—Tu nombre es muy lindo — le regaló una media sonrisa y acarició su labio inferior.
Negó incrédula — Estoy fuera de tu alcance, te lo aseguro Rafael — respondió de manera sutil pero con una mirada de lujuria.
—Dame un no con una intención de un sí, el trabajo es todo mío — respondió coqueto.
Sonrió — Bien, no puedo negarme. — bebió de su copa.
—¿Podría sentarme?— preguntó.
—Claro, toma asiento Rafael — lo miraba fijamente con atención.
—No te había visto, no eres de por aquí, ¿cierto? — preguntó al sentarse delante de Lizzy.
Lizzy sonrió — Me pregunto si la belleza también las tendrás por dentro — comentó.
—Es lo mismo que me pregunto al verte — atacó él sin borrar la bella sonrisa.
Ella tocó el hombro del caballero, y una idea apareció en su cabeza, una idea un tanto atrevida pero tentadora.
—¿Quieres ir al hotel conmigo? — preguntó sonriente.
Levantó su ceja y asintió — Sí.
Rafael como todo un caballero pagó la cuenta, le tendió la mano y se dirigieron al hotel de Lizzy.
XII
—¡No me importa!— gritó mientras empacaba su ropa apresuradamente.
La madre de la joven intentaba evitar que su hija siguiera empacando la ropa, obstruyendo el paso.
—¡Hija!, ¡escúchame! — exigió con la voz en un hilo, completamente abatida.
—¡No, joder! — respondió.
—¡Selena!, ¡por favor!— intentó tomarla de los brazos pero su hija se negó.
Forcejearon hasta que la joven pudo soltarse — ¡No me interesa oírte madre!, ¡déjame en paz! — exigió ya harta con sus mejillas rojas.
La señora de Gomez empezó a llorar sin control, una manera de poder chantajear a su hija, sabiendo que su hija tenía un corazón sensible y bueno.
—No funcionará — dijo dejando sus manos posados encima de su ropa y deteniendo sus movimientos; giró y vio a su madre con decepción y con sus ojos vidriosos — me has decepcionado, me has roto. ¿Acaso así es tu amor?, ¿asi me amas?, has hecho de mi vida miserable, y tu manera de amarme es la peor que he conocido. Me has decepcionado porque pensé que querías protegerme, y cuidarme pero solo me has destruido, y me has echado como cordero a los lobos, aléjate de mí. No me lastimes — pidió con voz suave y rota.
—Selena — la llamó con voz suave y rota — nunca fue…¡mierda!, nunca...— las palabras de su hija la habían dejado sin habla.
—Pero lo hiciste, ¡lo hiciste! — gritó y una lágrima rebelde cayó por sus mejillas — déjame irme sin problema alguno, al menos has eso bien — pidió y giró.
—Pero.. Escuchame, hice lo que una madre cree mejor para su hijo — se excusó.
Bufo — ¡Ah!, supongo que hubiera preferido que no hicieras nada, porque haciendo lo mejor solo me orillaste a la quebrada.
Mandy se quedó de pie viendo como su hija arreglaba sus maletas y se iba de su vida, sin permiso, sin preguntar. La joven tomaba las prendas con rapidez, queriendo correr de aquel lugar, con su corazón roto, sabía que no se iba a recuperar de aquella decepción.
Al tener todo listo, solo tomo las maletas entre sus manos y dejó escapar el aire de sus pulmones.
—Adios madre — se despidió sin verla y sin ninguna expresión en su rostro.
Al cerrar la puerta, Mandy quebró en llanto y al otro lado de la puerta su hija se derrumbó en llanto. La peor traición viene de tu familia, de cualquier persona lo puedes esperar pero no de tu familia; no de ellos.
—No podré estar sin ti, mi pequeña bebé — exclamó con desespero y abrazando la almohada donde recostaba la cabeza su hija.
Selena tomó sus cosas y salió de aquella enorme casa que era una pesadilla. Al salir Julianne estaba de espaldas, tranquila; la joven besó su hombro haciendo que la morena girase.
—Estoy lista — dijo con una sonrisa.
Julianne borró su sonrisa y la vio preocupada — ¿Todo está bien? — preguntó y su amada asintió.
—Perfecto — respondió.
Asintió no muy convencida y le ayudó a tomar sus maletas — Bien, ¿a dónde vamos? — preguntó Julianne.
—Donde sea pero lejos de aquí amor.
Sonrieron y empezaron a caminar sin saber precisamente a donde pero sabían que se tenían una a la otra, y no les importaba más. Habían pasado por tanto que en este momento solo querían tener unos minutos de tranquilidad, de sentirse completamente sin reparos.
Caminaron hasta que el sol empezó a esconderse, y decidieron ingresar en un pequeño hotel de carretera, alquilaron la pequeña alcoba con una cama y una tina, la alcoba era suficientemente grande para las dos, y era acogedora.
—Gracias, aquí estaremos bien — aseguró Selena sonriendole a la señora quien las había acompañado hasta la alcoba.
—De nada, si necesitan mas sabanas o algo por el estilo me pueden hablar — dijo con simpatía saliendo de la alcoba.
Ambas jóvenes sonrieron y cerraron la puerta despacio. Viéndose a los ojos con todo el amor latente.
—Estamos solas — comentó Selena.
—Eso parece — respondió Julianne.
Las manos de la joven rodearon la cintura delgada de la morena y aspiró el olor de su amada cerrando los ojos.
—Podría acostumbrarme el estar así contigo — susurró en el oído de la ojimiel.
—Selena — susurró con los ojos cerrados sintiendo como la morena acariciaba desde el abdomen y su zona sensible.
Giro y rodeo el cuello de la morena para luego fundarse en un beso largo mientras se desnudaban con desespero. Caminaron hasta llegar a la cama, y se entregaron sin pudor, sin límites; solo completándose en la cama.
—Julianne — susurró y buscó los labios de su amante mientras ahogaban los jadeos mientras el amor de su vida llenaba sus entrañas.
Sus cuerpos sudorosos, y sus cabellos alborotados eran perfectos para enmarcarlos, dejando como un retrato permanente el punto máximo de expresión de amor y pasión. Sus manos se entrelazaron y sus cuerpos rozaban entre ellos, llegando juntas al punto g.
La luz tenue en la alcoba y el cuerpo de Selena encima de ella, hacía sentir a Julianne una de las personas mas afortunadas del mundo, acariciaba el cabello largo de su amante mientras está suspiraba encima de su pecho.
—Te amo— susurró Selena con sus ojos cerrados.
—Soy tan afortunada de tenerle de esta manera, soy tan afortunada haberla enamorado. Podría arrepentirme de muchas cosas pero de esto, jamás — respondió.
Sus manos jugaban entre ellas, y suspiraban, sus cuerpos desnudos se fundaban perfectamente.
—Encajamos perfectamente — dijo con voz suave.
—Estoy segura que nacimos para estar juntas — concordó Julianne.
Sus vidas estaban a punto de dar un giro importante, y ya estaba empezando el cambio esperado.
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Buscando El Arcoíris |Selena Gomez|
FanficEn una ciudad de la vieja Europa, vivía una pareja que procrea a una bella mujer; con el tiempo la joven se vuelve una alma libre, obstinada y luchadora. La señorita Selena luchará por obtener los derechos que le han quitado a un pequeño pero gran g...