Capitulo 25

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Narra Willy:

-¡Abuela! ¡Ya Llegué! – Grite sin respuesta en cuanto entre a casa.

-Parece que no hay nadie... - detrás de mí entró Samuel con un par de maletas en sus manos, la suya y la mía. El autobús nos había dejado en casa ya que nos quedaba de camino, él decidió quedarse conmigo y luego irse a su casa después de descansar un poco.

-¿Qué te he dicho de cargar mis cosas, macho? - le dije quitándole mi maleta, no me gustaba sentirme la parte femenina de la relación, pero al parecer a él le encantaba hacerme sentir como tal.

-Lo siento... ya es costumbre - dijo con una pequeña sonrisa, rodé los ojos mientras sonreía igualmente. Avancé por toda la casa con Samuel detrás de mí, aun llamando, esperando una respuesta, pero como Samuel dijo: no había nadie para recibirme - Que raro ¿no?, Tu abuela sabía que volvías hoy.

-Si... la llamare, puede que haya ido a buscarme en el terminal – deje mi maleta en la sala y tome el teléfono fijo para llamar al número de mi abuela. Samuel se lanzó al sofá dejando salir un largo suspiro, señal evidente de cansancio por el largo viaje. Comencé a hablar con mi abuela, quien en realidad si había ido a recibirme en el terminal de autobuses, mientras veía a Samuel jugar con uno de esos gatos chinos que vendían en las tiendas de antigüedades, mi abuela dijo que volvería a casa pronto, pero que haría primero un par de cosas, dándome tiempo a solas con Samuel.

-¿Qué te ha dicho?

-Si, fue a buscarme al terminal, dijo que vendría pronto pero primero va a hacer unas cosas en el centro.

-Eso quiere decir que...

-Que estamos solos por un buen rato – dije dejándome caer a un lado de él en el sofá, volteé a mirarle y tenía una sonrisa algo maliciosa, poso una de sus manos en mi mejilla, y acariciando esta con el pulgar fue acercándose lentamente a mí, depositando un pequeño y tierno besos en mis labios.

-Dejamos algo pendiente ayer en la noche... - fue colando sus manos por debajo de mi camiseta, acariciando mi abdomen con sus frias manos.

-¿Ah, sí? No lo recuerdo – dije con un tono juguetón a la par que inocente, sabía que la perfecta combinación de ambas le ponía, por muy extraño que suene.

-Sí... mencionaste una cosa... dijiste algo de "Hacer algo divertido" – dijo susurrando en mi oído, haciendo que un escalofrió recorriese toda mi espalda, al mismo tiempo que una de sus manos se colaba por debajo de mi short, acariciando mi miembro por encima de la tela del bóxer.

-Ah, vale... ya empiezo a recordar – le bese yo esta vez, colocando mis manos en el borde de su camiseta, levantando esta lentamente hasta que finalmente se la quité. Samuel se separó de mí, dando un par de palmadas en su regazo para que yo subiera en él, me reí de lado e hice lo mismo que él, di unas palmadas en mi regazo y él me miro confundido, me volví a acercar, sin perder la posición en la que estaba ahora y susurre en su oído – Estas muy loco si piensas que voy a dejar que me la metas de nuevo.

Samuel sonrió y se coloco en mi regazo, repartiendo besos por todo mi cuello y ayudando a quitarme la camiseta.

Traté de tomar el control de la situación, besando sus abdominales de forma torpe y sensual, bajando la mano hacía sus boxers para deshacerme de ellos.

Calor, esa era la palabra que podía describir el ambiente. Ambos estábamos sonrojados, suspirando con cada movimiento, juntando de forma pasional nuestros labios. Gritando al mundo que nos queremos con pequeños susurros.

Justo cuando él iba a quitarme la poca ropa que quedaba escuche el timbre.

En principio lo ignore, pues estaba centrado en los labios de este chico que tan loco me volvía. Desgraciadamente el portero siguió sonando, cada vez más fuerte e insistente.

Dreamers {Wigetta}Where stories live. Discover now