorme sonrisa se mostró en sus labios -Podemos enviarles una carta-

-C-Cómo?- quede pasmado.

Se hincó frente a mi y empezó a tambalearse frenéticamente.

-Ayer cuando entrábamos al bosque vi que había un buzón. Podemos decirles que estamos vivos!-

Una chispa de esperanza llegó a mi.
Y cayó.

-Pero...- no debía ser tan pesimista -Les podría llegar? París a estas alturas ya debe de estar controlada por su reina-

Una mueca se presentó.

-Tal vez pero vale la pena intentarlo-

Esa mujer irradiaba confianza.

Me encantaba.

-Ya veras que todo se resolverá- se que ya lo habíamos repetido muchísimas veces -Regresaremos a la escuela, volveremos a ser los héroes de París y podremos salir a gusto, casarnos y tener hijos- eso ultimo lo dije eufórico lo que provocó que ella volviera a sonrojarse.

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