Cuando terminaron las clases, Leila y Roberto esperaron un momento en la entrada; acostumbraban a comer helado mientras iban a casa.
Pero entonces, apareció el maestro Bustamante.
―Hey limoncito. Sube al auto. Necesito llevarte a un lugar ―pidió Bustamante con una seriedad impresionante.
―Ah, es que yo... estoy con Roberto, no puedo dejarlo solo ―explicó apenada.
―Enserio, Leila. Esto es urgente, tu madre me llamó. ―El rostro de Leila palideció al imaginar lo peor, solo le dio un beso en la mejilla a Roberto para luego subirse con velocidad en el asiento del copiloto.
Bustamante aceleró, y dejó la escuela con rapidez.
―¿Qué... le su-sucedió a mi mamá? ―cuestionó al borde del llanto.
―¿A Laura? Nada. ―Se detuvo en un semáforo.
―¿Entonces por qué dices que es urgente?
―¿Acaso no sabes que día es hoy? ―De nuevo emprendió camino, girando para tomar la avenida principal.
―¿Hoy? Es... dieciséis de marzo. ―Y cuando dijo marzo cayó en cuenta a lo que se refería el profe―. ¡Dieciséis de marzo! ¡Mi cumpleaños!
―Exacto. Tu madre me ha llamado para que te lleve a la peluquería, me dijo que querías pintarte el cabello, ¿qué color será?
-Planeaba que fuera rosa, pero creo que es muy niña. Así que quiero que sea azul, un azul eléctrico -explicó en tiempo récord.
-Vale.
-Oye, profe... ¿Qué relación tiene usted con mi mamá? -Su mirada bajó, quizás, suponiendo las posibles respuestas.
-Ummm... Hablemos sobre eso más tarde, ¿vale?
Leila asintió, y momentos después llegaron a la peluquería, en la que le tinturaron de un azul eléctrico el cabello.
(...)
-Feliz cumpleaños a ti~. Feliz cumpleaños a ti~. Feliz cumpleaños querida Leila... ¡Feliz cumpleaños a ti! -cantaron al unísono Bustamante y Laura, frente a Leila (que se veía diferente por su cabello azul), que tenía un pastel frente a ella.
-Hoy es mi cumpleaños, ¿por qué no celebrarlo? Aunque mi muerte esté próxima y me haga más vieja... -cantó Leila para si misma, con el tono de la canción del capítulo "Demasiados cumpleaños" conteniendo una carcajada.
-¡Deja de decir eso, Leila Jaramillo! -la regañó su madre.
-Bueno, má. ¿Me han comprado regalos?
―Yo ya te di el mío. Pagué por tu nuevo color de cabello ―dijo con el tono de un niño, lo cual hizo que Laura sonriera un poco.
―¿Y tú, mamá?
Laura le entregó una cajita, muy linda y pequeña, envuelta con papel de regalo color azul. Los ojos de Laura se humedecieron un poco, pero se limpió las lágrimas con rapidez.
―Esto es muy significativo para mí, Leila. Debes cuidarlo mucho, y dárselo a la persona correcta. Te amo, hija. ―Laura abrazó a Leila con fuerzas, y cuando el abrazo terminó le dio un beso en la frente.
Sin poder esperar más, abrió la cajita, y sus ojos brillaron más que los de Steven viendo una gato-galleta. Eran dos collares; uno era color dorado, y el otro era negro. Ambos parecían iguales, un anillo dentro de otro, y tenía algo escrito en inglés.
'The world looks wonderful when I am with you'
―El mundo luce maravilloso cuando estoy contigo ―tradujo Leila, en voz baja, casi susurrando. Y no pudo evitar pensar en Roberto. Él no había ido a su cumpleaños, y tampoco la felicitó cuando fue al colegio. Bueno, ella tampoco había recordado eso, pero no era excusa. Roberto no había recordado su cumpleaños.
(...)
Hooolaaaa!
Chicos, ya empezó la maratón. Puede que demore un poco en subir los capítulos, pero es porque me toca corregir algunas y cosas, y reescribir otros, pero los subiré hoy.
Y también trataré de hacer más comparaciones con Steven <3
Los amooo!
PD: No han roto mi corazón, si soy la de azul :'D
-BD.
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Ser Fan De Steven Universe No Es Fácil ©
FanfictionTodos creen que pertenecer a un fandom es, relativamente sencillo. Pero no es así, y Leila lo sabe a la perfección. ||Obra de autoría mía. Prohibida la copia o adaptación||