Capítulo XI. [II]

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A Eileen se le formó un vuelvo en el estómago al conocer la sede principal

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A Eileen se le formó un vuelvo en el estómago al conocer la sede principal. No tenía casi nada que ver con sus extensiones. Estaba repleta de casas, tal vez más de cincuenta o cien. Todas ellas estaban más grandes prevaleciendo la enredadera a su alrededor. Al centro de todo ello se alzaba una enorme estatua con la imagen de una mujer que apuntaba a la luna y había agua a su alrededor. También había mucha gente transitando de un lugar a otro a pie o en caballo. Más al fondo había edificios sobre unas lomas; no eran de madera sino de piedra. Eileen supuso que se trataba tal vez era algún palacio o tal vez algún tipo de oficina principal. Pudo ver muy a lo lejos más vegetación y alzándose imponentemente la famosa muralla.

―Wow ―dijo Eileen con los ojos muy abiertos―. ¿Todo esto es de verdad?

―Por supuesto ―dijo Aloysia.

A medida que avanzaban Aloysia señaló el bosque del fondo y le explicó a Eileen que había un gran lago cristalino donde la diosa de Selyn le gusta estar pues en esa agua el reflejo de la Luna era muy hermoso. Pararon en uno de los restaurantes del lugar. Los alimentos no eran muy apetitosos para Eileen pues consistían en insectos raros y carnes de color verde; no le quedaba de otra que comer. Su estómago rugía con cierta insistencia. Cerró los ojos y tomó valor para probar un bocado y fue grande su sorpresa pues no sabían tan mal. Comían tranquilamente y en silencio hasta que varias explosiones surgieron en el reino interrumpiendo ese momento.

― ¿Qué ha sido eso? ―preguntó Chandra saliendo del lugar.

Mucha gente corría en dirección contraria a las explosiones y vio humo negro a lo lejos. Otra explosión se produjo en unos edificios cercanos de donde estaban. Por un momento Chandra había perdido el equilibrio. Una vez estable corrió al interior del establecimiento.

― ¡Aloysia! ―gritó.

―Sí ya escuché. Arelys me acompañará tú lleva a salvo a Aixa y a Eileen ―ordenó y salió del lugar con su hoz en la mano.

Detrás de ella iba Arelys preparando su arco y flechas.

― ¡Vámonos niñas! ―ordenó Chandra sacando la espada de su funda―. Salgamos por detrás.

CYELITY. La elegida. [Libro I] [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora