Un Pedacito De Mí

Capítulo 14

Me levanto y me doy cuenta que Lucas está dormido a mi lado. Miro la hora y son las 7:00 a.m. Levanto a Lucas porque tiene que ir al colegio y yo a la universidad. Ya me cansé de estar aquí, y eso que solo fue un día.

—Despierta Lucas —lo muevo.

—Cinco minutos más —dice adormitado, y arropándose más.

—Nada de cinco minutos, arriba, tienes que ir al colegio —me pongo de pie, le quito la sábana y él se sienta tallándose los ojos.

—Aby, ¿qué hora es? —pregunta poniéndose las pantuflas.

—Las 7:00 A.M. —respondo buscando que ponerme.

—¿Por qué no me levantaste más temprano? —sale corriendo.

Aprovecho y me doy un baño, lavo mi cabello y salgo. Me pongo un pantalón blanco holgado, una blusa de tirantes negra y unas zapatillas negras, me maquillo, suelto mi cabello y me peino, luego bajo a desayunar.

—Buenos días, familia —me siento en la mesa.

—Buenos días cariño, dijiste que ibas a reposar una semana y solo llevas dos días —me da el desayuno.

—Es que ya me aburrí —comienzo a comer —Azael, ¿podrías llevarme a la universidad? —pregunto tomando jugo.

—Está bien Aby, solo no te demores —empiezo a comer un poco más rápido.

—Abigail, lento o te va hacer daño —advierte mi mamá y le hago caso.

Termino de comer y subo a lavarme los dientes, me retoco el maquillaje y bajo. Me despido de mi madre y Lucas y salgo con Azael. Llegamos en 20 minutos aproximadamente, me bajo del auto.

—Chao Azael, que te vaya bien en el trabajo —digo cerrando la puerta.

—Chao nena, te cuidas y me saludas a Laura —dice, me lanza un beso y arranca.

Después que se va, entro a la universidad y busco a Laura. La encuentro sentada en una banca hablando con Fernando. Llego, le guiño un ojo a mi novio y le tapo los ojos a mi amiga.

—¿Quién eres? —pregunta tacando mis manos.

—Adivina — respondo.

—Aby —retiro mis manos de su rostro, nos abrazamos —¿Qué haces aquí?—-pregunta separándose.

—Me aburrí de estar en mi casa —digo y beso a Fernando.

—No me digas que ustedes ya... —asiento, ella pega un grito, da saltitos y me abraza —felicidades —dice y me suelta, luego abraza a Nando.

—Gracias —decimos Nando y yo al unísono.

Nos vamos a nuestras clases.

Las clases van como siempre, un poco aburridas, pero pasables. En la segunda hora, llega un estudiante nuevo.

—Buenos días ¿puedo pasar? —pregunta en la puerta del salón.

—Buenos días, pase y Preséntese —dice el profesor.

—Mi nombre es Luke Harrison, y me trasladaron a esta universidad —dice seguro y firme.

En un momento nuestras miradas se cruzan y me sonríe, le devuelvo el gesto.

—Muy bien señor Harrison, siéntese al lado de la señorita Johnson. Señorita alce la mano, para que el señor sepa —alzo la mano y él sonríe.

—Hola, me llamo Luke —dice al sentarse.

—Ya lo sé —digo obvia —mi nombre es Abigail Johnson mucho gusto —estiro mi mano.

—El gusto es mío —la agarro y nos soltamos.

El profesor sigue con su clase, siento la mirada de Luke en mí muchas veces y eso me incomoda mucho. Cuando tocan el timbre para receso me alivio. Salgo con Laura y nos sentamos en la misma mesa de esta mañana, en cinco minutos llega Fernando.

—Hola chicas, ¿cómo les fue en su clase? —dice sentándose a mi lado.

—Bien, como siempre y ¿a ti? —pregunta Laura.

—Bien, dijeron que en una semana nos graduábamos —voy a felicitarlo, pero en eso se acerca Luke.

—Hola, Abigail me puedo sentar, claro si los demás no tienen inconveniente —dice Luke y Fernando lo mira mal.

—Si claro siéntate —respondo amable y se sienta al lado de Laura.

—Hola Luke, me llamo Laura Álvarez —dice dándole la mano.

—Un gusto Laura —estrechan las manos.

—Mi amor, ¿quieres que te compre algo para comer? —me pregunta Fernando.

—Está bien, tráeme un perro y un jugo hit, por favor —él asiente, me da un beso y se va.

—Supongo que él es tu novio, ¿cierto? —pregunta Luke comiendo.

—Sí, estás en lo correcto —respondo.

Fernando vuelve, me da lo que le pedí y se sienta, comenzamos a hablar y Luke resultó ser muy agradable. Tomo un poco de mi jugo y después muerdo el perro, a la tercera mordida, me da algo muy feo; siento que todo me da vueltas y la comida se me devuelve, así que salgo corriendo al baño.