El cielo se encontraba completamente estrellado, las estrellas parecían pequeños focos que iluminaban la mansión de los Gomez, iluminaba los cuerpos de dos mujeres amándose en la oscuridad, pareciese que el cielo estaba de acuerdo con ese amor o quizás sentía compasión porque sabía que ese romance era algo imposible.
—¡Oh Dios! — jadeo la joven mujer en los brazos de la morena — ¡Julianne! — la llamó con voz ronca mientras rozaba el cuerpo de la morena.
Julianne soltó el cuello de su ama para reclamar sus labios, se besaban como si no hubiese un después, sino como si ese fuera su último día en la vida, las manos de Selena apretaban la cintura de Julianne tanto que sus nudillos se habían vuelto blancos; chocaban sus labios haciendo que el ruido de la saliva fuera más intenso pero que mas les daba, se deseaban y cada vez ese deseo crecía más.
Rompieron el beso y sus pechos subían y bajaban — Debo irme — habló Selena tocando los labios rojos e hinchados de Julianne.
—Lo sé, solo prometame que no dejará que la toque — volvió a pedirle lo mismo; como cada día y cada noche que se veían.
—Te lo prometo — dejó un corto beso y volvió a prometer como lo hacía cada vez que se miraban.
La abrazó por atrás, tan intensamente y absorbió el olor del cabello de su amada, la joven se giró para abrazarla. Se mantuvieron por un periodo de esa forma.
—No temas amor, yo solo soy tuya, tuya y nadie más podrá tocarme — susurro en el oído y beso su mejilla.
—Tengo miedo, miedo que la toque — soltó volviéndola a apretar a ella.
—Sospechara, debo irme — se soltó y empezó a caminar hacia la casa.
Julianne se mantuvo en ese lugar por un tiempo prudente, y justo ahora deseaba una amiga, que la comprendiera y con quien poder decirle todo eso que la ahogaba.
—Pensé que te quedarías con tus amigas a dormir — comentó bordas Rafael.
—No, es que...— no sabía qué decir y sacudió su cabeza — solo se me fue el tiempo.
La vio entrecerrando los ojos y molesto pero asintió —¿Crees que soy imbécil? — preguntó caminando hacia ella.
Dio pasos hacia atrás mientras él avanzaba — No lo creo Rafael, ¿Por qué dices eso? — arrugó el entrecejo confundida.
Sonrió y se acarició el labio inferior — Definitivamente crees que soy imbécil — concluyó y su mano se fundó en la mejilla de su joven esposa.
El golpe retumbó haciendo que la joven girase, quedándose por un largo tiempo de esa forma; cuando el dolor no era tan intenso se incorporó y en su boca había sangre.
—Todas las posibilidades que tenías conmigo se acabaron justo ahora — la joven habló tranquila.
—¿¡Cuales?! — gritó tomándola por los costados — y sabes qué, ya me harte. ¡Eres mi mujer! — gritó en su cara y la beso a la fuerza.
La diferencia de estatura, peso y fuerza hacía que para la joven fuera imposible mover su esposo, en desesperado joven intentaba besarla pero su esposa solo escondía los labios y movía la cabeza sin dejarlo poder cumplir con su deseo.
—¡Maldita sea! — gruñó y soltó a su esposa.
Se dejó caer y empezó a llorar, abrazó la cintura de su esposa tomándola por sorpresa, y aunque la joven no lo quisiese, lo consoló.
—Tranquilo — dudosa acarició el cabello del joven.
—Te estoy perdiendo y ni siquiera llevamos años de casados — confesó el motivo de su desespero.
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Buscando El Arcoíris |Selena Gomez|
FanfictionEn una ciudad de la vieja Europa, vivía una pareja que procrea a una bella mujer; con el tiempo la joven se vuelve una alma libre, obstinada y luchadora. La señorita Selena luchará por obtener los derechos que le han quitado a un pequeño pero gran g...