Capitulo 23

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Narra Guillermo:

No me puedo creer que nos hayamos quedado dormidos, ¡Es que no me lo creo tío!, Había puesto la alarma a la hora exacta, pero supongo que el cansancio nos gano y ninguno de los se despertó cuando esta sonó.

Me levante de golpe al ver la hora, llamando a Samuel repetidamente para que despertase mientras cogía mi ropa del piso para irme vistiendo.

-¡SAMUEL DESPIERTA!¡NOS HEMOS QUEDADO DORMIDOS!

-¿Qué sucede? – Pregunto adormilado, en otro momento me quedaría mirándolo con cara de tonto por lo malditamente tierno que se ve cuando esta recién despierto, pero este no era uno de esos momentos

-¡LA EXCURSIÓN, SAMUEL! ¡NOS HEMOS QUEDADO DORMIDOS!

-¡MIERDA! -Dijo levantándose de golpe, tomo su ropa del piso también, colocándose el mismo pantalón y buscando entre sus cosas una camiseta nueva, yo fui al baño y cepille mis dientes rápidamente, salí a ponerme una camiseta y cuando me di cuenta él estaba saliendo del baño con su cepillo dental en manos.

-Ya, estamos bien así, vayámonos, tal vez aun no se han ido - Dije saliendo y el salio tras de mi, llevábamos retraso de casi media hora, con suerte nos encontraríamos con ellos subiendo al autobús, desgraciadamente no fue así, no había nadie en los pasillos de donde nos hospedábamos y cuando llegamos al estacionamiento, el autobús ya no estaba.

-Se fue... -Susurre agotado, sin negar la tristeza por haber perdido el autobús. Me hacía tanta ilusión visitar Andorra que me cabreaba no haber escuchado la alarma.

Samuel no tardo en darse cuenta de mi rostro desilusionado, tomándome de las manos y abrazándome con una enorme sonrisa.

-¿Y si vamos a desayunar? Así te animas un poco -Propuso mientras se separaba del abrazo. Sin darme tiempo a responder y guiándome hasta la cafetería entre frases positivas sobre haber perdido el autobús. Aunque lo único en lo que pensaba yo era en todo el tiempo que estaríamos solos...

Cuando llegamos a la cafetería observe nuevamente el recinto, era un lugar bastante amplio, con mesas de distintos tamaños y manteles blancos.

El aroma a café y chocolate inundo mis fosas al segundo de entrar, abriéndome el apetito. Todo estaba tan tranquilo... La noche anterior cenamos en esta misma cafetería, pero con toda la adrenalina de haber ganado el partido y los gritos de todos mis compañeros no me había fijado en lo pacifico que resultaba el lugar.

Recuerdo que Samuel estuvo toda la cena celoso por sentarme al lado del peliverde. Solo recordarlo me hacia tener una imagen bastante tierna de mi novio en la cabeza. Sería imposible que sucediese algo con el peliverde... solo lo veo como un amigo.

-Adelante, caballero -Me dijo Samuel con voz coqueta mientras apartaba la silla para que me sentase. No pude evitar reír y sonrojarme por el repentino acto-. Voy a pedir el desayuno.

-Okay... Aunque no se que pedir. -Conteste algo dudoso, aunque él solo me guiño un ojo y se fue. A saber que hará...

Miré mi teléfono. Tenía cerca de cinco llamadas del entrenador y cuarenta mensajes de Oscar preguntándome donde estaba... Desde que el peliverde se había comprado un nuevo móvil le daba bastante uso a los mensajes ¡Anda que no petaba el tío!

Segundos después de leer todas las notificaciones y mandarle un mensaje a Luzu para que sepa que estamos bien noté como el teléfono vibraba en mis manos por un nuevo mensaje.

"Cierra los ojos"

Sonreí como estúpido al ver que el autor del mensaje era Samuel. Tuve la tentación de mirar hacía los lados para ver si lo veía, pero decidí obedecer y cerrar los ojos.

Dreamers {Wigetta}Where stories live. Discover now