Capítulo II. [II]

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La gran edificación estaba formada por dos bloques rectangulares terminados en mansardas de color azul marino, sabía algo del tema de la arquitectura antigua porque a su padre le encantaba ver documentales de ese tipo y cuando estaba de visita, Ei...

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La gran edificación estaba formada por dos bloques rectangulares terminados en mansardas de color azul marino, sabía algo del tema de la arquitectura antigua porque a su padre le encantaba ver documentales de ese tipo y cuando estaba de visita, Eileen se sentaba junto de él aprendiendo sobre el pasado. Uno de los bloques poseía cuatro torres circulares bastante anchas terminadas en pico del mismo color azul, dos por delante y dos traseras. Todo a excepción de las mansardas era de piedra blanca. Poseía varias ventanas en todo su alrededor, de uno de los lados del castillo sobresalía una parte que se transformaba en un balcón que daba a otro jardín. Demasiado impactante para una niña de tan solo doce años.

―Muy hermoso, ¿verdad? Aunque solo puedes ver una parte de él, después te daré un recorrido más adelante porque es más grande de lo que aparenta.

― ¿Desde cuándo ha estado aquí? ―preguntó con un hilo de voz.

―Pues verás, hace ya varios siglos que ha estado aquí. Ingrid se maravilló tanto con las creaciones de los seres de Lurren que tomó parte de sus ideas para ir poblando el lugar con algunos edificios―dijo mirando también el edificio―. Has sido tan distraída mi pequeña que no te has percatado que hemos salido de esa puerta del fondo, solo que corriste por todo el largo del jardín y los frondosos árboles te taparon la vista―señaló.

― ¿Qué? ¿Lurren? ―preguntó Eileen desconcertada con aquel extraño término ignorando todo el contexto de la explicación de Aurán.

―Oh cierto, aun no sabes cómo se dividen los mundos. Qué olvidadiza he sido. Lurren es el mundo de los seres humanos, el mundo de donde provienes. La Tierra por así decirlo, aunque bueno también provengo de ese mundo mi niña.

Eileen levantó una ceja.

―Ven pequeña ―dijo guiándola.

La llevó hasta la cocina y le sirvió la taza de chocolate caliente que tanto le prometió. Eileen ella probó un poco y se asombró del sabor tan real que sentía en su lengua, incluso de la temperatura de la bebida, <<es imposible>>, pensó. Después de varios minutos Eileen rompió aquel silencio incómodo que se había formado pues aún tenía muchas dudas rodando su cabeza y quería respuestas inmediatas.

― ¿Qué hago aquí?, ¿dónde estoy?, este no es mi hogar ―dijo todo con rapidez y sin interrupciones, pero Aurán lo captó.

Si bien, no obtuvo respuesta al instante ya que Aurán no sabía cómo explicarle, miró hacia abajo y suspiró―. Eres la elegida, la cuarta elegida en realidad ―se interrumpió y prosiguió encontrado las palabras correctas y esta vez mirando a Eileen a los ojos―. Este lugar mi pequeña Eileen es Cyelity, es decir, el reino del cielo.

Eileen alzó ambas cejas y dejó la taza de chocolate a un lado.

― ¿Qué? ―preguntó pestañeando varias veces―. ¿Elegida? ¿El Cielo?

<<Lo sabía aún es muy pequeña para comprender >>, pensó―. Bueno pequeña elegida es ―dijo alzando sus manos a manera de atrapar las palabras―. Es una tarea especial, que no cualquiera puede tener. Sí, este es lugar es sagrado, un lugar que está más allá de la mirada del ser humano.

― ¿Eh? ―exclamó Eileen inclinando su cabeza a un lado.

<<Dame paciencia Ingrid >>, suspiró.

Aurán se puso de pie, arregló su vestido y tosió un poco.

―Me presentaré como es debido, soy Aurán Elaine, comúnmente me conocen como la mariposa de diamantes. Soy la tercera elegida guardiana máxima a cargo de Cyelity. Sin embargo, para ahorrarse todo el protocolo prefieren llamarnos "dios o diosa" y lo dejaremos así para que no haya más confusiones. Tengo la obligación de proteger tanto este lugar como el mundo mágico, que contiene en él seis reinos y contando el mundo de los seres humanos por supuesto ―tomó un respiro―. Yo en realidad pronto tendré que dejar el trono y tu mi pequeña eres mi sucesora, serás la siguiente protectora y diosa de todo esto.

Eileen solo parpadeó desconcertada.

― ¿Yo una diosa? ―señalándose con el pulgar―. Este es el sueño más extraño que he tenido ―murmuró.

―Te lo explicaré con más detenimiento ―dijo Aurán―. Nosotras no somos simples humanos, somos seres mágicos. Bajo el mando de Ingrid la fundadora de los guardianes de Cyelity, somos las encargadas de cuidar lo que Ingrid ha dejado generación tras generación. Tu Eileen eres parte de esto, puede que aún no lo creas, pero dentro de ti hay grandes poderes.

Aurán hizo brillar sus ojos verdes hasta que se volvieron blanco, Eileen se asustó y al respingar tiró la taza de chocolate al piso.

―Poseemos varias habilidades que nos hace diferentes a los lurreanos y nos encargamos de mantener el equilibrio entre los reinos y los mundos.

―Entonces ¿Yo soy como tú? ―preguntó con algo de miedo y se puso de pie.

Todo le estaba dando vueltas y sintió un vuelco en su estómago por el miedo que estaba emergiendo.

―Sí, solo que tus poderes aún no despiertan como deben, una vez que suceda eso serás coronada la cuarta diosa de Cyelity ―aclaró.

―Y ¿Cómo haré eso? ―preguntó Eileen, sus labios temblaban y suplicaba despertar―. ¿Cómo es que voy a despertar mis poderes?

―Pequeña... ―susurró y acarició su negro cabello―. Irás aprendiendo con el tiempo, ten paciencia...―le dio un abrazo y se acercó al oído para pronunciar unas últimas palabras―. No te olvides de creer, no dudes de ti misma, eres fuerte y una vez que lo hayas comprendido el camino se abrirá...

 No te olvides de creer, no dudes de ti misma, eres fuerte y una vez que lo hayas comprendido el camino se abrirá

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CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora