Dreamers {Wigetta}

Capítulo 28

Narra Samuel:

-Estoy cansado ¡No te entiendo! ¡¿Alguna vez has sentido algo por mí?! - Solté con todo lo que mis pulmones me permitieron, noté cómo me miraba con una cara de confusión mientras unos segundos de silencio parecían hacerse horas.

-¿Es en serio? ¿De verdad me estás preguntando si alguna vez he sentido algo por ti? ¿Acaso te crees que todos esos besos para mi fueron un juego? ¿Qué te di mí primera vez así como así? ¡¿Te crees que mentía con cada "te quiero"?! ¡Yo no soy como tú! Para mí esto no ha sido un juego -Hizo una pequeña pausa para después soltar en un grito. Para mí no eran má
s que mentiras-. ¡Yo te amaba y te sigo amando! Pero me temo que soy el único que lo siente.

Las veces que Guillermo me decía que me amaba se podían contar con los dedos de una sola mano, al escucharlo solo pensé en cuando nos besábamos, ese momento único que hacía que nada más importara y que esas palabras tuviesen sentido. Claro que me había dolido que dijera que no lo amaba ¿Cómo se le ocurre?

Me abalance sobre él, juntando nuestros labios en un beso que ambos necesitábamos, se evidenció claramente cuando inmediatamente me correspondió, unas cuantas lágrimas aparte de las otras que ya habían mojado sus mejillas se deslizaron por estas.

-Si no te amase más que a nada en el mundo no habría hecho esto -Respondí mientras me alejaba-. Si lo crees o no, no es cosa mía. Al menos yo no me he liado con Gisell.

(...)

-¿Crees que es una buena idea?
-¡Claro que lo es! - Me dijo el noruego más entusiasmado de lo que yo estaba.
-No lo sé... Él ya dejó muy claro que no quiere verme, mucho menos perdonarme, no creo que sea bueno molestarlo con esto.
-¿Estas de coña, cierto? - Dijo un tanto cabreado, me sorprendió cuando se levantó de golpe parándose frente a mí con una expresión de cabreo en su rostro. Se acercó a mí y me preguntó con voz amenazante - Dime una cosa ¿Lo amas cierto?
-Por supuesto que sí...
-Dilo más fuerte.
-¡Por supuesto que lo amo, leches! - Lo diría las veces que fuera necesario, lo amaba como nadie ha llegado a amar a alguien jamás.
-Entonces eso es todo, si el siente una pequeña parte del amor que tú le tienes, todo va a salir bien - Baje la cabeza cuestionándome aun si sería una buena idea, regresé la mirada a mi compañero, que tenía una sonrisa cálida. Eran las palabras exactas que necesitaba para decidirme a hacerlo
-¿Desde cuando eres bueno en las relaciones? -Pregunté acompañado de una sonrisa.
-Yo también estoy enamorado, recuerda.

(...)

-¿Qué dices? - Preguntó Guillermo anonadado, casi parecía sentirse ofendido.
-No te atrevas a negarlo, los vi perfectamente, estaban en el pasillo y ella de rastrera como siempre se acercó y te beso, y tú bien que te dejaste.
-¿Qué yo que? ¿¡Ahora se supone que soy yo él que beso a alguien más!?
-Ya te explique lo que paso, ¡yo no lo bese!
-¡Pero en su caso hubo un beso! Yo no la bese... - Cada vez eran más las lágrimas que caían por sus mejillas, cada vez era más el tono de tristeza en su voz, cada vez se me rompía más el corazón.
-Lo que más me molesta de todo, es que solo paso una semana y a ti ya se te olvido todo lo que paso entre nosotros - Las lágrimas también amenazaban con hacerse presentes en mi rostro, y solo por mi orgullo se mantenían adentro, de dónde nunca deberían haber salido.
-Vienes aquí, me reclamas, me besas y me dices esto... ¿Con que derecho me haces sufrir tanto? - Soltó en un grito ahogado antes de cubrir su rostro con las manos.
-Con el mismo derecho que tú me lo haces, Guille... - Ya era demasiado para mí, no pude contener más las lágrimas, pero no permitiría que él me viese llorando, no permitiría que viera que había logrado hacerme daño... no de esta forma. Me di la vuelta dispuesto a salir de esa aula que había sido testigo de todo lo que habíamos dejado salir, justo antes de cerrar la puerta tras de mí: Me detuve, metiendo mi mano en el bolsillo y sacando un par de pulseras - y pensar que creí que me amabas... que tonto fui - dije, tirando el obsequio que había comprado para ambos al bote de basura del aula antes de salir de ahí definitivamente.