vingt-neuf

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Eran las 4 am cuando por fin Harry y yo subíamos a mi habitación, era la madrugada fría y navideña del 25 de diciembre, sin duda éste cumpleaños había sido el mejor de todos, no sentía como si tuviera que fingir mis sentimientos, me sentía libre de ser quien soy y amar a quien yo quiera. Harry se había llevado muy bien con Doris y William, Lottie expresaba sin pena delante mío que se había ''enamorado'' de él, creo que tendrá que quedarse como un amor platónico porque ese pequeño de ojos verdes es mío. Las gemelas al verlo por primera vez lo adoraron y mis padres no podían estar más orgullosos. 

Justo ahora subíamos las escaleras a la primera planta, él veía asombrado y con una sonrisa en sus hermosos labios las fotos de la familia colgadas en la pared, las veía con admiración y detenimiento, yo solo suspiré para seguir subiendo. Había traído un colchón extra a mi cuarto para yo dormir allí y que él durmiera cómodamente en la cama, hasta que se adaptara a tenerme a su lado. Mi cama era grande, matrimonial, había lavado las sábanas quitándole cualquier aroma parecido al de Eleanor. Harry dejó su maleta en una esquina detallando cada rincón de mi habitación.

''¿Te gusta?'' le pregunté, él me miró sonrojado.

''S-sí, es grande'' dijo para luego rascarse un ojo, mi pequeño tenía sueño. Se veía tan tierno y angelical. 

''Amor, vas a dormir en mi cama, yo dormiré en el suelo'' 

''Oh no, yo puedo dormir en el suelo, no quiero...'' reí y lo corté con un suave beso en sus labios, él se sonrojó aún más.

''Lo único que me importa es que duermas bien y cómodo''

''Entonces duerme conmigo'' su respuesta me asombró, Harry en serio quería que durmiera con él. ''Lo siento, yo... yo no quise decir eso, ehm'' dijo para luego taparse la cara de la pena, era demasiado tierno para ser real.

''¿No te incomoda si duermo contigo?'' 

''N-no, claro solo si quieres'' estaba muy apenado, lo envolví en mis brazos calidamente y él correspondió al abrazo. Oí unos cuantos murmuros que venían de abajo, en la sala, probablemente Dan poniendo los regalos de los niños en el árbol. 

Harry se metió al baño a cambiarse mientra yo me ponía mi pijama afuera, ya listo me acerqué a la maleta del rizado, tenía ropa un poco desgastada y de una esquina sobresalían unos zapatos negro, tal vez unas botas, los saqué encontrándome con unos patines. ¿Harry patinaba en hielo? ¡jamás me había dicho! Dios, con tan solo imaginármelo, mi corazón latía tan fuerte.

''¿Qué haces?'' escuché su voz ahora cerca mío, volteé asustado dejando los patines en su lugar, él se veía precioso en tan solo una gran y ancha camisa que le cubría hasta la mitad de sus muslos.

''No me dijiste que patinabas'' le dije acercándome a él.

''Es que, ya no lo hago'' caminó hasta la cama acostándose en ella, arropándose con las sábanas, hice lo mismo acostándome a su lado.

''¿No te molestaría contarme?'' él negó y se giró a mi, quedando cara a cara. La luz de la luna se colaba por la ventana del balcón dejándome ver su hermoso y fino rostro, sus ojos verdes brillaban de una manera tan hermosa y sus labios eran tan rojos como la sandía. 

''Yo de pequeño, a mi... me gustaba mucho bailar, el ballet, ya sabes. Mi mamá me inscribió junto a mi hermana en una academia, pero a mi padre no le gustó mucho la idea de que su único hijo bailara ballet, decía que era para maricas. Gracias a mi enfermedad e inseguridades no pude surgir más, mi madre me apoyaba pero no era suficiente. En invierno recuerdo haber comprado unos patines con el dinero que me daba mi mamá para el almuerzo. Pasaba más tiempo en la pista de hielo que en mi casa. Patiné hasta los 16, luego me fui de Cheshire, toda esa depresión me animó para seguir patinando, pero dejé de hacerlo apenas cumplí los 18, y ya no he vuelto a pisar el hielo desde ese entonces'' sus palabras salían de sus labios con nostalgia, tristeza en su tono de voz. Yo solo acaricié su suave mejilla regalándole una sonrisa.

''¿Quieres volver a patinar?'' 

''Me gustaría, sí'' suspiró un poco cansado, bostezando. 

''Entonces volverás a patinar'' él me miro con asombro, alegría en sus ojos, me abrazó fuertemente y yo hice lo mismo. 

A los minutos se quedó dormido en mis brazos, conmigo acariciando sus largos y suaves rizos. Un ángel como él no volvería a ser lastimado en su vida, más nunca, no mientras yo esté vivo.

❝Para cuando la noche desaparece, el polvo se asienta y las sombras arden. Me voy a elevar y mantenerme firme, a esperar el regreso de la noche❞



¡Feliz año nuevo!

幸せな新年

lovely [larry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora