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Abro mis ojos con pereza acostumbrándome a la luz de mi desordenada habitación, una pared llena de rayones y palabras que solo yo entendía, una cortina desgarrada y una ventana rota. Bostezo y rasco mis ojos de forma violenta sintiendo estos picar, están rojos, lo sé. Miro el reloj que está en mi mesa de noche, también a punto de caerse, 7:03 am, estaba temprano. Me siento en la cama unos minutos, moviendo mi cuello escuchando tronar mis huesos. Me quedo viendo un largo rato la esquina de mi cuarto, oscura y fría, tal vez una representación de mi alma. Vuelvo a sentir esos impulsos, los que me llevan a frotar mis manos con rapidez, como si tuviera frío... cosa que no es así. Me levanto de mi cama escuchando rechinar mi cama, bufo y camino hasta al baño, fijándome en la madera rota de la puerta del baño, seguramente consecuencias de la noche anterior. Vuelvo a mirarme en el espejo, viendo a la misma persona de siempre, aburrida y fría, con ojeras oscura y cabello mal gastado. 

Ellos aún no llegan, así que me da tiempo para pensar. Tomo mi cepillo peinando  con violencia mi cabello maltratado, mis rizos caen hasta mis hombros y los toco con delicadeza, observo mi labio inferior roto y sangre seca en él. No sé como pero ya estoy llorando, de nuevo... soy frágil, soy débil. Lanzo el cepillo a alguna parte y salgo corriendo, el impulso vuelve y esta vez más fuerte, muevo mi cabeza de lado a lado y froto mis manos, al llegar a la cocina, intento prepararme un desayuno decente, antes que ellos regresen, antes que ellos me encuentren. 

Salgo de mi casa horas después, ya vestido con lo que creo yo que está bien, unas botas ya gastadas, una camisa sin un botón y unos jeans rotos, mostrando lo que en realidad soy, no un monstruo, algo peor. Al tomar el bus que me lleva a lo que es el mundo exterior, trato de mantener la cordura, aprovechando el tiempo en que mi mente está vacía y sola. No puedo evitar los impulsos, ellos están conmigo siempre, vuelvo a frotar mis manos y muevo mis pies frenéticamente, causando un ruido molesto para ciertas personas que me voltean a ver con fastidio. Las miro y río, río por lo patéticos que son, todos bien vestidos, con dinero y trabajo estable, familia y amigos. No son puros, no son como yo, no saben. Mi risa se ha vuelto grave pero fuerte, la chica sentada al lado mío voltea un poco asustada, tal vez nunca ha visto a alguien reírse solo, si supiera.

Me doy cuenta de que es tarde y ellos aún no han vuelto, no los siento llegar, lo cual me da un poco de paz para empezar mi trabajo. Soy un miserable secretario en una pequeña biblioteca, con un salario de mierda y con gente estúpida, doy un último suspiro, acostumbrándome a los impulsos que vuelven a mi haciéndome parecer extraño, ridículo ante los demás. 

No tardarán en encontrarme, ellos saben donde estoy, ellos vendrán por mi.

Hola ¿qué tal? yo bien, gracias.

Éste era un tema el cual moría por escribir. Para aclarar, Harry vive su vida como una persona normal, como un chico de 20 años de bajos recursos, no es tonto, él sabe donde está parado. 

Como mencioné, está basada en una de las canciones de Twenty One Pilots, Lovely, así que me encantaría que la escucharan.

J'espère que tu aimes! 

lovely [larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora