—¡Lo que hiciste no tiene excusa! — gritó abriendo la puerta de la alcoba de su hija — ¡Eres tan caprichosa!.
—¡Te he dicho que no me casaré! — gritó en respuesta.
La mujer la vio fulminante y sin esperar su mano se fundó con la blanca mejilla de su hija, una tras otra vez golpeando a su primera hija.
—¡Eres una cabeza de chorlito! — dijo tras la última bofetada.
La señorita Gomez la vio molesta, sus ojos se tornaron oscuros por la ira — Que sea la última vez que me golpeas — sentenció — si no juro devolverte el golpe.
La señora Mandy la vio indignada — ¿Que has dicho?, ¿Me golpearias? — preguntó.
—¡Vete de mi alcoba! — gritó limpiándose con el dorso de su mano la sangre que brotaba de su labio inferior — ¡Ahora madre!.
Afligida salió de la alcoba, y mandó a la negra esclava a curar el labio roto de su hija sin la menor explicación.
Enseguida subió la morena, vio su ropa hasta donde sus dos ojos mieles se les hizo posible y suspiró, tocando la puerta —¡He dicho que te largues! — gritó garbosa la joven desde el otro lado de la puerta.
—He venido a curarla mi señora — anunció y sin esperar tanto la joven abrió la puerta con una sonrisa en su rostro. Cuando Julianne entró su amada ama se lanzó a sus brazos.
—¡Amor! — exclamó feliz.
Julianne la vio por un momento y sabiendo que no podía huir se quedó en silencio.
—¿Que pasa? — preguntó preocupada.
—Siéntese por favor le limpiare su labio — se apartó lentamente de ella.
Busco entre los cajones del hermoso mueble tallado a mano por el mejor carpintero del lugar, y encontró el alcohol junto unas tiras de tela.
—Le dolerá pero verá que no le amanecerá inflamado— anunció y se acercó a la joven — ¿Podría tomar asiento? — la joven se sentó en el borde de la cama y las manos morenas llevaron la tira de tela hacia el labio rosa de su ama.
Gimió al sentir el alcohol en su labio —Duele, duele — se quejó.
—He terminado — anunció y se apartó de ella.
—Gracias Julianne, gracias por cuidarme — sonrió, esa sonrisa que hacía que la cordura de la morena se despojara de su cuerpo.
—Buenas noches ama — dijo decidida a marcharse pero Selena la tomó del brazo.
—¿Que pasa amor? — preguntó.
—No debería llamarme de esa forma; soy su negra esclava y a su prometido no le hará ninguna gracia.
La joven sonrió — Ya comprendo, ¿Estas celosa? — la morena desvío su vista — mirame amor — pidió.
—No estoy celosa, porque para estar celosa debe ser mía y usted no lo es; y es todo lo contrario porque yo si soy suya — respondió con palabras amargas.
—Soy tuya, Julianne ¡Soy tuya! — respondió y se lanzó a los labios de la morena, exigiendo un corto beso y aun sobre sus labios habló — ¿Lo dudas?, me he entregado a ti, quiero que me desposes cada noche, a cada momento, mi cuerpo pulsa al tenerte cerca y mi vientre quema ¿No sientes lo mismo?, porque si no es así será lo peor que me pudiera pasar y no lo soportaría Julianne — se aferró al cuello de la morena.
—¡Oh ama! — las manos de la morena se bajaron a la cintura delgada de la joven derritiendola al tacto — desearía desposarla y cuidar de su sueño cada noche; ser quien la llamara esposa y con quien tuviera un árbol genealógico, pero soy solo una pobre esclava destinada al olvido y lo aceptaba, ¡Juro que lo hacía!, pero ahora no lo acepto; porque no quiero y tampoco aceptaré su olvido, no quiero su olvido— la joven abrió sus ojos y la vio con el ceño levemente fruncido.
—Yo también lo quiero y no eres una simple negra, ¡Deja de llamarte así!. Y nadie nos sentenciará al olvido, vivirás en mi alma y yo viviré en la tuya — y antes que contestara capturó su labio inferior.
Sus manos viajaron hacia el borde de la blusa de la morena buscando los botones de la blusa.
—Quiero que me desposes — pidió entre besos y la morena asentó.
Las manos morenas soltaron el nudo y aflojando así el corcel; dejándolo caer y liberando los bellos senos de su ama, blancos y con los pezones rosas. La morena se arrodilló y la joven se inclinó un poco para que la morena tuviera acceso a su seno.
—Soy sólo tuya Julianne, te amo ¿Tú me amas? — preguntó con voz ronca.
La morena asentó y antes de esconder el pezón en su boca habló — La amo en cuerpo y alma, tanto que si alguien más la tocara preferiría la muerte, no puedo estar sin su cuerpo y sin su forma brillante de hablar y actuar — ambas sonrieron y la morena cerró los ojos y absorbió el pezón.
La joven tomó de la cabeza a la morena y echó su cabeza hacia atrás disfrutando de la cueva caliente que abrigaba su pezón. La mano de la morena apretó el otro seno y se turnó para repetir su acción en cada uno de ellos.
—¡Oh sí Julianne! — gimió — me gusta, no pares — habló con voz ronca y excitada.
La morena beso el abdomen con sus ojos cerrados disfrutando de la textura y del sabor de la piel de la mujer de sus sueños, la joven inclinó su rostro y con su mano condujo a Julianne a sus labios y se fundieron en un beso necesitado y violento.
Selena desnudó a la morena y luego se desnudo, la morena se mordió el labio inferior y con su vista recorrió el cuerpo de la joven.
—Su cuerpo ha sido tallado con mucho cuidado, es una obra maestra, el cuerpo de un ángel— susurro Julianne.
—Bésame — pidió y la morena capturó los labios expertos de su ama.
La joven soltó los labios de la morena y beso el cuello de Julianne, empezando a rozarse en el cuerpo delgado de su esclava, sus sexos se rozaban haciendo que su pronta excitación siguiera latente. Las manos de Julianne se posaron en la espalda blanca de su ama, rasguñandola mientras la joven se movía para que sus ya hinchados clítoris rozaran haciéndolas delirar a ambas.
—¿Te gusta?— preguntó la joven moviéndose.
—Sí — respondió apretando más a Selena a su cuerpo — no pare ¡Dios! — gimió y beso los labios de su ama.
—Quédate a dormir — pidió.
— Si me quedo a dormir— respondió.
Ambas sonrieron y volvieron a unir sus labios.
III
—Hemos invitado a Rafael para el almuerzo, espero le pidas disculpas — la vio molesta.
—Yo no tengo porque disculparme — se defendió.
—¡Basta ambas! — gritó el hombre.
—Dile algo a tu hija — exigió.
El señor Gomez la vio molesto — ¡Cállate Mandy!— exigió y luego giró para ver a su hija a los ojos — Selena entiende, es un buen partido ¿Que quieres?, ¿Quieres ser la mujer de un negro? — preguntó como si aquello era peor de los crímenes.
—¿Qué piensas de las mujeres que les gustan otras mujeres? — preguntó.
Los señores abrieron la boca espantados y abrieron los ojos asombrados por la pregunta poco ortodoxa que su hija les había hecho.
—¡¿Que has preguntado!? — gritó la madre — somos una familia con principios y si bien...— La interrumpió Ricardo.
—¿Lo preguntas por la condesa? — sin saberlo Selena asentó — Pues es condesa, y su querida es una mujer que solía pintar aunque no es aceptable ¿Que mas podemos hacer? — le dijo ya resignado.
—Comprendo, he perdido el apetito — se levantó de la silla.
—Recuerda que viene tu prometido, y también saldrás con él para la cena — le recordó su madre.
La joven puso sus ojos en blanco y se marchó. Sabiendo con quien podría hablar de algo que la había torturado por años, necesitaba conversarlo con alguien o se volvería loca.
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Buscando El Arcoíris |Selena Gomez|
FanfictionEn una ciudad de la vieja Europa, vivía una pareja que procrea a una bella mujer; con el tiempo la joven se vuelve una alma libre, obstinada y luchadora. La señorita Selena luchará por obtener los derechos que le han quitado a un pequeño pero gran g...