Capítulo 10

10.3K 465 8
                                    

Quedo atónita con el beso de Fernando la verdad es que no me lo esperaba, cuando se separa de mí, me mira y se disculpa.

—Aby, lo siento fue un impulso —se pasa las manos por el cabello.

—No te preocupes, un impulso le pasa a cualquiera —él se acerca.

—Podemos seguir siendo amigos, ¿cierto? —toma mis manos y me mira con ojos suplicantes.

—Sí, esto no pasó —me mira y sale del cuarto.

Me quedo pensando en el beso de Fernando. No fue un beso solo un tapón de labios y ya, también pienso en sus palabras "yo te quiero Abigail, y si me dejas cuidaré de ese bebé como si fuera su padre". Esas palabras retumban en mi cabeza. ¿Podría llegar a sentir algo más que cariño por Fernando? Con esos pensamientos me quedo dormida.

* * *

Me levanto y me tallo los ojos, entonces entra mi mamá con Lucas agarrado.

—¡Hermanita! —corre a abrazarme —¿cómo está mi sobrinito hermoso? —dice besando mi vientre.

—Hola pecas, mi hijo está bien, solo tiene mucha hambre —hago una mueca sobando mi vientre.

—Mamá, hay que alimentar a mi sobrino, dale el desayuno —Lucas regaña a mamá y yo me río.

—Ya voy Lucas cálmate —lo regaña de vuelta —hola mi amor ¿cómo estás?¿cómo está mi nieto? —besa mi frente y después soba mi vientre.

Me entrega la comida; la destapo y empiezo a comer.

—Yo estoy bien, y tu nieto ahora también —sonrío y me meto un pedazo de panqueque a la boca, ella ríe —mamá, ¿cuando voy a salir de aquí? —pregunto luego de tragar.

—El doctor dijo que si sigues así, sales hoy en la tarde —se sienta en el sillón y Lucas prende el televisor.

—Ya quiero que sea de tarde —pongo el plato en una mesita.

En eso entra Azael con Laura agarrados de la mano, ésta última apenas me ve se suelta de Azael para abrazarme.

—Amiga, mira lo que te traje, bueno a ti no, a mi sobrino o sobrina —me entrega una bolsa de regalo.

La abro y hay un conjunto muy lindo y pequeñito de color verde manzana.

—Laura no te tenías que molestar, está muy lindo amiga, gracias —la abrazo.

—No es molestia, quise ser la primera en darle un regalo a mi sobrino —se va a donde está Azael, él la toma de la cintura.

—¿Cómo estás, Aby? —pregunta Azael sentándose con Laura en el sillón.

—Bien Aza, ¿y tú? —guardo el regalo de Laura.

—Bien. Adivina —dice emocionado.

—¿Qué? —pregunto.

—Ya conseguí trabajo en una empresa —dice sonriendo y yo le devuelvo el gesto.

—Me alegro mucho Azael, vas a ser el mejor —mi mamá se levanta.

—Voy a la cafetería. Lucas, ¿vienes? —pregunta.

—Sí mamá —se pone en pies.

—Los acompaño, ¿quieren que les traiga algo? —pregunta Laura levantándose.

—Si no es molestia una dona y un jugo de uva —sonrío y ella asiente, mira a mi hermano y este niega con la cabeza.

Salen de la habitación.

—Por fin estamos solos —dice Azael y se acerca —Aby, necesito un favor —dice con una tierna sonrisa.

—Dime, ¿para qué soy buena? —pregunto acomodándome en esta cama tan incomoda.

—¿Podrías ayudarme a pedir la mano de Laura? —abro los ojos sorprendida.

—Claro que sí, nunca pensé que el mujeriego Azael se iba casar —me abraza.

—Por eso te quiero —me dice al abrazarme.

—Yo también te quiero. Y dime, ¿Qué te llevó a pensar en casarte? Aún son muy jóvenes —pregunto mirándolo a los ojos.

—Es que desde el momento que Laura entró a nuestra casa por primera vez me enamoré de ella como loco, y quiero formalizar nuestra relación, claro si ella está de acuerdo —dice con un brillo en los ojos y sonrío.

—Hermanito me siento muy orgullosa de ti y me alegra que hayas tomado esa decisión.

—Yo espero que tú también te cases y retomes tu vida —se me borra la sonrisa.

—No lo creo, los hombres no van a querer a una mujer con un hijo —digo triste.

—No todos somos como el imbécil de tu ex-novio, mi ex-amigo —me toma de la mano.

—¿Sabes?, yo pensé que tu amigo de verdad me quería —digo triste.

No quiero llorar de nuevo.

—Yo también pensé lo mismo pero no, y ya se llevó su merecido, nadie hace sufrir a mi hermanita menor —acaricia mi mejilla.

—Yo ahora tengo que pensar en como salir a delante.

—Nosotros te vamos a ayudar y apoyar en todo —me sonríe.

—Gracias —Laura entra con Lucas muy alegres.

—Adivina, ya puedes irte —dice Lucas y sonrío.

—¿De verdad? —pregunto.

—Sí, vez a cambiarte.

Azael me ayuda a ponerme de pie. Entre al baño y me pongo un short de jean, con una blusa morada y unos vans. Me recojo el cabello en una coleta alta y salgo. Firmo el alta y el doctor me da unas vitaminas. Llegamos a la casa y mi mamá tiene que salir a una fiesta con Lucas y Azael se va a comer un helado con Laura.

Ya es de noche, yo estoy con mi pijama puesta viendo televisión y comiendo una fruta, en eso tocan el timbre y cuando abro me encuentro con un Fernando furioso y con su labio partido.

Un Pedacito De Mí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora