I E P Í L O G O. I

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Dos semanas después, tenían algo más que celebrar. Algo sobre lo que Louis era un poco menos entusiasta.

–Feliz cumpleaños, Louis –dijo _______ mientras se sentaban en una de las mesas del bar a esperar. Esa noche, lo había llevado al Socca, un pequeño restaurante del barrio, a pocas manzanas de su casa–. Treinta y cinco. Creo que eso se merece un regalo o dos.

Louis frunció el ceño.

–_______, te dije que no quería nada.

–Bueno, supuse que era uno de esos, aparentemente interminables, montones de órdenes que tengo la intención de ignorar –sacó dos sobres del bolso y los depositó en la mesa frente a él. Uno era grande, de unos tres centímetros de grosor. El otro pequeño, con alguna clase de objeto en su interior–. Elige.

Louis cogió el sobre más grande.

–Buena elección –le dijo.

Louis abrió el sobre y se encontró con un documento formado por múltiples páginas. Lo sacó y pasó la primera página.

Los nombres del titular captaron su atención:

LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA CONTRA ROBERTO MARTINO, y otros era una acusación criminal, firmada por la propia fiscal, imputando a treinta y cuatro miembros de la organización de Martino, incluyendo a Roberto Martino, por más de un centenar de cargos por violaciones de las leyes federales y estatales. Incluía desde cargos por crimen organizado, tráfico de drogas y armas de fuego, hasta asalto con agravantes, intento de asesinato y asesinato.

Louis ojeó en silencio la acusación. Cuando iba aproximadamente por la mitad, se detuvo y leyó cuidadosamente los puntos relacionados con el asesinato del agente de la DEA al que había tratado de advertir y con su propia tortura, a manos de los hombres de Martino. Todo estaba expuesto, párrafo a párrafo, con detalles gráficos.

–No me importa si no puedo pillarlos por nada más. Los colgaré solo por eso –prometió _______ calmadamente–. Voy a presentar los cargos la semana que viene. He pensado que bien podría inaugurar mi nuevo puesto con un pelotazo.

Louis deslizó la imputación nuevamente en el interior del sobre. Sería un pelotazo, sin duda. Estiró una mano y entrelazó los dedos con los de ella. _______ sabía lo que la imputación significaba para él pero tenía que asegurarse de que no estaba haciendo aquello por motivos equivocados.

– ¿Estás segura?

–Por supuesto. Llevo queriendo llevar este caso tres años.

–Las cosas podrían ponerse difíciles –la advirtió–. Tienes que manejar esto con cuidado. Lombard y Silas no son nada en comparación con Roberto Martino.

–He estado pensando mucho sobre cómo deberíamos proceder –dijo _______–. Me gustaría contar con todos los agentes de la oficina de Chicago y con algunos de otras divisiones, y efectuar los arrestos de forma simultánea. Atrapar a Martino y a sus hombres a la vez, a fin de no darles tiempo de hacer ningún movimiento. Voy a necesitar a alguien con quien pueda contar para liderar el grupo de asalto. Pensé que deberías ser tú. Y también que deberías ser tú el que arrestara al propio Martino.

Louis consideró las implicaciones de todo lo que ella acababa de decir.

Parte de ellas le producían un ligero pánico.

_______ ladeó la cabeza, malinterpretando su expresión.

–Pensaba que querrías el honor de atrapar a Martino.

–Oh, mierda, sí.

–Entonces, ¿a qué viene esa mirada?

–Se me acaba de ocurrir que como fiscal de los Estados Unidos estás en una posición de autoridad sobre mí.

Something About You - Algo sobre ti - (Louis y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora