Nos levantamos por el ruido de la alarma de Laura.
—Apaga eso Laura, quiero dormir —me acomodo más en la cama.
A los 10 minutos escucho la puerta del baño abrirse.
—¿No vas a trabajar? —pregunta luego de salir del baño.
—Se me olvidó decirte que no tengo que ir, sino hasta el próximo miércoles —respondo y me levanto con flojera.
Voy al baño, hago mis necesidades y me baño enseguida. Salgo y busco en mi armario un jean gris para embarazadas, una blusa blanca y un buzo holgado de color gris, con unos converse blancos, me hago una cola de caballo y voy a la cocina. Laura se está tomando un café con tostadas. Abro la nevera y tomo un jugo de naranja y unas tostadas, me siento en la mesa con ella.
—¿Por qué no tomas café? —pregunta cuando me siento.
—Porque Nando... digo Fernando me dijo que la cafeína es mala para mi bebé —respondo triste por recordarlo.
Ayer Laura me hizo olvidarlo y distraerme un rato.
—Ves que sí se preocupa por ti y tu bebé. Él te quiere mucho, las quiere mucho —afirma Laura.
—Pero eso no quita el hecho que se haya besado con otra chica siendo mi prometido —me acuerdo y los ojos comienzan a picarme.
—¿Lo vas a perdonar? —pregunta.
—No lo sé Laura —digo mirando un punto fijo.
—Vamos Aby, solo fue un beso —se encoge de hombros.
—Lo sé Laura, pero me dolió verlo besándose con otra. Yo lo amo, pero eso no es fácil de perdonar —respondo mirándola.
—Entonces, ya no se van a casar, ¿por qué no tienes el anillo? —pregunta.
—Supongo que no, por eso me lo quité. Ayer no te diste cuenta —llevo el plato y el vaso sucio al lavaplatos.
—Abigail, no seas tan apresurada. Tú lo quieres y él a ti, además piensa en tu hija —dice un poco molesta.
—Mira Laura, no sé que hacer, y ya no quiero hablar de eso. Por favor deja de meterte en mi vida —voy al cuarto y tiro la puerta de un portazo.
Me siento frente el espejo y contengo las lágrimas, llevo las manos a mi vientre que ya ha crecido un poquito más. Yo quiero a Fernando y sé que él quiere a mi hija igual que a mí. Pero algo no me deja perdonarlo, una mitad de mí quiere perdonarlo, pero la otra no y no sé que hacer.
Luego de pensar eso, respiro profundamente y me maquillo. Hoy iré a ver a mi familia y me quiero ver bien. Menos mal y no les dije nada del matrimonio.
La puerta se abre y por ella entra Laura.
—Aby, perdóname por recordarte cosas dolorosas —dice con arrepentimiento, lo veo en sus ojos, le sonrío.
—No te preocupes Laura, yo fui quien metió a Fernando en la conversación y te tengo que agradecerte por distraerme para no pensar en él. Te pido disculpas por lo que dije, sabes que no es cierto —nos abrazamos.
Después, cada una coge su camino, Laura al trabajo y yo a la casa de mi mamá. Al llegar Lucas me recibe con una sonrisa; mi hermano ya tiene mejor aspecto y está mucho más enérgico.
—¿Y Azael? —pregunto.
—Está trabajando y después va a ir con Laura a la iglesia para programar la fecha de la boda, creo que es en tres semanas —dijo mi mamá y yo sonreí.
—¿Puedo tocarlo? —pregunta Lucas señalando mi vientre.
—Claro que sí, ven —nos sentamos en el sillón.
Alzo mi blusa y él pone sus manitos en mi vientre. Al sentir su tacto mi niña comienza a moverse por primera vez, mis ojos agrandan.
—¡Se movió mami! ¡se movió! Mi sobrina se movió —grita Lucas emocionado.
—Sí mamá. Se movió por primera vez cuando Lucas la tocó —digo sorprendida.
—Háblale Lucas, háblale a tu sobrina —sugiere mi mamá.
—¿Cómo se va a llamar? —pregunta Lucas aún con sus manos en mi vientre.
Lo pienso unos segundos y recuerdo el nombre que siempre pensé para mi hija cuando era pequeña.
—Victoria —respondo con una sonrisa.
—Hola victoria, soy Lucas tu tío. No sabes cuanto te quiero nena, ya quiero que estés aquí y poder abrazarte, Vicky —dice Lucas y besa mi vientre.
La bebé se mueve otra vez.
Estoy tan feliz aquí con mi familia, en mi casa, de donde nunca debí salir. Seguimos hablando y Lucas está feliz por lo de su sobrina. Cuando llega Azael con Laura se lo presume todo. Luego Laura se va por que tiene un compromiso y yo me voy una hora después.
Al llegar a mi casa y entrar hay un camino lleno de pétalos de rosas, y los focos está apagados, solo alumbraba la luz de las velas. La mesa está decorada y hay platos para una cena de dos —Que raro, yo no hice nada de eso, y nadie más tiene mi llave solo... Fernando —pienso.
En ese momento aparece Fernando en la mitad de la sala.
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Un Pedacito De Mí
Storie d'amoreAbigail Johnson, es una chica de 19 años, segura de sí misma, inteligente y muy bonita, que se deja llevar por un momento de pasión y termina acostándose con su novio, Quedando embarazada. Ella decide contarle, pero él le pide que aborte. ¿Podrá Abi...