Capítulo XXI

678 47 3
                                    

                            X




—¿Temes de quién eres ahora?— tomó la tetera y vació un poco de té en la fina taza de porcelana delicada.

—Siempre he temido de quien soy, siempre he temido mostrarme como soy; es una época difícil, un tiempo difícil, soy mujer y eso lo hace más complicado — su voz se encontraba rota como su corazón.

—Te auto desprecias — contestó incrédula.

Suspiró y se vio al espejo — Creí que podía cambiar algo, pero no lo hice madre y encontré a quien amaba y resulta que no debía amarla y ahora debo verla de otra manera, ¿no crees que es suficiente como para auto despreciarse? — la vio por el rabillo del ojo.

Apretó el hombro de su hija — Deja de verla como lo haces. ¿Quieres que le diga que se vaya de viaje? — preguntó dubitativa.

Negó de inmediato y se giró bruscamente — ¡No!, no, no es lo que quiero — respondió.

—Bien, iré a ver que hace y por favor concéntrate en tu matrimonio Selena — le regaló una sonrisa comprensiva.

—Si, claro.

Como si fuera fácil madre, dijo mentalmente y se acomodó el vestido de mangas anchas blanco y verde menta. Ya habían pasado unos días y poco a poco se estaban acostumbrando a cómo sería su vida, y cómo deberían verse.

Julianne había aprendido a usar cubiertos y a comportarse como una dama, y ahora en esa enorme alcoba solo deseaba a regresar a ese pedazo del establo y dormir feliz.

—Dices que eres hija de Mandy de Gomez, ¿verdad? — le preguntó por centésima vez.

—Te he dicho que sí.

Lo miró por un momento y se llevó un pedazo de panqueque a la boca, tratando así de que el chico volviera a hablarle.

—No te pareces a nadie de ellos, tienes ojos mieles y eres mestiza — la miró curioso — o quizás tienes más parecido a tu padre, Ricardo — la observó expectante.

Jadeo de molestia — ¿Y se supone que eres un caballero y has ido a las mejores escuelas? — preguntó y él asintió con orgullo y Julianne bufo en burla — pues no me imagino como hubiera sido si no hubieras asistido a ninguna.

El chico tiró los cubiertos viéndola amenazante — Las mujeres no son más inteligentes que los hombres.

—Creo que hasta un burro puede ser más inteligente que tú — respondió tranquila.

No respondió y dejó unos billetes en la mesa, dejando a Julianne sola. Observó cómo se marchaba el séptimo chico de la lista.

—No importa realmente — masculló.

Acarició su nuca y echó su cabeza hacia atrás.

—Esa fue buena, querida — habló una voz femenina gruesa.

Julianne se incorporó de inmediato — ¿Qué?.

—Eso, de ahuyentarlo — la miró con una sonrisa y curiosa — ¿Eres de por aquí?, no te había visto antes.

—No, soy de aquí — la miró por un momento y lo que más le llamaba la atención era ese pedazo de papel que alumbraba y donde se le escapaba humo — tomé asiento — pidió.

—¡Oh, soy una grosera! — exclamó — ¿Quieres? — le extendió uno y Julianne negó — pensé que fumabas— se excusó.

—No lo hago — respondió nerviosa.

Buscando El Arcoíris |Selena Gomez| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora