Me despedí de todas y dije que había dejado algo olvidado en los vestidores, Cris se ofreció en acompañarme pero me negué rotundamente porque si no hubiera descubierto mi mentira.
Realmente, no dejé nada en el vestidor, pero si una cita pendiente en el laboratorio de química. Faltaban quince minutos para que fueran las seis en punto, planeaba decirle que fuéramos a otro lugar, antes de que nos cerraran las puertas. Por mi desgracia, el laboratorio quedaba en el séptimo piso, ¿Por qué escogería ese lugar?
Me tomaría demasiado tiempo subir por las escaleras, al llegar ya sería demasiado tarde por lo que con todas las fuerzas que fui capaz tomé el ascensor.
Presioné el botón 7, junté mis manos pudiendo sentir el sudor en ellas y no me perdía ni un segundo la luz roja que me indicaba en que piso íbamos.
Las puertas se abrieron con un timbre que anunciaba mi llegada, salí de un paso largo del ascensor sintiendo la calma recorrer cada parte de mi cuerpo como un viento huracanado.
Me dirigí rápidamente al laboratorio pero al entrar no había nadie, busqué con la mirada y al no encontrarla me di vuelta con frustración.
— ¿Carl? —llamó una voz masculina desde atrás lo que provocó que detuviera mi paso dolorosamente, hace mucho tiempo que no me llamaban así. Mi cuerpo seguía con gotas de sudor por las ansias que tuve al subir por el ascensor, una de ellas resbaló por mi espina dorsal causando un cosquilleo que hizo mi cuerpo reaccionar en un escalofrío— Tu amiga aún no vino y creo que no vendrá.
En ese momento entendí que el tipo me había confundido con ella —Más bien, ella no vendrá —dije volteando para que viera mi rostro, lo que al parecer funcionó por la expresión que invadió sus facciones.
Era un chico alto y con músculos definidos, no pude apreciar más detalles porque en el lugar sólo alumbraba una lámpara que se encontraba de mi lado haciendo que su cuerpo sea sólo una sombra.
—Entonces, tú debes ser Caroline —dijo con un tono diferente al anterior.
—Vaya, me mata tu lógica —dije con sarcasmo rodando los ojos.
—Eres muy parecida a ella —respondió sin darle importancia a mi comentario—, las confundí de espaldas.
—Corrección, ella es muy parecida a mí —aclaré con mi dedo índice elevado—. Sólo de espaldas, de frente la diferencia es muy notoria.
—Si, me doy cuenta —respondió.
Me di vuelta para salir de aquí, realmente no me interesaba entrar en una charla profunda con el chico sombra.
—Carl dijo que no la esperaras y que quizá en algún momento podrán tener esa charla —volvió a dirigirse a mí mientras seguía caminando.
—Tampoco estaba en mis planes hacerlo —contesté cruzando la puerta camino a las escaleras.
Las bajé lo más rápido que pude, cuando llegué al último piso corrí a la puerta principal pero unos sonidos de alguien forcejeando contra ella me hicieron detener. Miré escondiéndome detrás de la pared, asomé mi rostro un poco y mi cabello resbaló hacia ese lado, una sombra trataba de abrir la puerta y al no poder terminó rindiéndose dando una patada a esta.
— ¡Diablos! —gritó frustrado y pude reconocerlo por el tono de voz. El chico sombra del laboratorio, si él no podía abrir la puerta, quiere decir que la cerraron con seguro, saco rápidamente mi celular de mi chaqueta para ver la hora y este me encandila con su brillo pero logro ver lo que buscaba: 18:02.
— ¡Perlas! —grito esta vez yo y seguido de esto llevo mi mano hacia mi boca como si pudiera detener el grito.
— ¿Quién está ahí? —preguntó el chico acercándose a mi escondite.
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Infiltrada [EN EDICIÓN]
Teen Fiction¿Quién en su patética vida no ha jugado Verdad o Reto? ¿Quién en su miserable vida no se ha arrepentido de elegir reto? ¿Quién en su estúpida, asquerosa y cruel vida no le dieron en el clavo a la hora de dictar el reto? Pues a mi, Caroline Manson, s...