Dreamers {Wigetta}

Capitulo 29

Narra Willy:

Las lágrimas reabalaban por mis mejillas a la vez que muchos sentimientos luchaban en mi interior ¿Porque me tenía que pasar esto a mi? ¡Yo no había besado a Guisell! Nunca lo haría, mucho menos en una situación como esta.

Escuché la puerta abrirse y me seque rápidamente las lágrimas, y es que no me había movido ni un centímetro desde que Samuel salió de aquel aula tras besarme.

-¿Guillermo? -Dijo una voz conocida. Al girarme me encontré con la persona que menos queria ver en el mundo, esa persona a la que tanto asco le cogi de un momento para otro... ese jodido peliverde, quien lucía extrañamente preocupado-. ¿Estas bien?
-¿Que coño te importa? -Respondí tratando de ser lo más duro posible, no iba a esconder ni lo más mínimo mi enfado hacia su persona.
-Quería hablar contigo...
-Déjame en paz.

Cada vez controlaba menos mis emociones, antes de darme cuenta mis ojos volvieron a humedecerse, recordando el beso que me ha dado Samuel... el dolor con el que me acusaba de algo que no había hecho. La cruda imagen de Oscar y Samuel besándose no tardó en aparecer por mis pensamientos.

-¿No has jodido las cosas suficiente? Ya tienes todo lo que querías: Tienes a Samuel.

Las últimas palabras salieron como un suspiro cargado de dolor, como si miles de puñales atravesaran mi corazón al mismo tiempo, dándome cuenta de lo mucho que este chico a conseguido alejarme de -y ya no tengo miedo de decirlo- la persona que más he amado en el mundo.

¿Sabéis cuando un edificio se derrumba? Ves todos los ladrillos destrozandose, haciendo que la imagen que tenías de ese sitio desaparezca, viendo como se desmorona en apenas unos segundos y deja atrás la forma que solía tener ante tus ojos.

Exactamente eso fue lo que sentí al ver a Oscar llorar.
Un chico que rebosaba confianza... que no tenía miedo de decir lo que pensaba y que sonreía ante cualquier situación. Ese tipo de chico sin vergüenza para expesarse y con una sonrisa puesta en la cara.

Toda esa fachada, todo lo que en ese momento creía saber de él: Se esfumó.
Se esfumó como lo hacían las lágrimas por sus mejillas.

-Lo siento -Susurró sentándose en el suelo-. Yo no quería...
-¿Que es lo que no querías?
-Lo siento. Yo le amaba tanto que no pensé en las consecuencias, se que fue un tremendo error besarle aquella noche, pero no sabía que tanto os amabais... No te voy a mentir, no más. Desde que Samuel y yo rompimos pensé que sería lo mejor, que quizás no congeniabamos, pero cuando volví a verlo después de tanto tiempo... Dándome cuenta de que alguien había ocupado mi lugar... Sentí celos, pensé que con tu ayuda podría volver a acercarme a él, pero ahora entiendo el terrible error que cometí.

Cada palabra que soltaba me dejaba más perplejo que la anterior. Tomé asiento a su lado, dejando de lado cualquier rencor que guardaba hacia aquel chico y envolviendolo en un suave abrazo. Abrazo que ambos necesitábamos.

Y a partir de aquí no se cuanto tiempo pasamos juntos, pero sin duda nos servio a ambos para desahogarnos.
Él parecía muy arrepentido, me explicó por todo lo que estaba pasando en ese momento y no paraba de decirme lo mucho que siente haberse interpuesto entre nosotros.
Yo por otra parte le conté nuestra historia, lo mucho que lo amaba, las peleas que tuvimos y el supuesto beso, que según él, le di a Guisell.

-¿Pero no la besaste?
-¡Ya dije que no! Nunca haría eso, mucho menos a la semana de discutir con Samuel.
-Es que es muy extraño... ¿No pudo haber malpensado ningún momento?

Medite unos segundos, recordando la última vez que hablé con Guisell y la manera en la que está me insinuaba.

-¡Joder! -Dije cuando caí en la cuenta- ¡Es cierto! Ese día Guisell no paraba de insinuarse, acercándose mucho y tratando de convencerme para que intentasemos algo. Visto desde un ángulo erróneo podría parecer que nos besasemos, pero en serio que no lo hicimos.
-Te creo, pero creo que deberías de explicárselo a Samuel.
-No me creerá, está muy cabezota y seguramente se niege a escucharme...
-¿No es eso lo que hiciste tú?