—Estaba confundida, esa es la palabra. ¿Cómo que reprobada? Nunca me había pasado, es verdad que soy incontrolable en ciertas ocasiones, como en esta por ejemplo, he prácticamente arrastrado al profesor y Leyla donde Morgan para solucionar esto, pero siempre he sido muy responsable con mis tareas y deberes por lo que mi promedio en aprovechamiento es excelente comparado con el de disciplina.
Ley está con una sonrisa cínica mirándome sin perderse ni un solo detalle de mis acciones que demuestran mi estado en estos momentos. El profesor no deja de mirar su reloj de muñeca y ha repetido hasta el cansancio que tiene clase en esta hora, pero absolutamente nadie se mueve de este lugar hasta que no me den mi nota.
— ¿¡Que es todo esto, Manson!? —exclamó preguntando Morgan mientras se ponía de pie.
— ¿¡Qué qué es esto!? ¡Su incompetente profesor pretende reprobarme! ¡A mí!
— ¡No me parece nada malo! ¡De seguro te mandaste otra de tus sucias jugarretas! —acusó sin saber.
— ¡No hice nada!
—Efectivamente no hizo nada —aseguró relajado el profesor de biología.
— ¿No? —cuestionamos Morgan y yo al mismo tiempo.
—Exacto, no hizo nada. No hizo la investigación, no hizo las diapositivas, no fue a clase, no le importó su nota, le dejó el trabajo a la señorita Collins, él que se supone que era en parejas. Literalmente, usted no hizo nada.
— ¡Eso no es verdad! —el demonio me llevaba en esos momentos y mi sangre hervía hasta reventar mis venas. Miré a Leyla quien cuando vio que la miraba cambio su sonrisa que aún reflejaba por una cara de inocencia sobre—actuada.
—Eso es lo que pasó, la señorita Collins entregó su trabajo y expuso frente a los alumnos. Así que no espere que le dé una nota que no merece.
— ¡Pero eso no es así! Profesor yo...
—Usted nada, Manson. Quedó reprobada, no hay más que pueda hacer.
—Si yo quedo reprobada, olvídese de mí, y de mi hermana —dije mirando a Morgan quien cambió su semblante a uno más preocupado.
—Carol, cariño... Debes decir la verdad, no hiciste nada. Lo siento, pero es por tu bien —dijo Leyla con su mano en mi hombro. La miré con repudio y la aparté de mí, rápidamente me acerqué, tomé su brazo con fuerza hasta que gritó de dolor.
— ¡Di la verdad! ¡Di que el trabajo lo hice yo! —le gritaba al oído.
— ¡Suéltela! —me gritó Morgan y así lo hice dando un fuerte empujón.
—Solo hay una forma de solucionar esto —anunció el profesor quien era el más relajado en el lugar—. Mencione que dicen las hojas, las diapositivas y te daré un seis.
— ¡Quiero un diez!
—No tengo tiempo, señorita Manson.
—Hagamos esto, le digo lo que dicen esas hojas tal cual, y Leyla lo dirá también. Apuesto que es tan estúpida que sólo memorizó los primeros párrafos de la primera hoja —propuse mirando a la dichosa ladrona de trabajos quien ahora mostraba miedo y eso me gustaba.
—De acuerdo —aceptó el profesor.
— ¡No es justo! ¡Yo di mi exposición y tengo mi diez! —se defendió.
— ¿A que le temes, cariño? —cuestioné con la sonrisa cínica que ella tenía hace unos minutos.
Sin más que decir, expuse todo lo que sabía enfrente de los tres. Morgan me miraba con fastidio, Leyla con odio y el profesor con asombro, todas estas miradas decían que lo estaba haciendo de maravilla.
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Infiltrada [EN EDICIÓN]
Fiksi Remaja¿Quién en su patética vida no ha jugado Verdad o Reto? ¿Quién en su miserable vida no se ha arrepentido de elegir reto? ¿Quién en su estúpida, asquerosa y cruel vida no le dieron en el clavo a la hora de dictar el reto? Pues a mi, Caroline Manson, s...