épilogue

467 46 2
                                    

Había parado de nevar hace una hora, en 3 horas se acabaría el año, mi familia estaba reunida en la sala hablando sobre quién sabe qué, las niñas emocionadas por el año nuevo y mi hermano saltando de aquí para allá con sus nuevos juguetes, todos lucían relucientes, ropa cara que estrenaban especialmente éste día, olía a comida, regalos y felicidad, risas y sonrisas, admitía que ésta era la mejor navidad en toda mi vida. Suspiré terminando de ponerme mi bufanda, hacía un frío infernal allí afuera. Lo miré, estaba ahí parado poniéndose unos guantes para el frío, sus rizos color chocolate brillaban al igual que sus lindos ojos verdes al mirarme, como un árbol de navidad pero más precioso. Me sonrió dándome a entender que ya estaba listo, pude notar un leve sonrojo en sus delicadas mejillas y de sus rosados labios salió un pequeño ¿vamos?, por lo que asentí para despedirnos de mi familia, salimos escuchando las advertencias de mi mamá diciéndonos que regresáramos antes de las 12. Tomé su mano sintiendo la suavidad de la tela del guante entre mis dedos, él miraba todo a su alrededor con una sonrisa, veía a los niños correr con juegos artificiales mientras eran supervisados por sus padres, se reía de la bulla que armaban los adolescentes y admiraba las luces y decoraciones. 

No podía dejar de mirarlo, sabía que estaba más que feliz ya que sus ojos brillaban más que las propias luces de las casas, más que cualquier estrella en el cielo. Y verlo así, tan libre, hacía a mi corazón saltar de mi pecho de tanta alegría que me daba, él lo había logrado, era todo un príncipe, sin preocupaciones, sin pensamientos atormentándolo, solo él, la luna y yo, o así llamaba William a la nueva alucinación de Harry. Respecto a eso, él no había tenido más ataques, más voces en su cabeza y mucho menos esa sensación de querer desaparecer, estaba tan cambiado que ni sus propios padres lo reconocerían, era una nueva persona, una caminando con el corazón en la mano, guiándose por sus sueños. 

Mientras tanto yo, seguía siendo el mismo Louis... no aquel que se la pasaba horas en el trabajo y volvía a casar sin ninguna pizca de motivación, aquel que no estaba feliz con lo que tenía, aquel que sabía que le faltaba algo en su vida, algo que lo llenara de vida. Sino aquel Louis que está caminando felizmente de la mano de Harry, soy el Louis que tiene el apoyo de toda su familia, soy el Louis que ama a su pequeño hermano, soy el Louis... que está completamente enamorado de ese niño rizado. Y es que estaba tan claro, como la nieve que se pegaba a nuestros zapatos, y es que él era mi destino, mi futuro y mi hogar. 

Luego de media hora de caminar por las calles adornadas de Liverpool, llegamos al lugar que Harry me quería mostrar desde un principio, me sorprendí bastante al mirar al frente, era una gran pista de hielo al aire libre, lo miré rápidamente y él se encontraba sonrojado con su carita escondida entre sus rizos, pero aún podía seguir viendo su sonrisa y sus ojos llenos de vida. No había tanta gente, como 13 personas en la gran pista, era bastante grande a decir verdad. Lo seguí hasta una banca en donde se quitó sus botas de cuero, que yo le había regalado sin aceptar un no como respuesta. Se puso sus viejos pero fieles patines y se deshizo de su bufanda y chaqueta, quedando solamente en un buzo y sus skinny jeans, suspiré mientras lo veía levantarse, era tan precioso. Se acercó a la pista quitandole los protectores a los patines, dejando ver unas cuchillas de plata bastante cuidadas, me las dio para luego dar un paso en el hielo, respiró hondo y cerró los ojos, sintiendo como el viento pegaba en su rostro. Alborotó sus rizos y se acercó a mi de repente, pegando su frente a la mía.

''Quiero que me veas, no apartes tu mirada de mi'' dijo para luego deslizarse con clase en el hielo, su cuerpo se veía tan ligero y la forma en que lo hacía era tan profesional. 

Can't Help Falling In Love sonaba en las bocinas que se encontraban allí, y era la canción perfecta para el momento. Me incliné en la barra de la pista, mirándolo fijamente, él lo hizo también sonriéndome de una manera tímida pero tan hermosa que me cautivaba cada vez más y más. Empezó a moverse con delicadeza, deslizando su cuerpo por el hielo como si fuera parte de él, su cabello se mecía tapando uno de sus ojos los cuales mantenía cerrados. Movía sus manos y sus brazos de forma suave, la pequeña coreografía era un deleite para los ojos, me estaba derritiendo allí mismo viéndolo patinar de esa manera tan limpia. Volvió al centro girando en su lugar, lo hacía con tanta gracia y belleza, era una completa obra de arte. Tan precioso, siguió con su coreografía sin siquiera marearse, las campanadas sonaban iniciando la cuenta regresiva, pocos segundos quedaban del año y yo estaba allí, presenciando a Harry entregarme una parte de su alma, mientras se movía al ritmo de la canción. La última campanada y mi pequeño dio un gran salto dejándome atónito, con los ojos bien abiertos, él había dando un enorme salto y caído perfectamente en el hielo y yo ni siquiera podía mantenerme de pie. Dio un último giro y al terminar la canción, él dejó de moverse. 

No sabía en qué momento había empezado a botar lágrimas rápidamente, me fijé y él también lo hacía, estaba llorando con una sonrisa en su rostro. Extendí mis brazos y él patinó con velocidad hacía mi, tirándose a mis brazos. ''Feliz año nuevo'' le susurré, él me dijo lo mismo para luego besar mis labios, los movía contra los míos de forma lenta y pausada, con el corazón en la mano entregándomelo y viceversa. Era mío, ese pequeño era mío y le daría todo el amor que se merecía, toda la felicidad en el mundo. Era el hombre más precioso de todo el mundo y yo el más afortunado. ''Bien, ahora te toca entrar a ti'' dijo con una sonrisa pícara en sus labios, bien... al parecer no me libraría de ésta. 

''¿Seguro? ya hasta me da pena patinar a tu lado, amor... eres tan bueno, todo un profesional y ese baile me dejó tan... enamorado, fue realmente hermoso'' lo escuché reír bajito, sus rizos cayendo como cascada hasta su hombros. 

''Ya, ya, no hablemos más de mi, quiero que hagas lo que me apasiona, conmigo'' 

''¡Mierda, que yo puedo hacerlo solo joder!'' escuché una voz conocida del otro lado de la pista, Harry y yo volteamos encontrándonos con aquel niño llorón del hospital, estaba con dos hombres más que a simple vista parecían sus padres, quienes lo miraban con orgullo mientras el pequeño rubio patinaba de la misma forma que lo había hecho mi Harry hace minutos. Volvió a reír mirándome con sus profundos ojos verdes, no paraba de volverme loco.

''¿Y bien, lo intentarás?'' me dijo, yo asentí y minutos después ya estaba tirado en el frío hielo mientras mi precioso rizado se reía a carcajadas de mi, lo único que podía hacer ante eso era sonreír, escuchando lo preciosa que era su risa.

Y sí, definitivamente ese era el Harry que estaba muy oculto en su alma, el verdadero él, transpirando felicidad, amor y dulzura. Y era mi Harry, mi novio.

❝Como un río que fluye siempre hacia el mar, cariño así va todo, algunas cosas están destinadas a ser. Toma mi mano, toma mi vida entera también... porque no puedo evitar enamorarme de ti❞

lovely [larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora