Capítulo III. [I]

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Eileen despertó en la habitación de su madre y se sentía algo extraña, estaba débil, miró su ropa y ya traía puesto su vestido

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Eileen despertó en la habitación de su madre y se sentía algo extraña, estaba débil, miró su ropa y ya traía puesto su vestido. Se puso de pie y se acercó a la puerta, está se abrió al primer intento lo cual la asombró y bajó las escaleras con cuidado.

Se dirigió a la cocina, todo parecía normal siguió indagando y su abuela aún estaba dormida; bajó hasta el jardín y ahí seguía su madre atendiendo a las flores, caminó hasta toparse con los girasoles y de repente recordó lo de su caja de madera, la mariposa y por último su esfera de cristal. Subió corriendo las escaleras quedando sin aire. La caja de madera seguía abierta. Se acercó, pero no estaba la esfera; la buscó por todos lados de la habitación y no había nada. Incluso buscó por debajo de la cama.

―Qué raro ―dijo Eileen poniéndose de pie y colocando su mano en la barbilla.

― ¿Buscas esto? ―preguntó una voz atrás de ella.

La pequeño volteó y había alguien que le ofrecía la esfera.

―Ah... Gracias ― contestó Eileen tomando el objeto, pero su cara palideció al ver quién era y sin poderlo evitar gritó muy fuerte.

Aurán le tapó la boca.

―Calla, solo vine a devolverte la esfera.

Eileen se calmó un poco y Aurán le destapó la boca despacio.

―Cuida bien esa esferita... te mantendrá protegida en lo que desarrollas bien tus habilidades además me costó trabajo dártela, bueno técnicamente solo la puse en tu camino ―dijo recordando el día que Eileen y su amiga Gaeni encontraron la esfera cuando estaban en los juegos infantiles a lado de su escuela.

Era un día de primavera y algunas tardes después de cumplir con sus deberes en la escuela Eileen y Gaeni iban a jugar con los vecinos, ese día tocó jugar a las escondidas siendo Gaeni la que tenía que contar hasta cincuenta y Eileen esconderse. Al refugiarse en unos arbustos resbaló dando un gran grito y por ende diciendo su ubicación. Gaeni la ayudó y le mostró que se resbaló con una peculiar esfera de cristal de color morado que Eileen conservó como recuerdo de ese día.

CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora