Tres meses después
En estos tres meses que han pasado, Lucas no ha despertado, sigue igual, pero ya mejor, no tiene tantos golpes en su rostro y ya le está volviendo su color natural. Emma va cada vez que puede a verlo. Fernando y yo estamos más unidos que nunca, incluso ya me llevó con sus padres. Quiere a mi hijo como si fuera su papá, tanto así que lo presentó como suyo delante de sus padres, eso me hizo muy feliz.
Yo ya me instale en el departamento que compré semanas después de comenzar a trabajar. No es muy grande porque no quería exagerar, es una combinación de morado y blanco, mis colores favoritos, tiene una pequeña cocina, comedor, baño, dos cuartos (cada uno con su baño), uno ya está decorado y el otro es para mi bebé, así que todavía no lo puedo decorar, primero tengo que saber el sexo. Mi trabajo va muy bien y mi vientre ya se nota bastante, aunque eso es obvio, porque ya tengo cuatro meses de embarazo. Gracias a que mi vientre creció tuve que cambiar mi uniforme de trabajo, porque el otro ya estaba demasiado ajustado, antes era una camisa blanca con el logo de la empresa que iba por dentro de una falda negra ajustada a la mitad de mis muslos, unos tacones negros y una chaqueta negra. Ahora es lo mismo, sólo que la blusa está adaptada para tener una pansa grande y ya no va por dentro, sino por fuera, la falda esta un poco mas larga y los tacones ahora son unas baletas negras.
Fernando sigue siendo un practicante, pero ahora le pagan muy bien.
Mi hermano y Laura ya están comprometidos, se casan en un mes, eso los tiene un poco atareados.
Como todo los días me levanto con mucha pereza a las 6:30 de la mañana. Apago el despertador y voy a mi baño personal, me meto en la lluvia artificial y lavo mi cabello y cuerpo. Todo eso lo hago en aproximadamente 20 minutos; envuelvo una toalla alrededor de mi cuerpo y salgo del baño, busco mi uniforme y me lo pongo, cepillo mi cabello y voy a hacer el desayuno. Preparo unos panqueques con chocolate caliente, me lo como y voy a lavarme los dientes. Me maquillo, me pongo los zapatos y meto lo necesario en mi bolso.
Hoy me toca cita con el ginecólogo, al fin descubriré el sexo de mi bebé y eso me tiene muy emocionada; tomo las llaves del departamento y salgo. Voy al estacionamiento y entro a mi coche, (se me olvidó decirles que también compré un auto, ya que Fernando insistía en que tenía que tener en que transportarme y bla, bla, bla... Es un convertible gris), voy manejando y recibo una llamada de Fernando, pongo el manos libres y contesto.
—Hola amor, ¿ya estás en el trabajo? —pregunto girando a la izquierda.
—Sí preciosa, ¿cómo amaneciste?
—Bien.
—Nena, paso por ti después de almuerzo para ir a la ecografía de nuestro hijo —sonrío por como acaba de llamarlo, me encanta cuando lo hace.
—Está bien amor, te dejo, estoy al volante.
—¿Por qué no lo dijiste antes? Sabes que no me gusta que hables por teléfono cuando manejas —ruedo los ojos.
—Bueno, ¿nos vemos para almorzar?
—Sí, tengo una consulta, nos vemos a medio día, un beso, adiós —cuelga.
Llego al estacionamiento de la empresa y pongo la alarma del carro, guardo las llaves y subo por el elevador. Saludo a la secretaria y entro a la oficina que comparto con Bruno.
—Buenos días —digo poniendo mi bolso a un lado de la silla giratoria.
—Puntual como siempre, me gusta —dice Bruno.
—¿Qué tenemos para hoy? —pregunto revisando unos papeles.
—Hoy tienes que hacer varios diseños de la portada de la revista —responde.
—¿Sobre qué? y ¿para cuando los necesitas? —pregunto mirándolo a los ojos.
—Bueno, creo que esta portada te va a encantar porque es sobre embarazos y es para pasado mañana —sonrío.
—Está bien. Bruno, puedo trabajar hasta medio día, es que hoy tango una ecografía muy importante, por fin descubriré el sexo de mi bebé —digo emocionada tocando mi vientre abultado.
—Claro que sí, no te preocupes. Total los borradores son para el miércoles —nos ponemos a trabajar.
Adelanto uno de los borradores, bueno en realidad no lo termino. Miro el reloj de la pared y faltan 5 minutos para que Fernando venga por mí, así que recojo los papeles y todo lo que estoy utilizando y lo meto en una carpeta. Salgo de la empresa y ahí está uno de mis amores esperándome con una sonrisa.
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Un Pedacito De Mí
RomantikAbigail Johnson, es una chica de 19 años, segura de sí misma, inteligente y muy bonita, que se deja llevar por un momento de pasión y termina acostándose con su novio, Quedando embarazada. Ella decide contarle, pero él le pide que aborte. ¿Podrá Abi...