CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]

Capitulo X. [I]

Eileen intentaba abrir sus ojos. Una voz repetía su nombre en sus sueños, pero no podía abrirlos. El escenario estaba negro y al fondo aparecía una pequeña luz roja. Siguió aquella luz como si estuviera hipnotizada, como si aquella luz la llamara. Ese destello comenzó a crecer y crecer hasta otorgarle a ella un nuevo panorama bañado de rojo. Estaba en un puente de piedra. Caminó con sumo cuidado pues era muy delgado. Miraba hacia abajo temerosa encontrándose con un mar rojo, rojo ardiente ¿Lava? Pensó ella, pero era extraño pues no sentía calor. El aire no era pesado ni asfixiante. De repente todas las paredes lloraban lava. Aterrada comenzó a correr por el puente y este se estaba desmoronando.

― ¡Ayuda! ―suplicó Eileen.

Corrió hasta sumergirse en una cueva. Oscuridad de nuevo. Tropezó y se arrastró buscando algún objeto para poder ponerse de pie. Un temblor la puso más nerviosa y el techo de la cueva se estaba cayendo. La luz roja estaba entrando.

―Eileen ―dijo una voz cerca de ella.

― ¿Aurán? ―preguntó buscando la voz.

Volteó y se topó con los ojos rojos.

― ¡No! ―gritó muy asustada despertando a todas las hermanas.

― ¿Qué pasa? ―preguntó Aloysia corriendo a la cama de Eileen.

Estaba temblando y había sudado demasiado. Aloysia la abrazó fuertemente para brindarle un poco de calor y para ayudarla a calmarse.

―No, no lo sé... de repente sentí miedo y unos ojos rojos... me han estado persiguiendo ―dijo tartamudeando.

Sus labios no podían dejar de temblarle.

― ¿Ojos rojos? ―preguntó Chandra―. ¿Todo por unos ojos rojos?

―Basta Chandra ―dijo Aloysia―. ¿Qué más pasaba en tu sueño Eileen?

― ¿Qué tiene eso de importante hermana? Es mejor que nos dejen dormir, aun es de madrugada ―dijo Aixa envolviéndose en su manta para seguir descansando.

―En algo tiene razón Aixa es de madrugada. Tranquila Eileen todas te protegeremos de lo que temas ¿Está bien? ―le dio un beso en la frente―. Trata de dormir otro poco.