deux

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Me encontraba llevando una caja de libros nuevos a uno de los estantes, éste era mi trabajo, acomodar libros y sentarme en un escritorio organizando nombres y números aburridos, de personas aburridas que leían libros aburridos. Dejé la caja en el suelo, estaba pesada y mis piernas chuecas no podían con tanto, soy un fracasado sin remedio. Empecé a tomar los libros y a acomodarlos en orden alfabético, ya estaba acostumbrado a esto. 

Ellos habían vuelto, unas horas tarde pero volvieron. Estaban allí, mirándome con desaprobación, discriminandome por tan miserable vida que llevaba. Ellos son mi pesadilla, mi dolor de cabeza, todos los días están allí, diciéndome qué hacer, pensando por mi, pero no me puedo quejar... ellos ya son parte de mi. 

''Váyanse" les digo en voz baja a las 3 sombras que se manifestaban como personas detrás mío, con ojos oscuros y profundos. En el trabajo hablaba con ellos, tratando de espantarlos, en un tono bajo para que las personas no me escucharan hablar solo, la mayoría se asustaba, animales, no saben nada. Sin embargo, ellos no se irían, al escucharme pedir que se largaran, pude escucharlos reírse, susurrar entre ellos burlas e insultos. No me dejaban en paz, no lo harían.

Sonará estúpido, pero les tengo nombre, son 5 en total. Primero está Anaé, una chica más alta que yo y huesuda, blanca como la leche y con cabello negro, oscuro como ella misma, sus ojos eran negros, completamente negros... como una bruja, con uñas largas y una voz tan aguda que te atormenta. Ella había estado allí desde pequeño, la veía en las esquinas, en los techos, caminaba a mi lado pero no hablaba, no hasta mis 10 años. Ella representaba el miedo, el temor que siempre erizaba mi piel, el terror que siempre estaría allí impidiéndome avanzar. 

Luego se manifestó Cyrille, un hombre fuerte y con músculos grandes, como una especie de animal o bestia, siempre tenía el ceño fruncido y su voz la escuchaba siempre que me enojaba, por eso representa la ira en mi. Siempre quiere pelear, hacerme pelear, hasta con él mismo haciéndome ver como un completo loco, pero eso es lo que soy.

Bécassine, era la peor de todas y la que más odiaba, una niña de 5 años, rubia y con ojos tan claros como el agua. Muy tierna, pero era mi pesadilla, me torturaba donde ella quisiera, donde fuera, en el trabajo, en la calle, en mi casa, no le importaba. Esa niña representaba la soledad, sabía como hacerme llorar, conocía mi punto débil. La odiaba, apenas apareció no pude evitar ahorcarla, sin darme cuenta que solo era producto de mi mente. 

Seguía Donatien, era otro niño de la misma edad que Bécassine, siempre estaban juntos, tomados de la mano y su voz era casi parecida, como gemelos. Su apariencia era lo que los diferenciaba, ya que la piel de este era oscura al igual que su cabello, y sus ojos eran de un color ámbar, cualquier diría que eran hermosos pero no. Con él venían mis pensamientos suicidas, el pesimismo y la depresión, era la tristeza. Él me hacía ver frágil, era la razón por la que mis ojos amanecían hinchados de tantas lágrimas. 

Por último estaba Eugénie, era la única que me hacía caso, una chica morena y baja bastante pacífica, pero cuando se alteraba era todo un desastre. Ella me acompañaba en mis dichosos brotes de loquera, ataques de pánico y ansiedad, la locura, la que me caracterizaba y me diferenciaba de las otras personas, la que me hacía un maníaco. 


Hola :) ¿qué opinan?

Harry nombra a sus alucinaciones a medida que fueron apareciendo en su vida, Anaé, Cyrille, Bécassine, Donatien y Eugénie. Estas aparecen debido a la psicosis que éste posee, que les permite hablar con él como si fueran personas normales, solo él los ve. Él sabe que están en su mente, él sabe que para los demás no existen. Sin embargo, él no sabe qué es la esquizofrenia ni que es un trastorno mental grave, él se llama a sí mismo ''loco'' o ''maníaco''. 

À plus tard!


lovely [larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora